XV-I

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No digo nada el resto del camino, sintiéndome entumecida ya que mi cuerpo está completamente frío, y siento las repercusiones del entrenamiento con Race. También tengo los ojos hinchados, no he podido dejar de sollozar .

Mi cabeza no deja de escuchar los gritos de aquel bebé, no deja de repetir el instante en que deja de llorar.

Seguí torpemente a Azael, tan confundida y dolida. Me mantuve a una corta distancia, hasta que mi cuerpo ya no pudo más, y esa es la razón por la cual ahora estoy siendo llevada sobre su espalda. Apoyo mi barbilla sobre su hombro. Manteniendo mis brazos alrededor de su cuello, cierro los ojos. Mi respiración se mantiene irregular aunque intento tranquilizarla, y mi corazón no ha parado de latir a un ritmo acelerado. Solo quiero llegar al búnker y dormir. Es lo único que quiero hacer, quiero olvidar lo que ocurrió hoy.

Los demás se atrasaron un poco debido a que dispararon una bengala al cielo, según Azael como una manera de confirmar que estaban todos bien. Es por eso que deben esperar que cualquier amenaza se aleje de su parámetro por la señal.

<<Al menos algo bueno ocurrió>>

No llegaba a comprender totalmente porqué no podíamos ayudarlo, inútilmente pensé que seríamos capaz de buscar una manera de alimentarlo, cuidarlo y protegerlo, incluso podríamos llevarlo al subterráneo, pero luego la realidad cruzó en mi cabeza. No sé cómo se rige este lugar y no soy nadie para imponer llevar a cabo algo que podría ser un riesgo para todos, mucho menos cuando había una posibilidad de que yo volviese a mi hogar.

Aún así, a pesar de mi mente lo entiende, algo dentro de mi pecho sigue doliendo. Una frustración e impotencia asfixiante.

Me bajo de la espalda de Azael al instante en que llegamos a la entrada. Sin emitir algún sonido, me dispongo a entrar. Durante todo el trayecto solo oigo nuestras respiraciones y débiles pisadas, mientras él nos ilumina el camino con la linterna.

La luz amarilla de alguna manera me genera cierta calidez necesaria.

Una vez dentro me dispongo a ir a la habitación a descansar, sin embargo, la voz de Azael me interrumpe.

-Sé que estás enojada-Sus palabras me sorprenden, y me confunden a la vez. No, no estoy enojada, no es eso. Tal vez Zoe era más explosiva, más demostrativa, pero yo no. Yo solo necesito explicaciones, cualquiera, y la aceptaré. No podría imponerme ante la creencia de nadie, y si estaba en contra, prefería mantenerme en silencio. No puedo meterme en las decisiones o pensamientos de los demás. Yo soy feliz con la verdad aunque sea dolorosa.

-Solo quiero saber tu razón de porqué no lo salvamos-digo sin darme la vuelta, dándole la espalda mientras escucho cómo cierra la puerta.

-Era arriesgado, no podía protegerlos si...

-No, necesito tu verdad-susurro, interrumpiéndolo, sintiendo un nudo en la garganta.

No sé porqué creo que me esconde algo, que lo que me ha dicho no es toda la verdad. Una parte de sus palabras, las comprendo, pero necesito saber la historia completa.

-Un bebé necesita demasiadas cosas, Zoe.

-¿Y si Zoe hubiera estado embarazada?

-¿Qué?

-Que si...-intento repetir lo que digo, cierta confusión me alberga por un momento. De manera imprevista, Azael me toma del brazo, obligándome a quedar frente a él. Inconscientemente busco su mirada la cual encuentro al instante. Siento un revoltijo de emociones, tantas cosas que no puedo ordenar. No sé porqué acabo de nombrarla, no comprendo qué es lo que busca exactamente mi mente al tener esta conversación.

Azael | 1 | Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora