Al que madruga, Rogue lo ayuda

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Lucy no se quería levantar de su cama, extrañaba tener una adaptada a sus gustos, simple y cómoda.

No era que se le era imposible dormir en otra, pero la que sus espíritus y Minerva le habían preparado era gigantesca.

Se estiró y se dio vuelta, chocando con un cuerpo.

Ella abrió sus ojos para encontrarse con una cabellera rubia al lado suyo.

- qué demonios...- murmuró ella.

Sting empezó a moverse y atrapó a Lucy en un abrazo. Ella chilló. Él empezó a olfatearla y de un momento a otro, le mordió uno de sus cachetes.

Esa fue la gota que derramó el vaso.

Lucy lo pateó, con fuerza, fuera de la cama. Aún así, él no se inmutó, seguía durmiendo plácidamente en el suelo.

Suspiró y volvió a acostarse en su cama ya que quería regresar al mundo de los sueños, en vano.

- así que son las.. cinco de la mañana, asombroso- dijo ella con sarcasmo. Iba a vengarse, después.

Ella salió de su cama y se dirigió hacia el baño, pasando por encima de Sting como si él fuese parte del suelo.

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Tiempo después, ya arreglada, salió hacia la cocina, buscando algo para desayunar.

- buenos días- dijo Rogue, preparándose para salir.

- buenas- le sonrió mientras intentaba abrir el refrigerador.

- oh, no creo que encuentres nada ahí- le advirtió el azabache- me estoy preparando para ir de compras, quieres acompañarme?

Al principio, ella se decepcionó, estaba hambrienta. Sin embargo, la idea de ir de compras la entusiasmó, así que se colocó una bufanda y siguió al dragón slayer.

- ¿tienes frío?- preguntó él, cerrando la puerta principal.

- no tanto, la uso porque mi garganta es sensible a la madrugada- contestó mientras se la ponía- así que usaré la bufanda hasta que me acostumbre al frío de la mañana- sonrió.

- supongo que está bien, aunque se te está por caer- y tomó la bufanda para acomodarla.

Él se olvidó del espacio personal para poder ayudarla y ambos podían ver el humo que salía de sus bocas, cortesía del frío.

Él la miró primero, y después a la bufanda de lana que tenía. Le parecía una imagen adorable ya que ella tenía su pelo atrapado en la bufanda.

Se rió y comenzó a separar los cabellos rubios de la vestimenta.

- ¿d-de qué te ríes?- preguntó ella al ver que Rogue se había reído de la nada.

¿Acaso ella tenía ojeras? Fue culpa de Sting!

- nada Lucy, me recuerdas a Frosh- respondió él.

- ¿acaso soy adorable?- bromeó ella mientras que ambos empezaban a caminar hacia el mercado.

- sí, lo eres- le dedicó una sonrisa a ella.

- y-ya veo- dijo Lucy, quien intentaba tapar su cara con la bufanda, o por lo menos el rubor.

Solamente estaba bromeando, no esperaba que él le contestase algo como eso. ¡¿Qué clase de ataque sorpresa es ese?!

- ah, ya llegamos- dijo él, sacando a Lucy de sus pensamientos.

- está algo vacío..- no era lo que ella se esperaba de un mercado externo. Solamente veía a algunas ancianas y pocos jóvenes.

- bueno, vinimos temprano, está lleno de gente cuando llega el mediodía, y horas posteriores a esa- Rogue buscó en su bolsillo su lista de cosas.

¿Y ahora qué?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora