Amor bajo llave.

18.

- Tú madre vendió esa propiedad a Marcelo hace diez años, solo que hubo un error y un sector del terreno no fue incluído en el contrato.-

- Osea que una parte aún es de mi madre? Bueno ahora mía?- el abogado asintió.

- El detalle Sole es que yo construí en esa propiedad creyendo que era mía y ahora quiero comprarla también.-

- Aquí está la propuesta de compra de Marcelo, te ofrece una remuneración por los años que usó esa propiedad y también lo que pagará por el valor de la misma...-

Sole se concentró en leer los documentos y cada vez se asombraba más, era mucho dinero.

Recordó la ayuda de Marcelo, había sido un caballero con ella y le debía el haber protegido su integridad o quién sabe tal vez hasta su vida, sonrió en su dirección y estuvo a punto de firmar pero el detuvo su mano.

- Espera.- el abogado siguió cada vez más intrigado los movimientos y acciones del muchacho.

- Faltó agregar algo?- preguntó Sole con inocencia.

- No, claro que no. Pero no puedes vender algo que no conoces... te gustaría ver el hotel que construí ahí?-

Sole se sintió un poco tonta el tenía razón ella realmente no conocía el lugar, la mirada de Marcelo tenía mucha ilusión y orgullo por su hotel, Sole no pudo evitar sonreír, el tenía una cara muy seria, su barba oscura realmente lo hacía ver cómo un villano pero realmente era un gran hombre, lo podía sentir.

- Si no firmo ahora habrá algún problema con el resto del dinero de mamá?-

- Descuide son cosas independientes la una de la otra.- Sole sabía que probablemente estaba dando la impresión de ser una interesada, pero en ese momento necesitaba un lugar donde vivir, con que pagar su escuela, gastos médicos, entre otras cosas que sabía venían próximamente.

- Entonces que dices Sole, vamos?-

- Claro, me gustaría conocer tu hotel.-

Ambos se despidieron de Fabrizio, y salieron rumbo a 'Villa nascosta' , Marcelo estaba muy intrigado con ella, veía con gran interés las calles y respiraba el aire del mar que ya inundaba los pulmones de ambos, todo con tanta paz, como si el estar en Italia la alejará de algo malo, su cabello era distinto a como lo recordaba, ahora era muy corto y rubio era como ver a otra persona, pero sus ojos no mentían , la delataban.

Sole lo miraba de vez en cuando, el le hablaba de las calles, de las casas, los negocios, en fin, de todo el lugar. Llamó su atención como dejaban atrás la ciudad y los hoteles del centro, el auto entró en una especie de terrazería, escuchó el sonido de las olas golpear la arena y se sintió emocionada como hace tanto no lo hacía, su boca soltó un suspiro sorprendida el terreno era enorme, y ahí algo alejado de la playa, estaba una casa, con unas más pequeñas alejadas unas de otras, distinguió un restaurant pequeño parecía más bien una cafetería, otro pequeño local de tablas de surf, veleros, incluso había bicicletas y aún así con tanto en el quedaba mucho terreno sin construir.

- Que te parece...?- preguntó Marcelo ayudándola a salir del auto.

- Es... bellísimo...- Sole sonreía ante todo lo que veía, el sol calentando su piel le recordó lo que era la vida y un fugas pensamiento ensombrecio su mente, el cáncer estaba en su cuerpo y ella había estado ignorando su existencia desde hace semanas.

- Sabes lo construí hace casi 11 años, estaba en una situación parecida a la tuya, el cáncer invadió mi páncreas y varios órganos más...- Sole lo miró incómoda y Marcelo entendió que no había sido lo más acertado.

- Como sabes que tengo... cáncer?- era la primera vez que lo admitía en voz alta.

- Tú oncológo fue el mío en aquella época...- Sole asintió y comenzó a caminar por la arena, sus converse le impedían disfrutar de la sensación completa del lugar.

- No logro entender cómo mamá vendió este lugar, es que, es tan magnífico es como un...es como si fuera... ya sabes es como estar en...- Sole chasqueaba sus dedos era algo que hacía siempre que olvidaba algo o no encontraba las palabras.

- Es como un pedazo de cielo?- ella asintió varias veces riendo por no poder encontrar esas palabras que describían a la perfección lo que era ese sitio.

- Exactamente eso parece y solo tengo 5 minutos aquí no imagino lo genial que debe ser pasar todos los días aquí... con este sonido de las olas, las gaviotas, con este aire tan puro...-

Marcelo la miraba embelesado, ella cerraba sus ojos y respiraba queriendo absorber esa pureza que había ahí, durante tantos años había renunciado a la idea del amor y no como un mártir , solo que se había negado a entrar a relaciones que carecían de verdadero amor, de compromiso, había sido infinitamente felíz construyendo ese lugar que para el había sido su refugio, dónde había vuelto a nacer, pero muy en el fondo de su corazón lo había construido para la mujer que amaría por el resto de su vida, su corazón así se lo había dictado en aquél entonces y en ese momento, al verla como con diversión y algo de inocencia se quitaba los tenis y caminaba por la playa como si fuera su casa, como si perteneciera ahí, lo supo, lo había construido para ella.