- fue muy refrescante~- declaró Lucy, olvidando todas las preguntas incómodas.

- Lucy-sama, no puedo creer que aguantaras tan bien el calor- comentó Yukino mientras se abanicaba con su mano.

- supongo que me acostumbré por Natsu- se rascó la mejilla.

- lo que sea... vayamos a jugar ping pong- interrumpió Minerva, abriendo las puertas de una habitación, demasiado emocionada por entrar.

- ¡nos unimos!- se escuchó detrás de ellas.

Las tres se giraron para ver a los cuatro magos más fuertes de Sabertooth.

- acabaré con todos ustedes- sonrió arrogantemente Sting con sus manos detrás de su cabeza.

- ¿crees que eres capaz de derrotar a la emperatriz?- Minerva le devolvió la sonrisa.

- ¿está ebria?- Orga le susurró a Rufus.

- según mi memoria, no

- si pierdes, tendrás que estar parado afuera con este frío por una hora- apostó ella.

- bueno, no lo sé, puede que mi memoria me esté fallando después de tantas bebidas- le dijo en voz baja a su amigo, corrigiéndose.

- ¡si pierdes, Lucy y tú harán eso!

- ¡oye! ¡¿Por qué me incluyes en tu apuesta?!- intervino la rubia.

- ¡hecho!

- ¿Minerva? ¡¿Qué haces?!- gritó Lucy.

- no te preocupes, no voy a perder- afirmó con seguridad la azabache.

- ¡y tú puedes arrastrarme a Rogue y a mí a la apuesta!

- Sting- dijo Rogue con una voz de ultratumba mientras le dedicaba un puñetazo en la cara a su amigo- ¿qué demonios acabas de decir?

El maestro del gremio se giró para ver la cara de irritación de su hermano. Abrió la boca para decir algo, no obstante, alguien se puso en medio.

- comencemos~- anunció Minerva mientras se llevaba consigo al dragon slayer.

- ¡ánimo a ambos!- exclamó alegremente Lector con su karategi.

- Frosh piensa lo mismo

Con ambos ya posicionados en cada extremo de la mesa, Sting fue el que empezó a sacar.

- hora de asombrarse con las habilidades del gran Sting Eucliffe- y golpeó la pelota.

- como si pudieras ganarme- susurró la señorita de Sabertooth y le dio un gran remate que pasó rozando por la mejilla del rubio.

- datos que agregar- apareció la chica de pelo blanco, sosteniendo una foto de la azabache con un trofeo- Minerva-sama fue campeona de ping pong hace un par de años- y sonrió.

Después de esa declaración, los golpes de la usuaria de Territory se volvieron más veloces, era de temer. Iban a perder la apuesta, el dúo lo sabía.

La maga celestial de cabellos rubios miró todo con una sonrisa nerviosa y se percató de algo.

- ¿Rogue? ¿A dónde vas?- preguntó Lucy al ver que el dragon slayer de las sombras salía de la habitación sin Frosh.

- a buscar un abrigo- y suspiró, deseando que su hermano se hubiese metido en la apuesta solo.

En un rato, la partida terminó con una rotunda victoria de parte de la maga.

- argh- gruñó Sting mientras se sentaba en el suelo y tiraba de sus pelos rubios ya desordenados.

- bien, hora del castigo~

........................................

- bien, por lo menos nos morimos juntos de frío, no Rogue?- Sting empezo a temblar.

- habla por ti mismo- contestó su hermano con un gran abrigo negro.

- ¿no me trajiste uno?- el rubio levantó una ceja.

- ¿debería?

- debiste de avisarme que fuiste por uno, tal vez así no me moría de frío solo

- desde el principio, tendrías que morir congelado solo, yo ni siquiera estaba jugando- y se frotó las manos.

Sting suspiró, viendo cómo se formaba el vapor saliendo de su boca.

El silencio reinaba entre ellos. Era la primera vez que este era incómodo el estar uno a solas con el otro.

- tú fuiste el de la otra mordida, no?- el rubio abrió la boca, preguntando lo que rondaba en su cabeza cuando vio la segunda marca. Aunque sabía cuál era la respuesta de su hermano.

Y Rogue le miró por el rabillo del ojo.

- así es.... y tú fuiste el de la otra- dijo sin vacilar- ¿en qué estabas pensando?

- te haría la misma pregunta- bufó- así que sabías que la mordí....- murmuró para él mismo.

El clima se estaba volviendo todavía más frío.

- no lo estaba haciendo- relajó sus hombros- fue impulsivo, lo admito. Pero no me arrepiento

- Rogue- el rubio entrecerró sus ojos- ¿qué harías por Lucy?

- luchar contra ti y contra los que sean necesarios- contestó sin vacilar.

Había una pelea de miradas, el par de lapis lazuli contra el par de rubíes, ambos igual de intensos. Ninguno iba a renunciar a la rubia.

Sting, ante esto, suspiró.

- lo mismo aquí, no pienso rendirme- y lo miró de vuelta- pero tampoco pienso incomodarla

El azabache cerró sus ojos.

- estoy de acuerdo contigo, no quiero que Lucy se sienta incómoda por nuestra culpa

- bueno, por lo menos ella no se acuerda de lo sucedido. Estaría como loca, más de lo que está ahora- empezó a reírse, pero nadie le acompañó.

- estoy siendo serio, Sting

- ¿crees que yo no? Rogue, tengo que recordarte que siempre soy bueno actuando?- y no parecía estar bromeando -entonces, esto queda entre nosotros? Para no molestar a Lucy con nuestras propias disputas

- ... algo así, ya te lo dije- y fue interrumpido.

- ya sé, ya sé- rodó sus ojos- ninguno de los dos pensamos ceder, pero no haremos nada que la inquiete, sí? Ella no parece completamente recuperada de la disolución de Fairy Tail

A pesar de que tardó unos segundos en responder, el azabache dijo:

- bien- sin aceptarlo completamente.

- por ende, lo de la mordida queda entre nosotros?

- ...... queda entre nosotros

Y la tensión disminuyó de a poco.

- ahora... ¡Un abrazo de hermanos!- sonrió y abrió sus brazos.

- ¿qué?- preguntó irritado e incrédulo.

- ¡de amor entre hermanos!

- me niego- realizó un gesto con su mano de objeción- soy alérgico a eso- y se alejó unos pasos.

- pero me estoy congelando....- Sting hizo un mohín mientras temblaba.

Continuará...

¿Y ahora qué?Where stories live. Discover now