Capitulo 7

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Capítulo 7

Narra Vanesa

¿Dónde están las llaves? Me digo a mi misma mientras apoyó el bolso en la escalera, me rio, que desastre. Resoplo y finalmente me siento en uno de los escalones.

- Lo mejor será que vacíe el bolso...

Me reí mientras cogía y lo volcaba ahí en medio, 'Mierda' dije mientras veía como mi pintalabios se iba hacia un lado, una libreta cayó en otro escalón. Volví a reír.

- ¿Vane?

Me di la vuelta al oír mi nombre, volví a reír.

- Vane... Es muy tarde...

Me ayudó a levantarme.

- Ay José, lo siento... (Dije intentando no reírme)
- Anda entra.

Le hice caso mientras él recogía mis cosas del suelo.

- Estaba intentando no hacer ruido para no despertarte... (Me miró)
- Pues menos mal. (Rio) ¿Ha ido bien la noche?

Bajé la cabeza, no sabía que contestarle.

- Imagino que sí porque tal y como vienes, (se acercó a mi) habrá sido una gran noche.

Volvió a reír, feliz. Yo solo sonreí, sin darle mucha importancia o eso intenté. Me miró extraña.

- Voy a prepararte un té...
- No. (Dije rápidamente, poniéndome una mano encima del estómago) Mejor... mejor vámonos a dormir.
- Cariño, no creo que sea buena idea que te tumbes... (Apoyé mi cuerpo en la mesa del salón)
- Pues... me quedo un poco en el sofá.
- ¿En el sofá? (Asentí) Pues sentémonos.
- Ve a dormir. (Me reí, y me miró sonriendo) De verdad... estoy bien...
- Vane, ¿seguro?

Me acerqué a él, le sonreí y pasé mis dedos por el cuello de su pijama. Asentí a su pregunta, me mordí el labio, ¿qué estaba haciendo?

- Vane... (Cogió mis manos, me sonrió) me voy a dormir, si me necesitas, (se separó) no dudes en despertarme, ¿vale?

Me separé de él por completo, le asentí de nuevo, me dejó un beso en la mejilla y se fue. Volvía a apoyar mi cuerpo en la mesa, miré mi bolso y cogí mi teléfono móvil, me dirigí hasta el sofá y me dejé caer. Desbloqué mi móvil y fui directa a la aplicación de Whatsapp, la busqué, sí, lo hice. Malú Málaga. Así la tenía guardada desde aquella primera noche, desde que la llevé al bar de mi tío, desde hacía ya un año...

- Cariño...

Noté que alguien me tocaba el brazo, abrí los ojos lentamente.

- Cariño... te ha sonado el despertador...

Di un salto, miré a mi alrededor.

- Mi cabeza. (Dije cerrando los ojos fuertemente y llevándome la mano a mi frente)
- Te he preparado café, una tostada, y tienes la ducha esperándote.

Le miré, sonreía, como siempre. Le sonreí mientras me levantaba, me dirigí a la ducha, entré en el baño y me miré en el espejo apoyando mis manos en el lavabo.

- Vanesa... está todo bien... (Me dije a mi misma) No dejes que te afecte...

Cogí aire, me froté la cara y abrí la ducha para dejar caer el agua hasta que saliese caliente, me metí después de unos segundos, el agua corría por mi cuerpo, rehaciéndome un poquito después de aquella noche, respiré hondo, abrí los ojos, no podía volver a ocurrirme. No podía tenerla de nuevo todo el día en mi cabeza. No debía...

- Vanesa... (Levanté la cabeza) Tu móvil está sonando.
- Ya salgo.

Apagué el agua, salí de la ducha cogiendo la toalla y envolviendo mi cuerpo en ella. Abri la puerta y José me pasó me movil, sonreí al ver su nombre en el teléfono, descolgué rápidamente.

- Pero bueno, ¿y esta llamada?
- Buenos días, ¡amiga! Hombre... no podía llamarte antes (¿Antes? Pensé extrañada) la gente mormal duerme...
- Uy... me estoy perdiendo... ¿Porque tendrías que llamarme antes?
- Vane... tu mensaje.
- ¿Mi mensaje? (Le pregunté sentándome en la pequeña mesa alta que tenemos en la cocina)
- Tu mensaje, sí. A las... 3.24 de la mañana...
- ¿Te he mandado un mensaje? (Pregunté con cuidado y mirando a José de reojo)
- Uh... Si. Cito textualmente, 'Amiga... necesito hablar contigo urgentemente, no puede volver a pasarme esto, no puede...'. (Bajé mi cabeza mientras Alba leía aquello) Intensa eres un rato, ¿te lo había dicho antes?
- Alba...
- ¿Te pasa algo cariño?

Levanté la cabeza y miré a José, le sonreí de medio ldo y le negué con la cabeza.

- Nada... Alba te envía besos. (Me sonrió)
- ¿Porqué le mientes? (Me levanté de la silla mientras mi amiga seguía al teléfono) Yo no he mandando besos a nadie y menos a él...
- Alba...

Dije entrando en mi habitación y sentándome en la cama. Resoplé.

- Ayer por la noche me encontré con Malú...
- ¡Mira! ¡A ella sí la saludaría!

Se rio después de decir aquello, mientras yo volvía a resoplar y estiraba mi cuerpo en la cama.

- Alba...
- Vanesa, ¿que pretendes que te diga?
- Pues... no sé, algo que... algo que me ayudase.
- ¿Ayudarte?
- Sí.
- Vale... vamos a parar un momento. (Volví a sentarme en la cama) Si necesitas mi ayuda significa que algo no va bien...
- Bueno...
- Déjame terminar. (Dijo cortándome) Hace apenas dos meses que te fuiste a Madrid, te despediste diciéndome que nos veríamos para tu boda. Para tú boda con José. (Hizo una pausa, me quedé callada) También recuerdo que me lo dijiste sin mirarme a los ojos... de la misma manera que lo hiciste cuando me hablaste por primera vez de Malú y de aquel beso fugaz...
- Alba, no es lo mismo.
- Uy, ya lo sé. Y me alegra que tu lo tengas claro...
- ¿Porque dices eso?
- Amiga... Te conozco lo suficiente para saber que cuando no estás segura de algo no miras a los ojos, mueves las manos nerviosa...
- Yo no hago eso...
- Si, si lo haces.
- Y según tú, ¿en que no estoy segura?
- De la boda con José.
- Alba, no digas tonterías.
- Igual de insegura que aquel beso con Malú...
- Son cosas muy distintas.
- Mucho. (Noté como sonría) Tan distinto como que no quieres casarte con José, aunque tu aun lo sepas... Como que no sabías que sentiste cuando Malú te beso, aunque tú, amiga, ahora ya lo sepas.



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Y tenía que llegar Alba para abrirnos a todos los ojos, ¿no?
¡No podía faltar!

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Pidiendo una treguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora