Parte 7

310 15 6
                                    

Mientras compartimos el delicioso almuerzo que Haruka acaba de preparar, recuerdo que no tengo nada más que lo que traigo puesto, así que decidí pedirle que me acompañe por mis cosas.

-Haruka - le hablo mientras ella termina de beber su jugo - estaba pensando que, si voy a estar aquí unos días, debería ir por algunas cosas... No tengo ropa para cambiarme, más que esto que hiciste favor de llevarme, ni tampoco mis cosas de uso personal. ¿Podrías acompañarme al departamento donde vivo para traer algo?
-Claro, podemos ir mañana y mientras puedes usar algo de mi ropa, veo que te queda muy bien.
-¿Esto es tuyo? - pregunto asombrada mirando el bonito vestido que traigo puesto.
-Sí, lo compré hace un par de semanas pero todavía no lo había usado, así que ahora es tuyo... Además se te ve perfecto - ese comentario y la coqueta mirada que lo acompaña hacen que me sonroje.
-Pero... si tú nunca usas este tipo de ropa - comento todavía extrañada.
-A veces es necesario - responde con su tono misterioso - ven, te mostraré algo - dice mientras se levanta y yo la sigo hasta su recámara.

En cuanto llegamos, abre las puertas de su armario y de un lado puedo ver toda clase de prendas que van justo con su estilo masculino, con el cual, por cierto se ve guapísima.

-Estos son mis atuendos diarios, con los que todo el mundo está acostumbrado a verme. Y estos - dice al abrir una puerta más, en un espacio más pequeño - son mis disfraces para cuando quiero pasar desapercibida.
-¿Disfraces? - pregunto mientras miro hermosos vestidos y conjuntos muy femeninos, con los que imagino que luce hermosa - pero si son muy bonitos, Haruka, deberías usarlos más seguido.
-Si te gustan, puedes usar los que desees, yo sólo los reservo para ciertas ocasiones.
-¿Como qué ocasiones? - pregunto con curiosidad.
-Por ejemplo, cuando no quiero que nadie me moleste - me dice mientras yo la escucho con atención - Hay lugares en los que no puedo estar en paz, porque están atestados de periodistas, paparazzis, fans y chicas alocadas que no me dejan ni respirar, así que, cuando todos esperan al apuesto y famoso piloto de carreras, si ven pasar a una rubia en minifalda no le prestarán mayor atención, y así es como logro huir de su acoso... además es muy divertido hacerlo.
-Ya entiendo... Aunque quizás para mí también resultaría muy atractiva la rubia en minifalda - le confieso sonriendo y sin pensar, y sus mejillas se ponen rosadas.
-Bueno - me dice un tanto nerviosa y tratando de evadir mi comentario, porque creo que no le gusta verse vulnerable, está acostumbrada a tener el control en ese tipo de situaciones - siéntete con total libertad de tomar lo que gustes de mi ropa y te prometo que mañana vamos por tus cosas.
-Está bien, Haruka, por ahora sólo necesito una pijama y algo para ponerme mañana.
-Adelante, te dejo para que veas todo con calma y encuentres lo que necesitas, las pijamas están en el cajón de arriba. Siéntete como en tu casa, yo mientras voy a limpiar la cocina - me dice con una franca sonrisa antes de salir de la habitación.

La pulcritud de su cuarto me hace ver que es una persona muy ordenada, aunque creo que en general a todo el departamento le hacen falta toques decorativos, y pienso que de eso podría encargarme yo.

Mientras empiezo a ver su ropa, noto que su aroma está impregnado en cada cosa y no puedo dejar de imaginármela usando cada una de esas prendas.

Finalmente elijo un conjunto de falda y blusa que creo que pueden quedarme bien y unas zapatillas a juego.

En cuanto a las pijamas... parece que le gusta dormir muy ligera, porque todas consisten en juegos de diminutos shorts con playeritas de delgados tirantes, que seguro dejan muy poco a la imaginación (y ahora esa imagen ya no podrá salir de mi mente). Así que tomo uno y salgo para guardar las prendas en la que temporalmente es mi habitación.

Ese día lo pasamos en el departamento de Haruka viendo series, películas, escuchando un poco y hablando sobre nuestras vidas pasadas.

-Y dime, ¿cómo es que una niña como tú terminó viviendo sola en esta gran ciudad? - me pregunta Haruka entre la plática.
-Mmm, cálmate mujer adulta, si tenemos la misma edad - le respondo riendo - y pues vivo sola porque así me he quedado en el mundo, sola, pues poco a poco he ido perdiendo a las personas que alguna vez tuve en mi vida - ella me escucha atenta mientras decido abrir ante ella esa parte de mi corazón, para relatarle los episodios más tristes de mi pasado.

El amor infinito entre el cielo y el marWhere stories live. Discover now