—Que recuerdas. Y no, no sólo dos veces. Volví el día que peleamos luego de que conocieras a Rafael, después de oírte cantar. Volví cuando mi hermano me llevó a edén a que intentaran salvarme la vida. Regresé luego de que te abandonara, y regresé ahora. Eso sólo por mencionarte esta vida.

—¿Ah sí?

—Sí.

—Dime más.

—Ni siquiera lo recuerdas.

—No importa, si me lo dices tal vez lo recuerde.

—Bueno. ¿Con cuál quieres empezar?

—Con la primera.

—Muy bien. Fuimos a guerra, por tu típica necedad casi te matan, obviamente y como el salvador que soy, te rescaté. Te llevé lejos y pedí que esperaras ahí mientras hacía algo importante.

—¿Volviste?

—Claro que volví, y me dijiste: "Pensé que no volverías" — cita con voz graciosa.

—¿Qué más?

—Otra guerra. Cómo estabas lastimada no podías ir, me pediste que me quedara contigo, pero no podía hacerlo. Fui, y cuando regresé me dijiste exactamente lo mismo.

—Pensé que no volverías.

—Exacto.

—Sigue.

—¿No crees que es suficiente?

—No.

—Bueno. El día que me enteré que tenías un amorío con mi hermano, fue de una forma extraña...

—¿Por?

—Íbamos a tener sexo. El punto es que me enteré, volví a vestirme y salí él busca de Rafael. Me pediste que no lo hiciera, rogaste porque me quedara y habláramos, pero obviamente estaba muy enojado y ni siquiera te hice caso. Fui por Rafael, me pelee con él, casi nos matamos, y luego volví.

—¿Por qué volver luego de que te traicionara así?

—Por la misma razón por la que he vuelto todas las veces.

—¿Y es...?

—Que te amo.

Siento como me arden las mejillas, quisiera besarlo ahora mismo, pero prefiero aguantarme y quedarme como estoy.

—Regresé enojado — habla a modo de continuar la historia.

—¿De verdad?

—Sí, y me desquité contigo — admite encogiéndose de hombros.

—Que lindo, ¿me golpeaste?

—Jamás te he puesto una mano encima. No de esa manera, claro.

—Entiendo...

—Y las más importante. Cuando intenté sacarte del seol... no logré hacer nada, pero juré que volvería por ti a donde fuera qué estuvieras.

—¿Y...?

—Aquí estoy.

(...)

Escucho unos golpecitos en la puerta, instantáneamente me despierto, sin embargo continúo inmóvil y con los ojos cerrados.

—Tenemos a alguien comandante — oigo un susurro desde afuera.

Luzbel se mueve de mi lado, oigo como se pone de pie y abro los ojos cuando sé que me está dando la espalda.

Apocalipsis Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ