CAPÍTULO 2

36 7 0
                                    

Estoy tumbada en mi cama, con el corazón en el puño, recordando el chico pelinegro, con ojos negros y algo borde con el que acababa de cruzarme.
El amor de mi infancia, Ángel.

Me despierto sobre las ocho de la mañana, desde siempre me ha gustado madrugar para poder aprovechar el día. Cuando me levanto de mi cama me dirijo hacia el cuarto de baño.Me aseo y al fijarme en el espejo observo mi melena, ya sobrepasa un poco la altura de los hombros.

Ya de nuevo en mi cuarto comienzo a cambiarme de ropa.He decidido dar otra vuelta por la ciudad y no pienso salir en pijama, no sería la primera vez que hago algo así.

Bajo al salón para desayunar, Carolina está tomándose un café mientras que lee un libro.
—Buenos días Eva.
—Buenos días Carolina, ¿hoy por fin vais a ir a la playa?.-Sonrío mientras que rebusco en la cocina algo para desayunar.
—Pues sí, hemos pensado en dar un paseo junto con Lucas, esta muy emocionado por ir a la playa, jamás ha visto el mar de cerca.
Al final acabamos hablando sobre lugares de la ciudad, a Carolina siempre le ha fascinado y cuando la empresa donde trabaja le ofreció un puesto aquí no pudo denegarse a ello.

Carolina es muy importante para mi, ella se ganó mi confianza con mucho trabajo y esfuerzo, al principio fue difícil abrirme con ella pero conseguí entender que no lo hacía por compromiso con mi padre, lo hacía porque realmente lo sentía.Cuando lo necesito ella esta para mi, me ha ayudado en muchos temas que a mi padre le costaba explicar, y no solo eso, también me brindó cariño y paz en los momentos más duros de mi adolescencia.Ella fue quien motivó a mi padre a llevarme a un psicólogo, ella se quedó toda la noche conmigo porque mi primer novio me había dejado, ella siempre ha estado, y cuando la miro solo me sale quererla y desearle lo mejor en esta vida.

—Buenos días.-Dice mi padre acercándose a nosotras, me da un tierno beso en la cabeza y a Carolina otro en la mejilla.
Nos quedamos los tres desayunando, mientras que vemos la tele, comentamos algunas cosas sobre los próximos días, planes que llevaremos a cabo cada uno.
Estoy fregando los platos cuando de reojo veo a Irina, no me saluda, pero no solo no me saluda a mi, tampoco a mi padre.Me molesta que no salude a mi padre.Termino con mi tarea, mis pasos llenos de rabia se hacen de notar y me siento en el sofá al lado de Carolina.

—Eva cariño, ¿porque no dais una vuelta tu hermana y tú? Para que conozca la zona.-Dice mi padre el cual no tiene malas intenciones, pero no puedo no enfadarme aún más al escuchar la palabra "hermana".
Busco la mirada de Irina que al igual que yo, tiene una cara de pocos amigos.

—A mi me parece perfecto, así pasáis tiempo juntas.-Añade Carolina.—Venga y os doy algo de dinero para que os compréis algo, lo que queráis.

Al final ambas aceptamos, no voy a negar que nos tentó lo del dinero.

—Bueno llévame a alguna tienda, necesito ropa nueva.-Ni si quiera me mira a la cara cuando lo dice.
—Vale.

Hemos ido a varias tiendas e Irina va cargada, no sé cuánta ropa se ha comprado pero eso no es lo más importante ya que al fijarme vi que al final de la calle hay una librería.Cuando llegamos me doy cuenta que es la librería a la que iba con mamá.Aún conserva esa estética vintage.
—Voy a entrar.-Digo para que me escuche, por su reacción veo que ni le interesa, Irina decide quedarse afuera, total, ella se lo pierde.

Es tal como la recordaba, sigue siendo un lugar muy acogedor y además mantiene un olor muy agradable a libro.

Hay varias personas, algunas en grupo sentada en  sillones y otras ojeando libros de las estanterías.

Comienzo a investigar en las estanterías, nunca se sabe que libro puedo encontrar, veo uno de fantasía que me llama la atención, pero está demasiado alto para poder cogerlo, estas estanterías no están pensadas para personas bajitas.
—Yo te lo doy.-Dice un chico que se encuentra a mi lado.Estira su brazo para agarrarlo y me lo da a las manos, lo acepto algo avergonzada, él sonríe y veo que tiene los ojos más bonitos que he visto en mi vida, azules como el mar.

—Gracias, creo que estas estanterías son muy altas, por cierto, ¿conoces este libro? realmente no sé de qué va pero me ha llamado la atención.
—Lo leí hace un tiempo, a mi en lo personal me gustó bastante, pero te recomiendo que lo leas a ciegas, sin saber nada, seguro que así te emocionas más.—Se me escapa una pequeña sonrisa al escuchar sus palabras, que chico tan mono.—Si algún día nos volvemos a ver ya me contarás qué tal.

Al llegar a casa la comida ya esta lista y servida, solamente faltamos nosotras.Nos sentamos y comenzamos a comer todos juntos.

Estuvimos charlando sobre nuestro paseo, Lucas nos contó que la playa es increíble y que quiere ir más, porque aún no ha visto un tiburón.También sobre que mañana comienzan las clases, la universidad va a ser una etapa dura de eso estoy segura.

En cuanto llegue a mi habitación me senté en la cama para comenzar a leer el nuevo libro, es demasiado adicto y parece ser que va a tener un giro de los acontecimientos, la chica es una hada y está enamorada de dos seres mitológicos, uno es sabio y amable y él otro es un bruto, pero romántico, aunque esa no es la trama principal, realmente es una novela política junto con fantasía.

Al ver la hora que es me levanto corriendo de la cama para organizar mis cosas.Mañana empiezo mi primer año de psicología y no puedo estar más nerviosa.Preparo la mochila y sobre mi mesa pongo un conjunto de ropa para ponerme mañana.

Antes de irme a dormir cené, ni si quiera me quede hablando más tiempo con Lucas como suelo hacer, los nervios me comen por dentro y solo tengo ganas de gritar.Es casi imposible dormir ya que estoy aterrada, solo espero tener buena suerte este año.

Cliché Donde viven las historias. Descúbrelo ahora