Irse soldado

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Un barril de combustible se resbalo de las manos dé alguien.

-Si no fuera porque traigo botas eso hubiese dolido -dijo Barid inclinandose para levantar el barril.

Disparos se escuchaban por doquier, ni en un solo momento estos dejaban de escucharse.

Los Locust en cierto punto llegaban a volverse un virus, un tremendo y hastioso virus que en todo lo que hacían no paraban de arrinconar a la raza humana a que sus días fuesen menos de los que ayer se creían.

── ¡Fuera otro! ──exclamo Marcus para enseguida pasar a cubrirse en una de las paredes de la estación.

──No es por nada Fénix, pero ambos estamos hasta el cuello de esto ¿No crees que podrías evitarte el tener que abrir la boca cada vez que acabas con uno de ellos?

──No lose, tu dímelo ──contesto.

──Okey de vuelta a la jugada.

De entre uno de los agujeros salió un Locust que Álvaro no tardo en identificar de inmediato.

── ¡Granadero! ──alerto.

La alerta no paso en sí de solo una alerta cuando una bala paso a convertir en picadillo la cabeza del locust porta granadas, ambos gears al buscar con la mirada al responsable del apoyo vieron al Jefe Maestro.

──Alguien cubre desde lo alto ──musito Marcus.

Acercándose a su posición varios desgraciados tanto Álvaro como Marcus pusieron en marcha la cierra de su lancer rebanándolos en un corte limpio, bastaba decir que después de esto lavar la sangre de la armadura se volvería una tarea desagradable de la cual muchas ya parecían haberse acostumbrado aunque no era algo que quisiera hacerse, no, definitivamente no era algo agradable. No era nada afeminado disgustar de eso.

──Al menos no están asqueroso como comer perro asado ──dijo para sí mismo Álvaro.

Su comunicador emitió una señal.

──Halo ¿Qué ocurre? Estoy hasta la cagada aquí.

──Acabo de comunicarme con sus compañeros, Baird dijo que ya tenían todo listo por lo cual no veo ya más razón de seguir aquí ──respondió el Jefe Maestro.

──Ya era hora Spartan ──comento Marcus quien se hallaba lidian con un grupo ubicado en su franco derecho y acercándose.

Sacando una granada de fragmentación de su mochila la activo dándole un bar de vueltas como onda para enseguida lanzarla a los enemigos cercanos dando fin con ellos.

──Puedo olor el olor e sangre de Locust desde aquí.

──No te vayas a excitar ──dijo burlonamente Baird desde su lado de la línea.

──Hombre eso me da ganas de vomitar ──le dijo Dom a Baird.

Sacando los tanques de combustible que Marcus había retirado del interior de la bodega de la estación los rodo hasta que quedaron al frente donde antes estuvieron las puertas de la estación. Álvaro copio su misma acción, al final dejando uno frente a los tanques de abastecimiento. El Jefe Maestro se encontraba haciendo lo que se le daba por naturaleza, reventar cabezas de criaturas horrendas de un solo tiro.

Ya estando los barriles en dirección el Jefe bajo del techo cayendo sobre sus rodillas y dando un par de pasos quedo frente a Marcus y Álvaro.

── ¿Todo listo?

──Si.

Lo siguiente visto por los demás miembros del pelotón Delta fue ver a sus demás compañeros correr hacia el transporte no sin antes ver el como el Jefe Maestro llevaba dos granadas activadas en ambas manos.

── ¡No idiota las granadas son por allá no aquí! ──decía alarmado Baird.

Este callo al ver como dicho sujeto se daba la vuelta en vista de la estación, lanzo ambas granas al ver que sus enemigos pasaban por los tanques de combustible y arrojo ambas con tal fuerza que recorriendo sencillamente esos diez decámetros en menos de un segundo.

¡BOOM!

Toda la estación fue reducida a una gigante masa de fuego que se elevaba segundo tras segundo.

──Sera mejor entrar de una vez en el auto, no queremos que más de esas cosas vuelvan a aparecer ──dijo Cole siendo el primero en abrir la puerta e ingresando.

──Tenemos suficiente combustible así que no será algo de lo que debamos preocuparnos por lo menos en n tiempo ──menciono Baird.

El calor del sol disminuyo a lo que en un momento se veía que sería un calor infernal, no paso mucho tiempo antes de que todo el pelotón Delta y los dos nuevos integrantes ingresaran en el trasporta tropas dejando a tras a los posteriores grupos de larvas que llegaran a salir del camino.

La información que tenían ahora mismo acerca de ese pueblo al que tenían en planes dirigirse Seria cosa de la siguiente parada. No se conversaba realmente mucho en el camino, solo se hacían leves comentarios de qué medidas tomar en caso de otro ataque como del que había salido momentos previos, era cierto que ya habían pasado y enfrentado cosas peores, cosas que ni ellos mismo hubieran llegado a imaginar, pero muchas veces el destino llega a ser traicionero.






Pequeño fragmento de lo que vendrá en el siguiente cap

"Coloso" :

El viaje fue largo;nos vimos envueltos en un par de enfrentamientos pequeños a las pocas horas de largarnos de la gasolinera... ¿Pero quien lo pensaría verdad?

Los días normales habían terminado.

El significado del alba cambió a sólo orar porque uno de esos mounstros no te dispararse dormido. Llegar a presenciar la mañana consistía de todo un desafío.

"Guerreros descendiendo al infierno
  Hacemos frente hasta al mismo demonio
Acabarlos, hasta el último cabron
Esa es nuestra misión, nuestra vida"

" Podrán meterme un tiro cuando la halla acabado,
Rendirse no es una opción
Mi hermanos cuidan mi espalda
No conocemos el miedo"

"Mi regla de oro
Cubrete o mueres"

-Vaya, no sabía que eras cantante Álvaro. Sabes, estoy casi seguro de conocer a alguien que necesita Maríachi para una fiesta -comentó Baird.

Todos se habian reunido alrededor de la fogata, la noche era fría y no habían muchas opciones para mantener el calor.

Se habían despojado de sus armaduras en aquel pequeño descanso. Aunque había expciones.

Álvaro cerró su libreta y de reojo miró a Baird.

-Tu tranquilo, que ya me llamaron solicitando a un payaso, les di tu numero -respondió.

Sean libres de dejar su opción :)

Halo y Gears of wars: Dos leyendas UnidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora