4

29 3 0
                                    

Caroline no sabe ya a dónde va a llegar todo, aunque tampoco tiene interés en ello. Lo único que le interesa en ese momento es salir con vida de ese sótano. Pasan los días y el misterioso joven tan solo baja al sótano para darle de comer algunos complementos vitamínicos que, a pesar de que la mantienen nutrida, hacen que pase hambre a rabiar. El precioso color de piel de la joven se ha ido perdiendo con el paso del tiempo, tornándose a un blanco grisáceo que le da un aspecto terriblemente moribundo. Tenía cicatrices por todos lados, y su hermosa cabellera oscura ha terminado siendo poco a poco una maraña estropajosa de cabellos quebrados y sucios.

Han pasado 5 días desde que se la llevaron de su casa, pero la joven siente que lleva años encerrada en ese maldito zulo.

A unos metros encima de la habitación en la que está, se encuentra su secuestrador. Es un chico alto, con el cabello negro alborotado a media melena y una descuidada barba. Tiene las manos grandes y la piel algo áspera, reseca, haciéndolo parecer más rudo de lo que ya es. El joven, se encuentra sentado en un sofá de cuero marrón, el cual está algo roto. Tiene un cigarrillo entre sus labios. Su mirada está fija en una especie de álbum de fotos, de tapaderas rojas. Vuelve, una vez más, a revisar el título de la portada de este.
"Anuario del Greenline High School - Año 2001/2002"
Roza con sus dedos las letras negras que componen esas palabras y, tras unos 5 segundos, esboza una extraña sonrisa de medio lado. Rebusca con impaciencia entre las páginas hasta detenerse en una de ellas ubicada a la mitad del libro. Sus ojos brillan al ver una foto en especial. Lee un nombre debajo, "Caroline Towers". La joven de la foto se muestra sonriente, con su larga melena castaña recogida en una coleta alta. El muchacho suelta un suspiro al ver la foto. Suelta el cigarrillo en el cenicero y se dispone a encender otro cuando llaman a su puerta.

–Hombre, al fin, pasa.– Exclama el chico al abrir la puerta. Un chico algo más delgado y de cabello rubio y corto cruza la puerta tras la invitación del joven.
–Estuve ocupado.– Comenta el rubio caminando hacia la sala de estar. El muchacho de cabello negro cierra la puerta y camina hacia una pequeña cocina con las paredes sucias y muebles desgastados. Se dirige hacia la nevera y saca dos botellas pequeñas de cerveza. Luego, camina de nuevo hacia la sala de estar y le ofrece una al chico de ojos claros.
–Da igual. El caso es que ya tengo las muestras. He preparado todo lo que me dijiste.– Responde el secuestrador. Acto seguido, le entrega al otro joven unas pequeñas probetas rellenas de sangre, etiquetadas con pequeños papeles blancos con diversa información científica escrita. El joven rubio toma una de ellas tras colocarse en sus finas manos con cuidado unos guantes de látex blancos.
–Bien, bien....– Comenta observando con curiosidad el pequeño frasco cilíndrico de base redonda. –Creo que estas muestras están perfectas para llevarlas al fin a laboratorio. –Dice levantándose y colocando el resto de probetas en un maletín.
–¿Cuánto dinero me dijiste que era por todo esto?– Cuestiona el otro joven desde el sofá dándole un trago a su botellín.
–Cuatro de los grandes.– Responde tajante el chico rubio. Luego, le mira a los ojos sonriendo de medio lado. –Aunque, creo que puedo rebajarte doscientos pavos si me la prestas a mí también... Ya sabes, a Caroline.
–Hecho.– Sonríe con malicia. –¿Y cuándo quieres bajar al sótano?
–Pues ahora mismo no me vendría mal desahogarme. –Responde el chico de cabello claro con serenidad.
–Adelante.– Asiente el otro joven para darle su aprobación. –Pero no tardes o me termino tu cerveza.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Sep 16, 2019 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Obsesión por tu sangreWhere stories live. Discover now