CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE: ¿DÓNDE ESTÁ CAPERUCITA?

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—Tú eres hermoso, y que se parezca a ti será mi mayor felicidad —Lucier elevó su mano pasándola por las pequeñas cicatrices que Gorkan tenía en su rostro—. Quiero que nazca sano, que nuestro cachorro este bien.

—Y lo estará, tú eres fuerte —Gorkan se sentó y la colocó a horcajadas de él, acarició sus hombros y se inclinó tomando su boca, raspando sus labios con sus colmillos, la hembra en respuestas soltó un gemido y escondió rápidamente su rostro en su cuello—. Huelo a miedo, ¿Qué sucede?

—Últimamente me he sentido muy débil —Gorkan tomó el rostro de su hembra y lo acarició, apenas era un cachorro joven, apenas y estaba aprendiendo a convertirse en un buen líder, en un futuro. Era audaz, salvaje, valiente y amaba a los suyos, quería ofrecerle todo lo bueno a su princesa hada, pero ¿sería suficiente?—. Hace unos días estuve en el reino león.

—Gorius estuvo allí, será el líder en unos años —murmuró Gorkan viendo la tristeza en el rostro de la hembra—. ¿Qué pasa?

—Los leones, los leopardos y los dragones tiene un hechizo...

—Es una leyenda —murmuró seco Gorkan.

—Sabes que es una verdad —la hembra tomó el rostro de su amado y besó sus labios con suavidad—. Ellos tres se enfrentaron a una curiosa hace mucho tiempo, a sus inicios, y los castigo para que no pudieran reproducirse con otras razas, y tu madre fue la primera en romper aquella regla.

—Mi abuelo sigue resentido porque madre prefirió a un lobo, se la historia —Lucier lo observó fijamente.

—Tú naciste diferente, y Gokan nació enfermo —los ojos de la hembra se humedecieron y Gorkan le prestó atención—. Su raza es fuerte, salvaje y muchas veces animal, así que cuando se reproducen con otra especie, sus cachorros nacen enfermos, incluso muchas veces mueren. No soportan la mezcla de razas, el ser hibrido los pone en peligro.

—Yo soy un lobo, Lucier. Nuestro cachorro estará bien.

—Eres un león también, y no puedes ocultarlo —la hembra rozó sus dedos por la cabeza de Gorkan y este siseó pestañando, sus ojos se pusieron amarillos y de su pecho brotó un rugido, y no era de lobo—. Y yo soy un hada, ¿entiendes eso? Nuestro cachorro puede nacer enfermo o..., morir. Y yo no quiero que muera, yo lo amo, así como te amo.

—Nada les pasará, yo voy a protegerlos —besó sus labios, estuvieron poco tiempo ahí porque el líder hada buscaba a la princesa, Gorkan y sus hermanos volvieron pero al amanecer mandaron a llamar al príncipe mayor, sus padres confundidos preguntaron quien lo mandaban a llamar y como respuesta obtuvieron que era el rey hada, que quería verlo con urgencia.

Gorkan no fue solo, Gariot de Hierro lo acompañó aun cuando su hijo se quejó diciendo que solo a él lo recibirían, pero su padre sabía que algo sucedía y lo acompañó. Todo parecía normal hasta que vio los ojos llorosos del rey hada, a la madre llorando y a las hermanas de Lucier llorar en los brazos de su padre, Gariot preguntó que sucedía y el rey torturó a Gorkan frente a los ojos del rey de Hierro.

— ¡Wardiuna! ¿Qué le haces a mi hijo? —El rey gritó con la intensión de lanzarse hacia el hada para que soltara a su hijo, este con los ojos rojos lo dejó caer de rodillas—. ¿Por qué atacas a mi hijo? ¡¿Qué sucede?!

— ¡Tu hijo casi arrebata la vida de Lucier! —Estalló Wardiuna apretando los puños, sus ojos grises fijos en el rostro animal del próximo líder de Hierro—. ¡Casi me la arranca de mis brazos!

— ¿Gorkan la atacó? —Gariot fijó sus ojos azules en los de su hijo viéndolo palidecer y temblar, ¿Qué sucedía?

— ¡La preñó! —Gariot retrocedió pasmado viendo a su hijo, viéndolo sacudirse por el llanto pero no comprendió, ¿Su hijo había preñado a la princesa hada? ¿Gorkan? —. Lucier confesó que se casarían, que lo amaba y que pronto nacería aquel cachorro, uno maldito. Ayer se puso mal, empezó a sangrar, mandé a que la curaran pero nada hacía efecto hasta que en llanto pidió que protegieran de su cachorro ¡De su cachorro! Mi Lucier llevaba en su vientre al cachorro de una bestia.

LA CAPERUZA DEL LOBO © (I HDH)Where stories live. Discover now