Encuentro de almas

Capítulo 6

Ese es el Jeremy que me gusta ser, el que no demuestra resentimientos y guarda mares de cosas mal resueltas dentro sí, fingiendo normalidad.

- ¡Lo siento! Es que llevamos tantos años sin vernos y creo que no supe cómo actuar. Parece que todavía ha quedado un clima mal resuelto entre nosotros dos. En realidad vine antes a tu oficia para disculparme sobre el pasado, pero cuando me di cuenta de que te molestó mi presencia me bloqueé, y decidí no mencionar el tema.

Rasco mi cabeza medio confuso con tal declaración y me dirijo hacia la ventana buscando un poco de aire, intentando disimular la cara de ''Joder, ahora si que me tiene!'' Fuerzo los ojos para que se me abran, sé que necesito reaccionar delante del ocurrido. Noto como me golpean las venas de mi cabeza, están pulsando y parece que no puedo con la claridad.

- Vale, si quieres hablar, vamos allá. ''Cállate Jeremy, te vas a meter en un sitio donde después no podrás salir solo'' me lo recuerda mi cabeza. - ¿Qué crees que ha quedado mal resuelto entre nosotros? Si viniste hablar de eso, soy todo un libro abierto .... Me apoyo en la ventada y cruzo los brazos.

- Mira Jer, creo que fue una mala idea, sólo quiero trabajar y seguir como si nada hubiera pasado. Siento haber causado este lío, solo que necesito ese trabajo. La veo aplastando los papeles que le había dado antes, y le quiero regañar porque son cosas importantes, pero como le vuelva a decir algo quedaré aún peor , así que engullo a seco mis pensamientos y me acerco a ella. Le toco el brazo intentando darle mi apoyo.

- Yo....

Noto sus pelos de punta, me mira con mucho cariño, también toca mi brazo y se acerca un poco más.

- Emilly! Las cosas caminan perfectamente. Antes éramos dos niños, las cosas se torcieron, y no funcionó. Pero de eso ya hace muchos años. Éramos adolescentes. ¿Tu crees que te voy a juzgar por el pasado? Mi cabeza contesta automáticamente ''Si! Lo vas a hacer.'' - Claro que no!  ¡Por supuesto que no, por eso creo que podemos trabajar juntos!

- Gracias Jer. Me abraza antes que yo pueda verlo venir. Ahora nos abrazamos fuerte, ese es el abrazo que hemos esperado por años de una reconciliación, por lo menos por mi parte. Pero no puedo evitar pensar en los papeles que los tiene echo spagetti. Nos apartamos e intento mantenerme allí, saludándola mientras ella se va, vamos que parezco un idiota perdonándole por todo lo que me ha hecho antes, pero da igual es Emilly, necesito pasar pagina.

Me siento en mi silla y siento unas ganas inmensa de gritar, pero en el momento que mi boca coge aire escucho la puerta abrirse otra vez.

- Oye. ¿Te acuerdas de la cafetería Nikko's? Su voz suena con un toque de animación.

- Por supuesto. Contesto tragándome el grito.

- ¿Te apuntas después del trabajo?

- Si, perfecto. Termino de saludarle con la mano cuando por fin cierra la puerta. ¿Pero porque le dije que sí? ¿Eso fue una invitación para una cita? Ahora veo por qué nadie quiere quedar como bueno, porque si no dices lo que piensas luego te metes en líos más gordos.

En esa tarde el trabajo fue duro, mi hermano había ido a una reunión al otro lado de la ciudad con unos chinos, estuve dirigiendo la empresa solo todo el día. Emilly todavía es nueva, le cuesta, y no quiero meterme mucho con ella. Elisa casi ya tiene que irse y se queda pocas horas ayudándola. 

Cuando terminé de trabajar ya era tarde, un poco más tarde de lo que yo solía terminar. Recordé que había quedado de ir a un bar que íbamos habitualmente cuando salíamos juntos, o éramos novios, da igual, no sé si realmente quiero salir con ella. Pero no quedaré como un cobarde, debería haber dicho la verdad en su momento.

Abro la puerta de mi oficina y la mesa donde ellas se sientan está vacía. Cojo mi chaqueta que cuelga de una percha donde se encuentra sola. Debo admitir que me siento un poco idiota, seguramente ella sugirió el bar para amenizar el clima de tensión cuando conversamos, y luego se arrepintió, ni pasó para despedirse.

Me pongo la chaqueta y hago las respiraciones que me enseñaron hace años en el yoga, donde iba con las abuelas de mi empresa antes mismo de empezar a trabajar aquí. Me siento mal en este momento porque ella me dejo colgado, pero en realidad no me molesta tanto. Creo que me apetece ir a casa y descansar un poco. Mas que sea mi hermano no está aquí para enterarse de lo que está pasando. Ese tío ya salió con todas las chicas jóvenes de la empresa, sabiendo que no hay muchas, y que va contra las reglas tener relaciones románticas entre los empleados. 

Recupero me compostura, compruebo si mi teléfono está en el bolsillo y apago todas las luces de Júpiter.