capitulo uno.

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NUEVA VERSIÓN.

Era temprano por la mañana, la alarma de su teléfono se activó y de mala gana lo alcanzó para apagarla. Un gruñido leve se escuchó por debajo de las sábanas antes de que salieran volando. Con el cabello hecho un desastre junto la pereza de iniciar su día, un joven estiró sus brazos hacía arriba, bostezando y agarrando su teléfono para ver la hora; era tiempo de levantarse e ir a la universidad. Era todo un problema hacer que su cuerpo reaccione por las mañanas, más que nada el peso en su cuerpo de sentir no haber dormido lo suficiente. Después de un año estudiando en una Universidad de renombre, se había acostumbrado un poco al movimiento y hasta al estrés de moverse por la ciudad de Nueva York para llegar a la gran casa de estudios. Logró entrar por medio de una beca que poco dinero le otorgaba para sobrevivir en la ciudad, pero gracias a unas amistades, lograron rentar un departamento.

Ni él sabía cómo consiguió esa beca. Si le preguntaban, solo respondía que "le echó ganas", y cambiaba de tema. Hasta él se cuestionaba el cómo llegó tan lejos, pero aquí estaba estudiando una de las carreras con menos alumnos en toda la universidad. La especialización en Música y Composición.

Era una Universidad con áreas variadas que abarcaba mayormente las humanidades y ciencias sociales. Él estaba del otro lado del campus con el área de producción de arte, involucrando la pintura, música, composición, escritura creativa, escultura, dibujo y animación.

—¡Chip Hernández! —Una chica entró de golpe a su habitación. La gran sonrisa en su rostro, usando su pijama y el bonnet rosado que protegía su cabello —Oh, no te veo tan feliz hoy. ¿qué ocurre? —preguntó, ingresando al cuarto como si nada, sentándose en la cama.

—¿Podrías no entrar a mi cuarto sin avisar primero? Y jamás estoy feliz en las mañanas, wey —explicó estando en el baño lavándose los dientes, mirando fuera del pequeño espacio para ver a su amiga —No entiendo cómo estás tan feliz por las mañanas, Hayley... Da miedo.

—Tengo que. Si me despierto de mal humor estaría así todo el día y no creo que eso sea agradable —respondió cruzándose de brazos —Como sea, te espero abajo para desayunar. Es mejor que comas algo antes de irnos, no quiero que te desmayes a mitad de camino —bromeó, dándole algunos golpecitos en su espalda antes de salir para ir directo a la cocina a preparar su desayuno. Como de costumbre, fueron llegando los otros jóvenes que vivían con ellos, estudiantes de universidad igualmente.

Bajando a la cocina minutos después, encontró a todos ya comiendo, platicando entre ellos sobre lo que les esperaría ese día. Chip no quería hablar sobre la universidad en casa, no quería estresarse a esa hora de la mañana. Hablaba con su mejor amiga cuando de repente fue atacado por sorpresa por uno de sus compañeros de piso por detrás, su cuello siendo rodeado por unos pálidos brazos.

—¿Qué haces, cabrón? —Chip cuestionó al reconocer al otro. Era Marcelo, un joven de largos cabellos blancos y linda sonrisa. Gustaba de molestar a Chip por las mañanas, se le hacía divertido —¿Qué quieres, wey? Es muy temprano para tus chingaderas —habló de mala gana, frunciendo el entrecejo mientras volvía a comer de su cereal.

—¿Qué harás hoy en la noche? —Le preguntó el dulce joven al ponerse en frente de él con esa sonrisa, amarrando de mejor forma su cabello ahora que ya no tenía tanta prisa.

—Quedarme en casa y valer verga. —Respondió. No había dormido bien, así que su plan apenas llegar a casa era dormir el resto del día como se merecía, sin molestias ni distracciones. En otras situaciones habría dicho que no y preguntado cuál era el plan después de clase, pero ahora estaba cansado.

Se sentó en una de las sillas de la mesa para comenzar a comer junto con Hayley. Todavía quedaba tiempo para vestirse e irse directo a la Universidad y llegar puntuales ambos.

𝐂𝐑𝐔𝐒𝐇 | frechip, (Editando...)Where stories live. Discover now