Al ser un vuelo internacional llegaron primero a la ciudad de México donde un avión privado los esperaba y nuevamente partieron está vez con rumbo a la ciudad de Monterrey en el estado de Nuevo León.

Cuando entraron a su antiguo vecindario el corazón de Sole comenzó a latir acelerado, los recuerdos de la persona que solía ser no eran agradables había sido una niña vacía y promiscua, ahora sentía el mismo vacío pero no volvería a ser esa persona nunca más.

Con cansancio subió las escaleras que daban acceso a su casa, su padre la seguía a sus espaldas dando instrucciones al chófer para que dejara las maletas en sus habitaciones, atravesaron el enorme jardín y al llegar al interior de la casa le sorprendió encontrar todo en una completa obscuridad miró a su padre con curiosidad pero este lucía igual de confundido, de las sombras salió Marissa saltándole encima , gritos de bienvenida la recibieron, las luces fueron encendidas y su nana Polita junto a Sonia su madrastra llegaron para abrazarla también.

- Soledad llegaste!- Sole odiaba que la llamarán así pero al ser Marissa lo dejo pasar.

- Que grande estás mi niña...- Sole apretó fuertemente a su nana, evitando derramar lágrimas.

- Me alegra tanto tenerte de nuevo con nosotros hija...- los últimos brazos que la recibieron fueron los de Sonia y ella la abrazó con mucho cariño pues había sido la madre que conoció por muchos años.

- A que se debe está sorpresa...?- preguntó Sole enternecida.

- A que te echamos mucho de menos tontita.- Sole golpeó de manera juguetona el hombro de Marissa.

- Y esperamos no vuelvas a irte...- sole compartió una mirada cómplice con su padre recordando el trato que tenían.

- Señor Greco...- la sangre de Sole se congeló al escuchar esa voz a sus espaldas.

- Gabriel que gusto verte, que haces aquí muchacho...?-

- Quería asegurarme de que llegarán con bien...-

Sole lo miro atraída como una abeja a la miel, su cabello rizado estaba ligeramente despeinado y vestía un pantalón de mezclilla con una camisa blanca pegada a su piel, sus miradas se encontraron y mientras él le sonrió ella desvío la mirada segura de estar sonrojándose.

- Llegaste justo a tiempo Gabe apenas íbamos a cenar.- Marissa hablaba animada por tener a toda su familia reunida pero no pasó por alto lo incómoda que se veía Sole.

- Yo imagino que están cansados y tal vez debería irme...-

- Pero que dices Gabe quédate a cenar con nosotros... -

- Pondré un plato más para el jóven...- Polita no espero una negativa de parte de él y se fue de inmediato.

La cena transcurrió animada a pesar del silencio sepulcral que sumía a Sole, Gabriel estaba sentado frente a ella y no dejaba de mirarla de vez en cuando tratando de descifrar que había pasado con la niña animada y rebelde que el había conocido, frente a él estaba una mujer seria , su cabello negro caía en ondas y sus ojos verdes tan iguales a los de su padre lucían apagados, pudo notar como ella lo miraba de vez en cuando y desviaba la mirada y un gracioso rubor cubría sus mejillas.

- Sole cariño casi no has tocado tu comida...- Sonia la miraba preocupada sabía que muy probablemente por dentro Sole estuviera sufriendo por perder a su madre.

- Es que no tengo mucha hambre...-

Gabriel la miró con preocupación uniéndose a los demás.

- Puedo preparar algo más si gustas...-

- No Polita estoy bien así...-

- Oh vamos Soledad no serás una de esas anoréxicas verdad!-

- Claro que no.- Sole golpeó por debajo de la mesa a Marissa sacando un grito de la joven y una leve risa de Gabriel.

- Sole hay algo que traje para ti...- por primera vez en la noche ella lo miró directamente a los ojos, Gabriel se sintió abrumado ella nunca lo había visto así, era como si esa mirada lo atravesara.

- No era necesario...- y ahí estaba de nuevo esa actitud evasiva pensó Gabriel.

El estuvo a punto de decir algo pero el celular de ella comenzó a sonar.

- Es Gala , papá vuelvo enseguida seguro quiere saber cómo llegamos...-

- Claro ve y habla con tu hermana...- Sole asintió y salió corriendo al jardín.

Sole hablo con su hermana bajo la luz de la luna y las estrellas, a pesar de ser ella la menor, estaba más preocupada por su hermana Gala, sentía que debía haberse quedado con ella y aunque Gala trato de calmar los miedos de la menor la sensación de querer volver no se iba, pasaron minutos antes de que ellas dejarán de hablar, miró la luna recordando a su madre , era un dolor que la carcomía por dentro, una angustia que laceraba su corazón y por primera vez en voz alta admitió algo que por años había negado sin notar como un hombre la miraba entre las sombras e inconscientemente reveló su secreto ante el.

- Mamá siento que no podré cumplir, no creo poder estar lejos de él si apenas lo ví y está sensación volvió... como lo haré si este amor sigue en mí?

Amor bajo llave.Where stories live. Discover now