ʜɪʟᴏs ʀᴏᴊᴏs

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Como de costumbre su cara fue difícil de leer. Me dio miedo no parecía molesto pero tampoco parecía calmado. Vestía una yukata azul marino con un cinto marrón, se veía un hombre distinguido por el contrario yo me veía desaliñado al usar una camisa blanca y holgada, pantalones de mezclilla azules y mis usuales zapatos rojos. Al ingresar fue como cruzar un arco y ver al antiguo Japón. Nunca vine a la casa de su familia, jamás me presento con sus padres y hermanos quizás esperaba el momento propicio a que mi anillo de graduación cambiará a una argolla de matrimonio. Tuve escalofríos ¿Cuánto dolor sufrió al ver a su novio besar a otro? ¿Él sabía que estaba enamorado de Kacchan desde el principio? ¿Qué podía decir para obtener su perdón?

En silencio me guió a la sala principal, deslizó las puertas de papel para que el calor del último día de primavera entrará. El jardín y un árbol de sakura se mostró hacia nosotros. Nos sentamos uno frente al otro y me sirvió té verde. El ambiente se torció y tenso. La mesita era mi única protección a sus enigmática mirada bicolor. Mis dedos apretaron la taza que me ofreció y no soporte la intensidad de sus ojos. Desvié el rostro al jardín donde los últimos pétalos rosados caían perezosos y sus movimientos oscilantes se reflejaron en mis iris verdes.

-Están muriendo -Todoroki rompió el silencio.

Me sorprendió su voz y pase saliva. Cuántas veces su tono suave de voz contuvo mis celos y mis ganas de correr hacia Kirishima y arrancarle de los brazos a Kacchan; cuantas veces su presencia me detuvo de hacer una locura y provocar una guerra entre los cuatro. Cuantas veces pedí a mi corazón que lo amara con fervor. Entonces contemplé su belleza y su forma elegante de sorber el té. Comparándonos yo era como un ogro bebiendo el té de una forma ruidosa y asquerosa. En realidad así me sentía como la peor mierda del mundo.

-T-todoroki yo...

-Dicen que eso es de buena suerte -me interrumpió y me señalo una ramita que hacía ondas en mi taza caliente.

-¿En verdad? -dije con una voz débil. No sabía cómo comenzar a pesar que ambos sabíamos de qué trataba esa visita.

-¿Cómo está Bakugou? -dijo en calma.

-Está bien pero su memoria falla -respondí inseguro.

Era extraño hablar de Kacchan, desde su funeral Todoroki nunca lo menciono. A veces me preguntaba si lo hacía para ayudarme a superarlo o solo le hartaba que lloriqueara por él. Hable con miedo sin dejar mi vista sobre el té verde y la ramita flotante. Aun no podía enfrentarme a la belleza de sus ojos.

-A veces recuerda todo y después lo vuelve a olvidar...

-Es un hombre muy afortunado -se adelantó a decir.

Yo alce la vista sorprendido. Todoroki dio otro sorbo a su té y miró hacia afuera del jardín donde las copas vacías de los cerezos mostraban que la primavera estaba a punto de retirarse.

-Murió con la pena de no decirte que te amaba, aun así se las arregló para regresar a tu lado. A pesar de su falla en la memoria nunca olvidó su amor por ti. -Todoroki mostró una tenue sonrisa, sabía que su corazón estaba sufriendo al decir esas palabras. De golpe salte de mi asiento y me puse de rodillas frente a él, agache mi cabeza hasta el suelo de madera e hice un dogeza.

-¡Perdóname, Todoroki! -grite -Perdóname no fue mi intención ser cruel. No debí besarlo, no debí decir que lo amaba, no debí olvidar que estabas ahí. Todo el tiempo fui un cobarde y egoísta escondido bajo tus brazos abusando de tu cariño. Merezco tu odio y que la vida me maltrate. Si quieres puedes golpearme hasta que estés satisfecho y...

-¡Basta! -Me detuvo pero no deje de mirar el suelo -No me hables con lástima como si yo fuera una pobre víctima. Si no lo sabes trate de exterminarlo y hacerlo cenizas antes de que llegaras... ¡No me pongas en un pedestal es molesto!

ʀᴇɢᴀʟᴏs ᴅᴇ ɢʀᴀᴅᴜᴀᴄɪᴏ́ɴ |ғɪɴᴀʟɪᴢᴀᴅᴀWhere stories live. Discover now