Cuando llego a la universidad es la hora que tengo libre por lo que voy a buscar a Nico a la cafetería, cuando finalmente lo encuentro veo que se encuentra sentado con Dorek, me acerco a ellos y en cuanto me ven se sorprenden.

—¿Qué demonios te paso? —dice mi amigo.

Tomo asiento enfrente de ellos —lo siento me quedé dormida.

Dorek sonríe mientras que Nico niega con la cabeza —yo que tú buscaba un espejo —dice Nico mientras que Dorek me señala con la cabeza y se pasa un dedo por debajo de los ojos, justo donde están sus ojeras marcadas por el cansancio.

Hago caso a Nico y busco en mi bolso un espejo, cuando me miro en este no puedo evitar gritar. Por bañarme rápido y cambiarme para venirme a la universidad se me olvidó por completo desmaquillarme por lo que tengo dos grandes manchas negras debajo de mis ojos.

Nico y Dorek se comienzan a reír de mí, decido ignorarlos y agarro una servilleta de papel que está en la mesita y le arrebato su botella de agua a Dorek, empiezo a humedecer un poco la servilleta con el agua ye empiezo a tallar el área manchada pero lo único que logro es que ser ponga roja la piel donde tallé con la servilleta.

—Ven niña —Dorek saca algo de su bolsillo de su pantalón y me doy cuenta que es un labial para humectar los labios. Él me hace un gesto con su mano para que me acerque, lo hago y él unta un poco de labial en su dedo para después pasar su dedo con mucha delicadeza por mi piel manchada, su rostro está tan cerca del mío y no puedo evitar mirar más de cerca sus labios, estos no son muy gruesos pero algo en ellos me gritan que los bese, de pronto Dorek se aleja de mi y me pasa otra servilleta, esta vez las manchas negras desaparecen.

—Te invito a comer —si yo fuera una caricatura mi mandíbula se habría caído hasta topar con el piso. O yo estaba soñando o ya estaba perdiendo el sentido del oído —después de comer vamos a buscar a Mia —y ahí está mi respuesta, ni estaba soñando ni mucho menos quedándome sorda pero si me estaba volviendo cada vez más estúpida por creer algo más— ¿Te parece?

—Si, si está muy bien —digo torpemente.

Él se levanta de su asiento y sacude mi cabello como si fuera un triste perro que no le dieron su juguete —te veo más tarde entonces.

Yo solo asiento con mi cabeza y él se marcha, las carcajadas de Nico me recuerdan de su presencia en la mesa, me había olvidado por completo de él en cuanto Dorek comenzó a untar de su labial en mi rostro, me había aislado por completo del mundo.

—Hubieras visto tu rostro.

—Cállate, déjame en paz.

—Primero tu rostro era de lujuria pura, después de cachorrito y al final tu cara de decepción fue la mejor.

—Cállate te dije, mejor vámonos al salón.

Las últimas dos clases Nico no había parado de molestarme por lo que había sucedido en la cafetería, lo bueno es que ya se habían terminado las clases y lo vería hasta el día de mañana, lo malo es que Dorek me mandó un mensaje diciéndome que me esperaba en el estacionamiento para irnos a comer.

En un principio creí que ir a comer con Dorek podría llegar a ser algo incómodo pero me sorprendí bastante que fue todo lo contrario, Dorek me había invitado a un Mac Donald's a comer y a pesar del lugar y de la sobre población de niños en ese lugar no la habíamos pasado muy bien. Dorek me había sorprendido mostrándome otra faceta de él, este joven era más alegre y bromista, faceta que únicamente lograba ver cuando estaba en compañía de su familia, de hecho él había cambiado mucho desde que lo había conocido, creo que simplemente nos habíamos juzgado mal el uno al otro.

Después de comer nos fuimos directo a la dirección que me había dado Emanuel, al llegar a esta me sorprendí al darme cuenta que el lugar era un clínica de rehabilitación, por un momento llegue a pensar que nos habíamos equivocado pero para Dorek parecía ser lo más normal por lo que llegue a pensar que tal vez ella trabajaba en ese lugar.
Llevamos quince minutos parados en la cera de enfrente y hasta el momento solo habíamos visto salir niños con muletas o aparatos extraños y un par de adultos en silla de ruedas pero ninguna señal de alguna joven.

Giro mi rostro hacia Dorek y se encuentra recargado en la pared con sus brazos cruzados debajo de su pecho y su rostro se nota tenso e incluso tiene el ceño fruncido.

—Vi que hay una nevería una cuadra atrás, ¿Quieres un helado? —intento moverlo un poco golpeando mi cadera en su costado— tú espera aquí, yo invito.

Su rostro se relaja un poco y asiente con la cabeza —me gusta la de limón

Voy a la nevería que vi una cuadra atrás y compro dos vasos de nieve, uno de chocolate amargo y uno de limón para Dorek.
Cuando regreso le entrego su nieve, él me sonríe en agradecimiento. Comemos la nieve en silencio, cuando terminamos me doy cuenta que han pasado cuarenta minutos y se que Dorek también ha notado que ha pasado mucho tiempo así que se me ocurre la idea de ir a preguntar por ella.

—¿A dónde vas niña? —dice Dorek al ver que voy a cruzar la calle.

—Voy a ir a preguntar por ella.

El asiente con su cabeza —se llama Mia Betancourt.

Alzo mi dedo pulgar y se lo muestro, me giro nuevamente y me cercioro que no venga ningún auto y me cruzo la calle, entro a la clínica y me dirijo a dónde está la recepcionista.

—Buenas tardes, ¿En que puedo ayudarte? —dice la recepcionista en tono amable.

—Buenas tardes, pasaba por aquí y quería saber si mi amiga aún está aquí.

—¿Cuál es su nombre?

—Mia Betancourt.

La recepcionista se muestra un poco sorprendida —ella ya no va venir, el lunes fue su último día.

Siento cierta decepción y en cierta forma algo de alivio escuchar eso —tendré que hablarle por teléfono para verla en otra ocasión.

La recepcionista sonríe —saludala mucho de mi parte, por favor.

—Por supuesto, hasta luego.

Salgo de la clínica y me cruzo la calle para llegar hasta donde está Dorek, el se separa de la pared y se acerca a mi.

—Ella no quiere verme, ¿verdad?

Niego con la cabeza y noto como su mirada se ensombrece —nada de eso —me apresuro a decir— me dijeron que el lunes fue el último día que vino.

Él cierra sus ojos y suspira con alivio —entonces tendré que seguir averiguando donde vive para poder verla.

Poso mi mano en su brazo —te voy a seguir ayudando.

Dorek me sorprende cuando me abraza y coloca su rostro en mi cuello, solo espero que no escuché como se ha acelerado mi corazón —gracias niña, no se que haría sin ti.

Se separa de mi y me sonríe, el observa mis labios y yo no puedo evitar tragar ante la sensación que me genera en la manera en como ve mis labios, el acerca su mano y con su dedo pulgar acaricia mi labio inferior, mi respiración se acelera sin que lo pueda evitar.

Le quiero agradecer a @Valee1102  por la elaboración del nuevo booktrailer.

Si les gustó el booktrailer ella puede ayudarles.

Corazón Vertiginoso (Saga #1) Where stories live. Discover now