Capitulo 14

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Capítulo 14

Me miró.

-          ¿La... la has reconocido?

Asintió, dio la vuelta al sofá de nuevo con la cabeza agachada hasta que llegó delante de él y se sentó. Separé mi cuerpo de la puerta, dejé el bolso en la mesa y me acerqué a él. Me senté en la otra punta del sofá, y le miré.

-          Ayer... (Me miró) Ayer por la noche... (Volvió a asentir)
-          Por eso viniste... (Bajé la cabeza) Supongo que... no fue fácil. (Le miré)
-          José... ¿qué quieres decir?
-          Bueno, (volvía a no mirarme) no soy idiota Vanesa. (Le miré de reojo) Sé que pasó algo entre vosotras este verano, pero... nunca he querido preguntar.
-          No pasó nada...
-          Vanesa. (Me miró serio) Deja de mentirme. Por favor. (Bajé la cabeza) Recuerdo que cuando empezamos nuestra relación me pediste calma, me... me pediste que fueramos despacio. ¿Era por ella? (Le miré) Era... ¿era porque esperabas que volviese?
-          No lo sé...
-          Pero terminó el verano y no volvió. (Bajó la cabeza, asentía creyéndose sus palabras) Entonces me pediste más, me pediste que viniéramos a Madrid y yo... (rio sarcástico) te pedí que te casaras conmigo... y... y ahora... (me miró) ¿ahora qué?

No podía mirarle, estaba siendo una cobarde pero no podía.

-          Vanesa... Por favor... ¿ahora qué? (Levanté un poco mi cabeza, le miré de reojo) Ella... ella está con Inma o... (Le miré del todo)
-          No lo sé...

Se levantó, estaba cabreado y lo entendía perfectamente. Bajé de nuevo la cabeza, noté como se movía por la sala, resopló.

-          ¿Cómo no vas a saberlo? Yo... yo no conozco tus sentimientos, pero tu... tu, (se plantó delante de mí, le miré) tú tienes que saberlo.
-          Yo te quiero... (Bajó hasta colocarse enfrente de mi, puso sus manos en mis piernas)
-          Pero... (Dijo mientras apartaba mi mirada de él)
-          Pero...
-          Vamos Vanesa... (Colocó su mano en mi barbilla, levantó mi cabeza para que nos mirásemos) Solo te pido sinceridad...
-          No quiero hacerte daño. (Un nudo en mi garganta, sonrió de medio lado, se sentó de nuevo en el sofá, no me miró)
-          ¿Sientes algo por ella?
-          Yo... (Resoplé, cerré los ojos un segundo) Sí. (Los abrí, me estaba mirando) Ella... (bajé la cabeza, sonreí sin darme cuenta) Malú es como un huracán, es... es algo que no esperaba en mi vida.
-          ¿A mí me esperabas? (Le miré)
-          Tu... tu siempre estabas ahí. (Cogí sus manos) Y en ese momento que pasó todo aquello... estabas. Y necesitaba pensar que lo que había pasado no era importante.
-          Entonces, sí pasó algo... (Bajó la cabeza)
-          Me besó... y yo... yo salí corriendo. Apenas minutos después me arrepentí... Y fue cuando mi padre te invitó a cenar a casa. (Asintió aun sin mirarme) Estuve días esperando a que ella volviera, a la misma hora, en el mismo sitio...
-          Pero no apareció... (me miró) y yo te llevaba a casa. (Asentí, bajó de nuevo la cabeza) ¿Por qué me dijiste que sí?
-          ¿Cuándo me pediste que nos casarnos? (Volvió a asentir) Mi padre... él siempre me ha dicho que eres un hombre maravilloso, que me merezco alguien como tú, que eres valiente, trabajador, inteligente... (Subí su cara para que mirase) Y en todo eso, tiene razón. (Le sonreí) José... eres perfecto.
-          Pero no para ti.

Aparté de nuevo mi mirada, cogí aire y me moví un poco para atrás en aquel sofá. Le dejé espacio. Sabía que lo necesitaba. Me miró.

-          Creo que... (Le miré) lo mejor para todos será que... me vaya a Málaga.
-          José... no creo que...
-          Vanesa, quizás lo del restaurante ha sido una señal. (Volví a acercarme a él) Daré unos días por si necesitan buscar a alguien o... lo que sea. Y luego... (Bajó la cabeza) Volveré a casa.

Se levantó, le seguí con la mirada. Se iba hacia la habitación, se giró antes de entrar en ella.

-          Voy a hacer una pequeña mochila y me iré a un hostal.
-          No. (Me levanté) Esta es tu casa, yo... yo dormiré en el sofá, o incluso puedo comprar un colchón... o algo.
-          Vanesa...
-          No José. (Me acerqué) La he cagado mucho... quizás ha llegado el momento de empezar a hacer las cosas bien...
-          ¿Lo dices por mi o... por Malú? (Bajé la cabeza) Como bien dices... quizás ahora es cuando debes de empezar a hacer las cosas bien. (Le miré) ¿Y si es ella la que ahora te está esperando a ti? (Me moví dándole la espalda) Vanesa... (Le miré de lado) Haz que la razón por lo que lo nuestro termina valga la pena. (Me sonrió triste) Yo seguiré aquí...

Le sonreí mientras una lagrima traviesa llena de pena caía por mi mejilla, me acerqué y le abracé. No se merecía todo esto. Pero... ¿Quién manda en el amor? Me separé de él, le sonreí, tenía toda la razón del mundo, como siempre. Volví a coger el bolso, y salí del piso corriendo. Solo quería encontrar a Malú.

Pidiendo una treguaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon