🅟🅐🅡🅣🅔 21⛔

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-Quiero un poco de alcohol y comida antes de continuar con esto. Estoy un poco ansiosa -me disculpo y él rueda para salir encima de mí.

Estamos en el piso, encima de la cara alfombra blanca, frente al hermoso paisaje de luces de la ciudad.

Me levanto y me acerco a la mesa. Edward trae el carrito con comida, destapa la cobertura de acero inoxidable y veo que hay un jugoso filete con ensalada allí.

Mi esposo me observa mientras me alimento. Sus ojos dorados no se apartan de mí. Yo miro mi mano donde tengo el anillo y la elevo un poco.

-Ahora los hombres tendrán una excusa para dejar de molestarme. Es una pena que tú seas un estudiante y no puedas usar tu anillo, a menos que digas que es simbólico y tienes un noviazgo a distancia.

Él se afloja la corbata y se la quita, al igual que su saco que a estas alturas ya se encuentra arrugado.

-Si me presento como la señora Cullen, será evidente que me casé contigo, eres el único Cullen sin pareja.

-Quizá debas conservar aún tu apellido mientras tanto y cuando nos mudemos para comenzar de nuevo ya podrás usarlo.

-Y tal vez tú puedas ser el señor Burke -bromeo alejando el plato que ya he terminado.

-Quizá.

-Tomaré un poco de champaña y estaré lista -le guiño.

El cierre de mi vestido ya está abajo ya que mi esposo lo bajó cuando nos besamos encima de la alfombra. Simplemente debo quitármelo para que se vea la lencería especial para esta noche. No es de color negro, ni rojo y menos aún blanco, sino de color rosa.

Camino en ropa interior hasta nuestra habitación con Edward siguiéndome de cerca.

-¿Qué tienes en mente? -pregunta desabrochando su camisa.

-Veamos... no lo sé. ¿Qué me dices tú? -pregunto muy cerca de su rostro. Nuestros alientos se juntan.

Me toma de la cintura y lleva sus labios a mi oreja izquierda.

-Quiero probar cada tramo de tu piel, casi he olvidado tu sabor.

Lo tomo de la nuca y hundo mis labios con los suyos. Lo cierto es que él siempre tiene buenas ideas.

Nos acostamos entre risas y el comienza a besar mi cuello. Yo lo tomo del cabello y comienzo a suspirar. Me besa con demasiada pasión. Mientras yo le quito la camisa que ya está desabrochada.

Sus manos se dirigen a mi espalda y deja de besarme cuando no encuentra lo que necesita para desabrochar mi sujetador. Sonrío y le doy un beso en la punta de la nariz,aprovechando la situación para rodearlo con mis piernas y utilizar mi peso para quedar encima de él.

-Se desabrocha al costado -hablo mientras le muestro mi costado derecho y me quito la prenda.

Me inclino hacia adelante para probar de nuevo sus labios y también me muevo restregándome contra él. Él lleva sus manos hasta ambas nalgas para seguir el movimiento que comencé.

-Espera -me pide y le hago caso.

De un momento al otro, mi espalda vuelve a estar contra el colchón y él ataca mis pechos. Siento que mi intimidad se estremece.

-Podría saborearlos todo el día -comenta y luego baja lentamente hasta jugar con mi ombligo.

-Por favor -suplico por mi liberación.

-Como desees -rompe mi ropa interior y abre mis piernas. Lo siguiente es que siento sus labios alrededor de mi clítoris.

No reprimo mis gemidos y aprieto las sábanas entre mis manos. Segundos después, llega mi primer orgasmo de la noche.

No tardo mucho en reponerme, mientras él sigue lamiendo mi intimidad. Utiliza sus dedos para simular una penetración y siento que se acerca el segundo orgasmo. Aumenta el movimiento de sus dedos y su lengua me enloquece. Grito su nombre cuando llego, mientras Edward continúa su camino de besos hacia abajo y se dirige a mis muslos.

Deseo con intensidad tenerlo dentro, así que estiro mi brazo hasta alcanzar la navaja que está encima del buró, la que había dejado antes allí en caso de emergencia. Acerco la navaja a mi cuello y hago una pequeña incisión.

Mi esposo levanta la cabeza cuando percibe el aroma de mi sangre. Sonrío cuando lo tengo bebiendo de mí, lame toda la zona y yo le ayudo a sacarse el resto de su ropa. Él gime con voz grave contra mi cuello cuando tomo su miembro entre mis manos y lo guío hasta mi entrada.

No puedo describir el placer que se siente el tenerlo dentro, el placer de albergarlo en mi interior. Nos comenzamos a mover poco a poco,hasta que la cabecera de la cama comienza a chocar con brusquedad contra la pared.

-Romperemos la cama -le advierto.

-Rodeame con tus piernas -pide y se arrodilla en la cama. Se baja y vamos hasta la alfombra blanca y cómoda donde habíamos comenzado a besarnos después de llegar a la suite.

Allí vuelve a embestirme con fuerza, entrando y saliendo una y otra vez. Yo ayudo levantando las caderas para aumentar la profundidad. No puedo evitar decirle que lo amo entre gemidos.

Muy pronto llegamos a la cima, primero yo y luego me acompaña. Cae con la cabeza entre mis senos y yo le acaricio la espalda.

Luego me toma en brazos para que me siente encima suyo y lo vuelto a sentir despierto contra mi vientre. Tiene una hermosa sonrisa en el rostro.

Nos besamos apasionadamente una vez más, al parecer nunca podremos tener suficiente del otro. Edward me toma de las caderas y me eleva para poder penetrarme de vuelta. Ahora soy yo la que gime contra su cuello al sentirlo completamente dentro.

-Jamás tendré suficiente de ti -susurra en mi oído.

Gruñe cuando entierro mis uñas en sus espalda, cierro los ojos y llevo la cabeza hacia atrás. Le pido que los movimientos sean más rápidos, no me importa nada más. Él obedece y embiste mucho más fuerte y rápido.

Cuando estoy a punto de llegar, clavo mis dientes en su cuello. No acostumbro hacerlo siempre, pero desde que ha estado bebiendo de mí, también ha comenzado a fluir sangre por sus venas. Sabe delicioso y es lo que necesito para llegar. Él me sigue segundos después.

Cuando me recupero no se me ocurre otra cosa más que decir:

-Quiero hacerlo en el elevador.


Aroma 🤫||Edward Cullen [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora