Capítulo 13

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Nueva York seguía su curso como siempre, nada parecía cambiar, o eso parecía. Xavier acompañaba a Rosaline en sus compras, la mujer tenía un carácter fuerte que no esperaba y aunque sabían el riesgo que corrían ella insistió en ir por algo para la cena, su jefe le había ordenado acompañarle para darle en el gusto a su ex esposa, probablemente Alberto quería volver a ganar el corazón de Rosaline, al menos eso pensaba el joven.

—¿Han sabido algo de Nicole? —La mujer preguntó mirando al joven quien se quedó en silencio unos segundos pensando en la respuesta que le daría a la madre de la latina.

—Estamos en eso, al menos sabemos que Steve no la tiene.

—¿Cómo están tan seguros?

—Él tiene problemas de ego, te aseguro que si él llegara a tenerle se encargará de que todo el mundo lo sepa. —Xavier tomó unos cereales y lo puso en el carro. —De todas formas, estamos trabajando con algunos policías para descubrir dónde está y volver a ponerle en la cárcel apostando por una mayor seguridad, mientras nos encargamos de recoger información para agregarle años a su pena y quizás llegar a la pena de muerte.

—Dios. —Rosaline suspiró mirando el techo del supermercado. —Solo espero que esa chica no esté en problemas.

Nicole miraba su muñeca enrojecida, Megan la había vuelto a esposar y apenas podía moverse. Sabía que debía encontrar la forma de salir, tenía que ir por Steven antes de que él fuera por ella, pero las cosas se habían vuelto más difíciles de lo que pensaba y su mente seguía jugándole malas pasadas trayéndole ilusiones de Beatrice. Luego de la fiebre que le había atormentado había perdido la cuenta de días que habían pasado, pero las últimas horas la había utilizado para encontrar la forma de escapar sin dañar a ninguna de las mujeres de la casa; una parte de ella quería quedarse y arreglar las cosas con Megan, pero sabía que no era el momento y si luego de encontrar a Steven debía pagar por todo lo que había hecho, lo haría, pero luego de asegurar el futuro para Valerie.

—Es hora de comer. —Megan entró con una bandeja en sus manos y no tardó en sentarse a un lado de Nicole en el piso. —Pensé que luego de estos querrías algo mejor... —Nicole miró el plato de pastas que tenía enfrente con una pequeña sonrisa. —En realidad, fue idea de Hayley.

—Sí, claro. No te preocupes, sé que en el fondo sigues siendo tan blanda como siempre lo has sido. Me gusta esa imagen ruda que siempre proyectas como fiscal también. —Megan solo rodó sus ojos. —Ayer no respondiste a mi pregunta.

—¿Cuál?

—¿Aun así has querido vivir el sueño americano?

—No creo que estés aquí para esto.

—No lo sé, dímelo tú. Aun no llamas a la policía. —Ambas se quedaron mirando un momento hasta que Nicole volvió a hablar. —¿Qué es lo que tienes en mente, Meg? —Megan soltó su esposa y le entregó el plato que Nicole no tardó en empezar a comer.

—Las dos sabemos que la policía de Estados Unidos no lo atrapará. —Nicole asintió. —Puedo lograr que no te den la pena de muerte e ignorar algunos crímenes para que al menos estés en la boda de Valerie.

—¿Fiscal Robbins, me está proponiendo un trato? —Nicole preguntó de forma burlona.

—No hagas que me arrepienta.

—Tengo una mejor oferta, entiendo que quieras hacerme pagar y todo eso, pero es poco probable que me inculpes de algo con tan solo relatos bajo presión, así que, te propongo lo siguiente. Me dejarás ir, iré por Steven, patearé su trasero y lo llevaré a máxima seguridad, luego tu aparecerás triunfadora y a mí me darás arresto domiciliario por cinco años por ayudarte a destruir toda una mafia que tiene Steven. Es mejor que intentar meterme a la cárcel cuando las dos sabemos que a nadie de la industria le conviene que se revelen algunos secretos, como tu padre.

—¿Crees estar en la posición de negociar? —Nicole limpió su boca que tenía un poco de salsa.

—Estoy segura de estarlo, mientras me tienes encerrada aquí, Steven está preparando un gran golpe que me pueda afectar tanto a mí, como a ti.

—¿A mí?

—Te recuerdo que fuiste tú quien le metió en la cárcel y estoy segura que se encargó de investigarte lo suficiente como para saber que estamos conectadas. Así que, tú decides, Megan. —Megan se quedó en silencio, Nicole tenía un punto y si en realidad quería lograr que Nicole pagara por algo, era la mejor opción.

—¿Prometes no escapar?

—Esto si lo puedo cumplir, te doy mi palabra, Meg. —Nicole extendió su mano y cuando Megan la tomó el vidrio de la ventana fue roto por una bomba de humo que no tardó en llenar la habitación de humo impidiendo tener una buena visión, Nicole tomó la mano de Megan y no dudó en llevarle a la esquina a tiempo cuando otro estruendo se escuchó y una silueta negra se vio.

Nicole solo podía tener una opción en su mente, le habían encontrado las personas que trabajaban para Steven y no daría su brazo a torcer así que hizo lo mejor que sabía hacer, luchar. Aunque le era difícil ver, trató de defenderse como podía, llevaba un tiempo fuera de practica y su rival no parecía querer hacerle daño realmente lo cual le era extraño. Nicole se defendió el suficiente tiempo hasta que el humo se había ido y aprovechó de usar la habitación a su favor, llevaba días ahí y conocía cada rincón del lugar. Antes de que Nicole pudiera arrojarle la silla en la que estuvo los primeros días la voz de la silueta que estaba completamente de negro le detuvo.

—¡Nicole! —Esa voz la reconoció de inmediato y se detuvo a tiempo ante la atenta mirada de Megan que seguía confundida preguntándose el por qué su vida parecía una película de acción cada vez que tenía a Nicole cerca.

—¿Shannon? —La mujer se quitó la máscara afirmando que era la madre adoptiva de la joven latina. —¿Qué haces aquí?

—Vine por ti.

—Debiste empezar por ahí.

—Debo ir a apagar el sistema de alarmas antes de que la policía llegue. —Megan se levantó dejando a Shannon confundida.

—Ya lo he hecho yo. —Stephen entró con su computador en mano y miró a la rubia. —Hola Megan.

—No entiendo que está pasando. —Shannon miró a las mujeres al verles tan calmadas de pronto.

—Llegan un poco tarde la verdad, pensé que eras de las personas que trabajan para Steven, Shannon. —Nicole se encogió de hombros. —Ya llegué a acuerdo con Megan y me comprometí a cumplir mi palabra esta vez. —Nicole le extendió su mano a Megan para ayudarle a levantarse.

—Que lindo que estén en buenos términos, pero ahora debemos salir de aquí pues Grace está como loca esperándote y Valerie cree que sigues en cosas del trabajo. —Las mujeres se miraron algo incomodas ante la mención de la enfermera. —Conseguimos una licencia para tu trabajo, llamaremos a tu padre para que sepa que estas bien y no te han hecho nada, aún.

—¿Mi padre? —Nicole preguntó mirando a su hermano quien asintió.

—Steven también está buscando a tu padre y...

—Y eso lo hablaremos en el auto, ahora vamos. —Shannon tapó la boca del hombre quien notó la mirada de Nicole que se habia oscurecido, habia fomentado el odio de Nicole. Megan los siguió hasta afuera y tomó el brazo de Nicole.

—Espera, Hayley viene con nosotras.

—Espera, ¿Ella viene con nosotros? —Stephen preguntó sorprendido. —Oh, claro que no.

—Sigo sin entender muy bien que pasa aquí, pero ella solo será un peso muerto.

—Fui yo quien logró superar su tecnología por días, ¿No? —Megan alzó una ceja cruzándose de brazos. —Voy por Hayley y Shakira, ese es el trato.

—Claro, te espero. —La rubia entró rápidamente a su casa y Stephen tomó el brazo de Nicole.

—Vámonos.

—No.

—Sabes que esto es un error.

—Sí, pero se lo prometí y no le fallaré otra vez. La necesitamos en Estados Unidos, la dejaremos fuera de la parte peligrosa, pero con ella a nuestro favor cazaremos a Steven y lograremos que deje de molestarnos de una vez, sino yo misma le mataré. 

The ThiefDonde viven las historias. Descúbrelo ahora