Epilgo.

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Liam estaba calmo. Lo estaba como hace mucho no lo hacía.
Es decir, se había ido un año entero, y joder, extrañaba la calma que le daba siempre Zayn.

Lo tenía en su pecho y seguía pensando que era demasiado bueno para ser verdad. Era demasiado para él mismo.

Se preguntó cómo fue perdonado, como fue que Zayn, lo perdonó. No lo entendía pero, dios, estaba tan agradecido.

Los primeros dos meses fueron pura miel y azúcar en la relación de Liam y Zayn. Eran juegos estúpidos y besos con helado de chocolate.

Los siguientes cinco meses fueron más peleas que buenos momentos, o eso pensó Liam. Pues Zayn estaba demasiado estresado intentando escribir una nueva novela.

Liam lo entendía.

Al siguiente año, fue cuando le preguntó. En una cena cualquiera, en su departamento, comiendo algo recalentado.

—¿Por que te fuiste?

Liam dejó de comer mirando a Zayn a sus ojos.—Porque te estaba haciendo mal.—respondió serio.

—Ya lo hacías, de todos modos.—contestó el moreno molesto.

Liam suspiró y acercó su mano a la del moreno.—Debía pensar. ¿Hice mal? No. Debí llamarte, debí darte una señal de vida.

—Así es, pero no lo hiciste.—reprochó el moreno obvio.

—Necesitaba estar completo para ti.—susurró con una media sonrisa.—Necesitaba poder dormir por las noches y pensar, y que eso estuviera bien. Aceptar que te amaba y no podía dejarte ir. Zayn, necesitaba estar bien porque no podía soportar hacerte mal otra vez.

El moreno esa noche lo entendió.
Se había enojado con Liam, lo había perdonado y en ese momento quiso saber la razón. Le bastó, porque lo amaba con cada parte de su alma.

Liam todo ese año no la pasó bien. No fue un aprendizaje sencillo. Porque si, extrañaba a Zayn tanto que en las noches lloraba. Se lamentaba.

Intentó llamar al menor, siempre. Marcaba su número, sus nudillos se hacían blancos por la fuerza que ejercía. Quería llamarlo, pero joder, era demasiado injusto.

No podía volver. Cuando había pasado un mes, lo necesitó mucho. Pero no podía ser tan egoísta en volver.
Se concentró en su trabajo, llamó a un terapeuta y logró cambiar cada cosa que estaba mal en el.

Cuando vio a Zayn fue demasiado para el. Sintió que cada esfuerzo había valido la pena.

Los días en no atender sus llamadas, sus correos, sus mensajes.
Las noches que quiso llamarlo. Las veces que intentó volver a Doncaster. Las oportunidades que le dio el padre para volver.

Sabía que estaba mal. Y cuando volvió lo entendió.

Sirvió hacer todo eso. Porque ahora podía dormir, y pensar y llegar a sus propias conclusiones. Pudo dejar de tener un plan tan estricto. Se quería dejar llevar.





De Harry nunca más se supo algo. No luego de la discusión con Zayn, donde el rizado no pudo decir nada.

Se sintió mal al irse, al romper el corazón de Louis y de su mejor amigo. Y él no tenía una justificación por la cual alejarse.

Zayn no podía perdonarlo. Es que, lo había abandonado. Se había ido por un estúpido novio, olvidando que tenía a su mejor amigo ahí para contenerlo en lo que sea que estaba pasando.

Pero Harry se alejó sin una buena razón.

Y jamás volvió. No luego de la graduación de Zayn.
Había visto a Louis y no sintió nada en su pecho, porque ya había dejado de ser infeliz. Había visto esos ojos azules y no sintió eso en su estómago, esas mariposas. Entonces supo que lo había olvidado.

Icarus Falls/ziam.Where stories live. Discover now