Princess [Ddlg, Abdl]

Rebel II

– E..eh sí. – Agite mi cabeza eliminando esos pensamientos impuros, que madre mía, necesitaba un cambio de bragas ya.

– Ten más cuidado imbécil – Continúe después de despejarme. El chico me ofreció la mano y la aparte de un manotazo.

Sentí un leve gruñido y lo mire a los ojos. Su semblante había cambiado y podía sentir, que si ahora mismo las miradas matasen, estaría a 50 metros bajo tierra.

– ¡Maldita sea Jones! Llegas tarde a dirrección y encima pegas a un profesor. Tienes mucho que aprender mocosa.– Pegue un saltito del susto al escuchar a alguien gritar a mis espaldas. ¿Es que esos malditos policías no se cansan de gritar?

A trompicones y empujadas me llevaron hasta la maldita dirección.

[...]

Llevo... 1 hora ¿Tal vez? Tumbada en la maldita cama que me asignaron muerta del asco.

Después de la charla, asquerosa por cierto, de la directora me metieron en la habitación y me cerraron con llave.

Me quitaron mis cigarros y mecheros además de mis navajas. Pf, perfecto.

Pegue un salto y me puse de pie cuando recordé que en mi maleta, muy bien escondido, tenía un poco de... mercancía.

Sin dudarlo me encendí un cigarro y me relaje de sobremanera. Aunque los pensamientos dirigidos sobre mi, ahora, nueva vida seguían ahí.

¿Realmente está era la vida que quería?

– Está prohibido fumar en las instalaciones. Y sobretodo, tú, tienes prohibido fumar.– Levante mi cabeza y lo vi. Maldito hijo de puta.

Me levanté y le di una fuerte calada al cigarro, exhale todo el humo a su cara y me reí.

– Creo que no sabes lo que haces preciosa... A daddy no le gustan las rebeldes.. – ¿¡Pero qué cojones!?

Lanzó el cigarrillo al suelo y lo piso. Acto seguido me cogió de la mano y me hizo seguirlo.
Me llevo hasta la cama y me tumbo boca abajo en sus rodillas.

– ¿Qué cojones haces colega?– Sentí una nalgada y grité.

– Estaremos un buen rato aquí si no corriges tu vocabulario.– Gruñó.
– Empezemos– Y sentí otra nalgada, pero esta vez más fuerte.