33

18.6K 1.5K 372
                                    

El sol incinerando mi cara, me obliga a abrir los ojos con la sensación de haber vivido una eternidad dentro de un sauna.

La suavidad de mis sábanas arropándome me deja aún más desconcertada en medio de mi confusión.

¿Acaso soy sonámbula?

Rascando mi nuca al no comprender ni cuánto es dos más dos, me acomodo sentándome en mi cama para admirar el cuarto iluminado por los rayos de sol que aparecen por el horizonte entre medio de las nevadas montañas.

~Uy que poética SunHee~

Al parecer los otros dos simios han madrugado mágicamente, ya que el desorden de sábanas y ropa que ya hace en sus camas vacías me comprueba mi hipótesis.

Por la noche, recuerdo perfectamente como luego de su extraña propuesta, el silencio permaneció hasta que comenzamos una nueva conversación bastante apegada a lo personal de cada uno, a decir verdad fue agradable conocer más de este niño en cuerpo de modelo de revista, no me esperaba descubrir cosas que creía saber al conocerlo desde pequeña y tanto como yo supe de sus raras costumbres, como por ejemplo; Ordenar sus sudaderas por color de más claro a más oscuro, su obsesión hacia las gominolas de osito: sobre todo las rojas y el dato que núnca olvidaré; intentó leer novelas de mi gusto para poder conversar de algo conmigo sin acabar peleando cómo perro y gato cómo siempre sucedía pero nunca lo lograba ya que se dormía en el segundo párrafo.

Él supo y se enteró de mi apego a un pedazo de felpa que tengo desde que tengo memoria, también supo que dibujo peor que SeYun a su corta edad, sin siquiera poder dibujar personas de palitos de manera decente y por último le confesé que dentro de esa libreta en dónde me dirigía hacia él con odio en mis épocas más inmaduras; también escondía una página en dónde admitía que era mi segundo crush más grande luego de Park Jimin en la época en la que lo idolatraba a más no poder.

Luego de eso honestamente no recuerdo más que un ligero hilo de silencio en el cual me relaje con el silbido nocturno, dejándome caer sobre el hombro de Jungkook, para cerrar mis ojos y despejar mi mente.

No esperaba para nada despertar en la comodidad de una cama, es más: Estaba preparada psicológica y físicamente para despertar amargada de la vida por el rocío de los regadores que la abuela tiene activados por la mañana.

Al escuchar el rugir necesitado de mi estómago, decido que ya es hora de alimentar mi basurero sin fondo interior.

Emocionada por saciar mi hambre similar a la de un bestial animal, corro hecha un desastre mañanero a la cocina, planeando mentalmente mi desayuno del día de hoy.

—Buenos días cariño —apenas llego a la cocina, el olor a café y tostadas, activa mis sentidos.

—Buenos días abuela —le doy un beso en la frente caminando ansiosa al mesón lista para picotear las cosas que han preparado, para mi suerte, ahorrando mi tiempo en pensar que comería hoy.

—Hay frutillas recién cosechadas en la nevera, tus papás han ido a pasear al pueblito junto a SeYun para entretenerlo por un rato —conociéndome a la perfección, me da las noticias actuales de los movimientos de mi familia adelantándose a que le preguntara aquello.

—Vale, gracias abuela.

Esperando el gran momento, doy un mordisco grosero a mi tostada, sintiendo enseguida como cada parte de mi ser se derrite en la gloria.

Hasta un pan preparado por mi abuela, es sinónimo de tocar el cielo con mis papilas gustativas.

—Tragas más rápido que Hoseok y Taehyung fusionados en un solo monstruo.

B i g  B o y      © (fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora