Capítulo 2: Dinosaurios en una Nave Espacial

231 10 3
                                    

La mano sudada del Doctor, más una reina locamente enamorada de él, definitivamente no es una buena condición. Siento mi respiración agitada hasta que llegamos a la sala de tesoros, donde se encuentra la TARDIS.

– Creo que no fue una buena idea después de todo- trató de sacar mi llave de mi falda.

– ¡Doctor! Llévame contigo- escuchamos los gritos de Nefertiti.

– Esta mujer es más loca que la reina Elizabeth.

– No me recuerdes ese día.

Abro la puerta, para cerrarla rápidamente. Empieza a cantar victoria de que salimos ilesos, pero me doy cuenta que me falta el Doctor haciendo que sintiera pálida. Esto no va ha terminar bien.

–  ¡Doctor!- gritó al darme cuenta de su ausencia.

Abro la puerta para ver un Doctor asustado entrando a la nave con una reina insistente que la corteje. Pero quedó desvanecido una vez que se encontró adentro. Esto era algo que no se lo imaginaba. Lo único que puedo pensar es estar en problemas.

– ¿Por qué la trajiste?- preguntó sorprendida.

– No la traje, ella vino. No podría sacármela de encima. Es peor que Elizabeth I. Y eso que me imagine que no habría nadie más acosadora que ella.

– Tenemos que irnos antes de que faraón venga y trate de quemar la TARDIS. De otra manera, nos va ir mal a los dos. Y no digas que no- señaló su pecho con mi dedo.

– Esta bien. Esta bien- comentó un poco preocupado por lo que pudiera hacer.

Se dirige a la consola para empezar el despegue. Veo la pantalla para asegurarme que no venga ningún soldado. No pasa mucho tiempo hasta que aparece primero. Veo al Doctor tratando de pensar claramente.

– ¿Te podrías apurar? Faraón ya envió a sus soldados y están por llegar en cualquier momento- le digo enojado.

– No me apures- me responde molesto.

– O los dos morimos por tu culpa o nos sacas de aquí, lo más pronto posible- gritó haciendo que se apure rápidamente.

El Doctor empieza a murmurar en voz baja. Empieza a murmurar palabras al azar que no tienen sentido. Decido ignorar, así que agarro la pantalla para teclear la ubicación de mi hijo. Al parecer se encuentra en rumbo a finales del siglo XIX.

– ¿Que es lo que tramas esta vez?- murmuro para mi misma.

– Esperen aquí. Traten de no matarse en problemas en lo que salgo. Gracias.

– Espera, ¿qué?- el Doctor sale antes de que termine mi asombro.

Nefertiti y yo nos quedamos en un silencio incómodo. Ninguna de las dos teníamos deseo de hablar, lo cual era algo más incómodo de lo normal. Me muerdo la lengua para esperar a que aparezca, hasta que al fin lo hace.

– ¿Y tú eres?- me pregunta confundida.

– Abigail Smith. Creo que no habríamos tenido la oportunidad de conocernos.

– ¿Y tú cómo conoces al Doctor?

– Somos amigos de la infancia. Nos hemos estado acompañando desde hace mucho tiempo. Así que- encojo los hombros-, yo tengo autoridad en esta máquina más que tú.

– ¿Cuál es tu relación con él?

– Él es mi...- se escucha como las puertas se abren, sintiéndome agradecida con el Doctor de que haya aparecido en el preciso momento mientras parloteaba sobre un mensaje en el cual hablaba sobre el encuentro de unos dinosaurios y un misil.

Doctor Who (VII): RememberTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon