-Me parece todo bien.- digo arreglando mi garganta acomodándome en mi asiento, sintiendo la mirada triunfante de Camila sobre mi.

Maldita arrogante.

-¿A que hora termina esto?.- pregunto directamente, estaba aburrida.

-Falta la evaluación de Jackson y estaríamos señora Jáuregui.- dice mi secretaria y asentí.

-Que sea rápido porque tengo hambre.- Era la jefa podía decir lo que quería.

-Podría invitarnos a comer Jefa.- bromea Louis, mi amigo y esposo de Dinah Jane.

-En tus sueños.- rio también. -Jackson diez minuto.- le pido y el asintió, mire de reojo a Adam solo para molestarlo y él se sonrojó.

Sabía que ellos tenían algo, y lo aceptaba demasiado porque eran buenos chicos, al menos estaban enamorados y quería que el amor triunfara no como el mío, que solo fracaso pero eso sería lamentarme demasiado, así que no seguiré diciendo. ¿Se han dado cuenta que cuando uno quiere que el tiempo pase rápido pasa lento? Así fueron los Diez minutos de Jackson, al menos no volví a mirar a Camila, no hasta que la reunión terminó y casi grite ¡Aleluya! Pero no lo hice, por respeto y también porque quería librarme de todos rápidamente e ir a comer. Me despedí de cada persona abandonando la oficina escuchando unos tacones más altos que los míos a mi espaldas, no tenía que sospechar, sabía quien era e incluso sabía a que venía, así que cuando llegue a mi oficina, abrí la puerta dejándola entrar delante de mi tomando el atrevimiento de mirarle el trasero.

¿Podía hacerlo? ¿O era acaso? Pero en mi defensa ese trasero fue mío durante mucho tiempo, podía mirarlo... bueno no tanto pero si echarle un leve vistazo además que resaltaba demasiado y no era mi culpa, era difícil estar tanto tiempo sin sexo aunque estuve apunto de ir al club luego de mi divorcio un par de veces no lo hice, primero porque no era mi ambiente y segundo no tenía ganas de acostarme con nadie más al menos que fuera Camila, y no era patético porque no me iba acostar con alguien sin desearle, sin siquiera tener una ereccion, no quería que fuera aburrido y aún no conocía a alguien que me calentara como lo hacía mi ex esposa y si eso es ridiculo para algunas lo lamento pero no me voy a acostar con alguien que no me hará sentir nada importante.

-¿Que te trae por acá?.- cierro la puerta a mis espaldas, mirando su sonrisa levemente arrogante y su postura de mujer llena de seguridad que tomaba asiento en mi escritorio.

Karla Camila en todo su esplendor siendo una autoritaria.

-¿Como es eso de que planean ir a Italia?.- cuestiona alzando una ceja.

-Salió un proyecto allá, pero no iré mandaré a alguien a tantear el terreno y si es necesario viajaré.- le explicó caminando hacia el pequeño bar sacando la botella de Whisky. -¿Quieres?.- Ella asintió de inmediato.

-¿Por que no te veo feliz de ese acontecimiento?.- cuestiona confundida sin moverse de mi silla, le entregue el vaso sirviendo otro para mi.

-Porque no es tan emocionante, más si viajo y no veré a los niños por unos días.- le explicó tragando el líquido.

-Era algo que deseabas.- dice segura.

-Deseaba, pasado, las cosas cambian.- le aclaro, ella hizo una mueca pero luego sonrió arrogante por estar en mi silla. -¿Que se siente estar en la silla de alguien genial.?.- digo arrogante y ella río fuertemente.

-Me siento en mi silla todos los días.- dice triunfante, reí fuertemente negando con mi cabeza.

-Punto para ti Cabello.- termino mi vaso de Whisky.

-¿Puedo hacerte una pregunta?.- dice burlona y asentí. -¿Por que me mirabas tanto en la reunión?.- alza una ceja triunfante.

-Tenias un moco.- me defiendo, ella hizo una mueca tocándose la nariz tratando que no me de cuenta pero la conozco y se lo que hacía. -La verdad me gustaba tu vestido, es bonito al igual que el de la otra vez.- la halago.

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