¿Dónde y cómo pensaran vender los perfumes? Muchos de ellos están hechos con ingredientes de calidad y sé que los darán por un precio menor a su costo de producción.
¡Dios, cuanta impotencia siento!

-Encontraremos una solución -levanto la voz para reconfortarlo -. Voy a buscar un trabajo y Liz también puede hacerlo.

-Mi amor -me mira con ojos cristalinos -. Aprecio el gesto, pero no es tan sencillo. Se requiere de mucho dinero para reconstruir la perfumería.

-No se dé por vencido, padre.

-No lo hago, solo soy realista, Emily. -dice decaído.

-¿Podemos pedir un préstamo, no?

-No creo que nos den un préstamo para reconstruir una perfumería en medio de enfrentamientos. Saben que no es un negocio que por el momento vaya a dar muchos frutos.

-Debe haber algo que se pueda hacer, quiero ayudar.

-Si quieren ayudarme, vayan en busca de su madre y díganle que venga aquí.

-No queremos dejarle solo. -Explica mi hermana.

-En este momento es ella la única persona con la que quiero hablar. -Puedo escuchar la melancolía en su voz.

Lo entiendo, en verdad lo hago. Fueron ellos como matrimonio quienes crearon este negocio, fue padre quien convenció a mamá de invertir todos sus ahorros en una perfumería, así que comprendo que al perderlo todo solo quiera desahogarse con la persona que puso junto a él ese primer cimiento.

-Iremos en su búsqueda. -Tomo el mando, agarrando la mano de mi hermana para llevarla fuera aún cuando ella se rehúsa.

Puedo ver la preocupación en si rostro cuando salimos de la perfumería y solo es cuestión de segundos para que me diga lo que en realidad esta pensando.

-Voy a casarme con ese hombre. Aceptare la propuesta, Emily.

-Liz, entiendo que quieras ayudarnos pero encontraremos otra forma.

-¿Cómo? Ya padre lo dijo. Cualquier trabajo que consigamos no será suficiente para reconstruir el negocio. Ese acuerdo es la única esperanza que tenemos, así que no intentes persuadirme.

-¿Te casarás aún cuando odias tanto a los Lacrontters?

-Es mi sacrificio. Así que júrame que tú te casaras con alguien a quien ames y por favor que no sea un Lacrontte.

-Parece que papá y tú se han puesto de acuerdo en ponerme hacer ese tipo de promesas.

-Solo nos han traído desgracias, es mejor que nos mantengamos alejadas.

-De acuerdo. Juro que ni en mil años me fijaré en un Lacrontte.

-Voy a enviarle una carta al Mercader para que venga a reunirse con nosotros.

-¿Y cómo sabes su código postal?

-Papá tiene en su maletín la carta que este le envió y de ahí lo tomaré.

No comento nada al respecto mientras continuamos avanzando hasta llegar a casa. Solo espero que no nos arrepintamos de esto.

El perfume del Rey. [Rey 1] YA EN LIBRERÍAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora