Capítulo 30

715 31 0
                                    

Una vez en el portal miré por la puerta de cristal, y ahí estaba él. Abrí la puerta, y al oírme se giró sonriendo con un gran ramo de rosas rojas en sus manos.

Christopher: Buenas noches bella - me dio un beso en la mejilla -

_____ : Chris... - mi voz se volvió al tono de la de una niña pequeña - No tenías por qué - sonreí y le abracé.

Christopher: Claro que sí bella. Te debo muchas respuestas, y esta es una de ellas.

_____ : ¿Y qué responde?

Christopher: Que te amo - me miró fijamente a los ojos - Y que no te dejaré ir.

_____ : Me parece justo, pero complicado.

Christopher: Compliquémonos. Nadie tiene por qué saberlo - rodó los ojos y levantó las cejas poniendo un puchero haciéndome reír -

_____ : Ummm... casi me convences - miré las rosas - pero aún tienes que aclararme cosas.

Christopher: Por eso te busqué; porque merecías respuestas. Respuestas que yo no te di y que él no te dará.

____ : Estoy ansiosa por escucharlas.

Christopher arrancó el coche, y en unos minutos estábamos en el centro. Nos dirigimos a un restaurante situado en la azotea de un edificio de New York. Ese sitio era inmenso. Estaba en tonos oscuros, y las paredes de cristal hacían que toda la ciudad se viera. Las luces me distrajeron. Chris sabía que me encantaba el hecho de que las luces se abrieran paso entre la oscura ciudad. Por eso me trajo aquí. Sus últimos mensajes me dijeron que esta sería una noche mágica. Para algunas cosas soy muy lógica, pero respecto a otras tan sólo me dejo llevar. Estoy segura de que me dejaré llevar... pero sólo me falta una cosa: La verdad. 

• 𝐂𝐔𝐋𝐏𝐀𝐁𝐋𝐄𝐒 •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora