I n t r o d u c c i ó n

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Ba-basta... Duele... Por favor, detente... —suplicó la chica acorralada contra la pared mientras que el vampiro hacía caso omiso a sus palabras y seguía bebiendo la sangre de su cuello.

Trató de empujarlo pero la diferencia de fuerza era bastante grande.
Al ver que la muchacha no se quedaba quieta, la sujetó la muñecas colocándoselas a la altura de la cabeza.

La joven dejó escapar otro sollozo de sus labios al sentir como los colmillos se enterraban aún más en su piel.

Tsk, me tienes harto —murmuró el pelirrojo separándose unos centímetros para observar la cara de su víctima y no pudo evitar sonreír divertido— ¿No entiendes que no puedes resistirte? Eres solo una inútil y débil humana. ¿Tú crees que puedes darme ordenes, eh?

El vampiro apretó sus muñecas con fuerza haciendo que la chica reprima un grito de dolor. Sonrió satisfecho al contemplar el sufrimiento que le causaba a la rubia, eso le pasaba por dejar que otra persona a parte de él bebiera su sangre.

— Sabes que resistirse es inútil, así que deja de lloriquear y quedate quieta —dijo para luego volver a clavar sus colmillos en la delicada piel de la muchacha y poder seguir deleitándose con la dulce sangre que contenía la pobre.

— Ayato, ya dejala de una buena vez —una nueva voz provocó que el chico volviera a despegarse del cuello de su -según él- posesión.

Miró sobre su hombro a su hermanastro y sin disimular su irritación, resopló.

— Que molesto eres, Reiji —dijo Ayato sin soltar las muñecas de la joven, quien empezaba a sentirse algo débil.

— Esta es la última vez que te lo digo —exclamó Reiji con frialdad— Se nos va a ser tarde para el instituto y mira, aún esta en pijamas, ni siquiera tiene el uniforme puesto —recriminó a lo que Ayato se limitó a rodar los ojos.

— Y tú —señaló a la muchacha— Ve a cambiarte de una vez. Ayato, ve a reunirte con lo demás —dicho esto se retiró.

— Como digas... —respondió Ayato de mala gana, soltando bruscamente las muñecas de la chica ocasionado que ésta terminara en el suelo— No te ilusiones Chichinashi, más tarde volveré y terminaré lo que empecé.

Y con esta última advertencia, le dedicó una sádica sonrisa y despareció de la habitación.

Yui se sobó las muñecas, las cuales ya estaban adquiriendo un color rojizo. Se levantó con un poco de esfuerzo, tomó su uniforme -el cual estaba tendido en su cama- y se metió al baño para cambiarse.

Luego de terminar de prepararse miró al espejo.
Observó la imagen de sí misma que se le presentaba, una chica con cabello rubio y ojos rosados. Su cara delataba el cansancio que sentía en ese momento. Bajó su mirada hacia su cuello donde se encontraba una venda que escondía las dos marcas frescas.

Respiró profundo y salió rápidamente del baño. Agarró su maleta que reposaba en su cama y caminó apurada hacia la salida. Sabía de por sí que no debía hacer esperar a los Sakamaki.

Mientras bajaba las escaleras principales pensaba en el porqué su padre todavía no había venido por ella, de por qué tenía que sufrir esto ella, ¿tan mala persona fue en el pasado para que ahora viva el infierno que estaba viviendo?

Una vez llegado al final de las escaleras, se encontró con los Sakamaki en el vestíbulo.

Ara~ Bitch-chan, te has demorado —la retó de manera burlesca Raito, sacándola de sus pensamientos.

— Por Yui-san tal vez llegaremos tarde, ¿no crees Teddy? —le preguntó Kanato a su tan adorado oso de peluche.

La rubia intentó excusarse rápidamente: — Y-yo... perdonen-

— Guarda tus insignificantes palabras y vámonos de una vez —le interrumpió Reiji, a lo que ella solo se limitó a asentir y bajar la mirada al suelo para ir junto a los demás a la limusina.

(...)

Dentro del vehículo, Yui miró hacia la ventana dejando escapar un disimulado suspiro.

Esos últimos meses realmente le habían quitado casi la mitad de años por todo el estrés y complicaciones que tuvo que soportar en su estadía por la mansión Sakamaki.

Si hubiera sabido que una vez en la mansión se convertiría en un recipiente de sangre para unos seres que, hasta entonces, pensaba que solo existían en libros y películas, no hubiera aceptado quedarse a vivir allí.

«Y pensar que luego debo elegir a alguno de ellos» pensó con desdén.

Cerró sus ojos y apoyó su cabeza contra el cristal.

«Dios, tomaré esto como una prueba de voluntad. Así que, por favor, dame fuerzas para continuar soportándolo

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Original: 17/9/14
Editado: 8/12/18

||Diabolik Lovers|| † New Blood † [EDITANDO]Where stories live. Discover now