- Vas a dejarme, Sole?- ella abrió los ojos atónita y negó rápidamente.

- Creo que tú me dejarás a mi primero...- Gabe negó y la abrazó a su cuerpo.

- Siempre pensando lo peor de mí... No entiendes que me tienes cautivado, perdido en ti?-

- Que debo hacer...?- Gabe le limpió una lágrima que se había escapado de sus ojos.

- Ten paciencia, ya pensaremos en algo, para todo hay solución...- ella asintió sin soltarlo.

- Y si te convence...?- Gabe tomo su barbilla y depositó un beso en sus labios.

- El amor no es para cobardes y yo quiero ser valiente contigo...- una leve sonrisa se formó en el rostro de Sole, Gabe sonrió por ese gesto, ahí estaba de nuevo ella.

Más tarde la llevo a la escuela, ese día no tenía clases con ella, así que el resto del día fue una tortura para ambos.

La vio apenas unos minutos en el descanso, estaba junto a varios alumnos hablando de algo, seria, taciturna como en la mañana.

Gabriel sintió culpa muy en el fondo de su corazón, el podía soportar esa situación, ese dolor al que pronto se enfrentaría, pero ella era inocente, no sabía nada de la vida, sufriría y eso era algo que el no podía evitar.

Pensó en la familia de ella, como reaccionarían ante su relación, el debía buscar la manera de respaldarla, podía llevarla consigo a su departamento, podría incluso casarse con ella si así se lo pedía, pero de nuevo su juventud lo trajo al mundo real, ella aún debía vivir más cosas y el no quería arrancarle esa etapa de su vida.

Gabriel sonrió abiertamente cuando ella lo busco entre esa multitud, había sentido su mirada sobre su cuerpo, eso era algo tan especial como podían sentirse.

Sole le sonrió al encontrarlo, se alejó de la multitud dejando que el fuera tras ella, en la biblioteca se aseguró que no hubiera nadie más y cuando el entro cerró la puerta con seguro.

- He tenido ganas de hacer esto todo el día...- Gabriel asintió y se adelantó al plan de ella, tomo su nuca y la atrajo a su boca.

- El tiempo se me hace eterno cuando estás lejos de mí, las ansías me consumen si no puedo tocarte...- Sole acarició sus mejillas , recibiendo cosquillas por su barba.

- Está noche quiero quedarme contigo...- Gabe dejó de besar sus hombros al escuchar eso.

- Crees que sea posible...?- Sole más animada por el amor que se tenían asintió.

- No recuerdas como escapaba antes?- el soltó una carcajada recordando como la conoció.

- Tus métodos no eran muy buenos según recuerdo...- ella rió contra su pecho.

- No tenía una buena motivación en aquel entonces...-

- Y ahora la tienes...?- preguntó el siguiendo ese juego.

- Claro que sí, amore mio...- Sole escuchó pasos acercándose.- espérame a la media noche, dónde te bese por primera vez.

- Te esperaré toda la vida si es necesario...- Sole negó riendo de nuevo, Gabriel se sintió más tranquilo al verla relajada de nuevo.

La cena en su casa fue igual que el desayuno, Gala hablaba sin parar contándoles como había renunciado a su trabajo para regresar a México por su familia y por Gabriel.

Sole sintió como el estómago se le revolvía con cada palabra de su hermana, ella solo le sonreía cada que cruzaban la mirada, la menor forzaba una mueca que luchaba por ser una sonrisa, para todos la actitud de Sole pasó desapercibida menos para Marissa, que ya estaba planeando un extenso interrogatorio.

Pasada la noche todos dormían, Sole bajo las escaleras con cuidado, con los zapatos en mano para no hacer ruido, salió por la puerta de la cocina que daba al patio trasero, corrió esperando que nadie la viera, la enorme barda de piedra la recibió, ella dudo unos segundos pues tenía mucho sin hacerlo, pero con las ansias de ver a Gabriel comenzó a trepar.

Una mano la jaló hacia el suelo haciéndola gritar, los perros de su padre vinieron a su encuentro y Marissa tiró algunas galletas lejos con lo que se fueron felices.

- A dónde crees que vas Soledad?- Sole se limpió el polvo y la miró molesta.

- A una fiesta.- mintió.

- De verdad, dónde será?- Sole trató de pensar en algo pero no se le ocurría nada.

- En casa de unos amigos...-

- Que amigos...?- insistió Marissa.

- No los conoces...-

- Pues preséntame con ellos, si me esperas unos minutos iremos juntas.- Sole negó abrumada.

- Iré sola.- intentó subir de nuevo, pero fue jalada otra vez por su hermanastra.

- Dime la verdad, ya no confías en mí?- Marissa la miró con tristeza habían sido muy unidas y desde que había llegado actuaba solitaria.

- No lo comprenderías...- admitió sole al final.

- Vas a ver a alguien...?- preguntó Marissa, Sole asintió rendida.

Un claxon se escuchó a final de la calle, esa era su señal , Marissa fue más rápida y subió esa barda en segundos, agudizó su vista y soltó una maldición reconociendo ese auto, la impresión la hizo terminar en el suelo.

Sole se apresuró a levantarla, Marissa la miró una y otra vez , tratando de no gritarle lo mal que estaba eso, respiro y dio vuelta en el mismo sitio varias veces.

- Es Gabriel?- trato de que no sonara tan alto pero le fue imposible.

- Sí...- admitió la jóven.

- Estás loca! qué crees que dirá tu padre cuando se enteré? - Sole le tapó la boca con rapidez.

- Escucha Marissa... lo amo.- la rubia suavizó su gesto acusador y Sole supo que era hora de soltarla.

- Pero es Gabe... santo Dios esto es muy malo, muy malo...-

- Ayúdame Marissa por favor...- la jóven se rindió ante esos ojos suplicantes.

- Maldición en verdad lo amas , no es así?- Sole asintió.- Y el...?

- Estamos juntos Marissa, nos queremos.- Marissa era una romántica empedernida y sabía reconocer cuando había amor.

- Bien. Vete antes de que me arrepienta.- Sole besó su mejilla agradecida y salió tan rápido como pudo.

Entró al auto de Gabriel con prisa, el salió del lugar sintiéndose como un ladrón que robaba un gran tesoro.

Al llegar a su departamento, el hambre los invadió y terminaron cediendo a lo que el cuerpo les pedía, más tarde ella dormía entre sus brazos y el la veía embelesado, sin embargo también tenía miedo de perderla aunque no lo hubiera admitido en voz alta.

Amor bajo llave.Where stories live. Discover now