Julia ✔

Treinta

Fabricio

Cuando hablamos con nuestras madres siempre manejamos dos sentimientos, protección o vergüenza; en este instante siento la dos "vergüenza", porque lo siento, ya que no negó que hablo con Julia y lo que me imagine, si, lo hizo; hablo de mi con ella, lo que sentía y un montón de cosas más, no tengo cara para verla, aunque ella no sabe que estoy enterado.

El ambiente en el complejo judicial era tenso; según Leone es normal porque es la conclusión del juicio; todo salió como lo previsto, el video de Octavio, el cónsul; pero el instante de más alta tensión fue en el momento en que Leone muestra las fotos de un cementerio, la audiencia en pleno no entendía la imagen que proyectaban y yo era uno esos; pero me percate que Julia tenía la mirada fija en las pantallas y su rostro lleno de lágrimas; Leone al hablar todos entendimos que es la última morada de sus padres, me enterneció su mirada y quise estar a su lado para que sintiera mi apoyo.

Al escuchar al juez pronunciar la sentencia absolutoria; me tranquilice ya que la declaraba inocente y absuelta de cualquier indicio en su contra. Ahora Karina enfrenta la justicia, todo el peso del robo recae sobre ella, por encubrir a los verdaderos culpables.

Al dar por cerrada la sesión el juez, todo fue un caos, Julia vuelve al penal por temas de burocracia, que claramente no comparto, el juez dio un máximo de 72 horas para que lo abandone de un todo. Como siempre me toca verla a lo lejos y cuando nuestras miradas se chocan me limito a sonreírle; como dice mi madre "para todo hay tiempo" y yo esperaré el mío.

A la salida del complejo judicial me espera mi madre y hermano, como siempre cuchichean de mi es lo mas seguro

- ¿Hijo porque regresaste tan rápido? – pregunta la señora Lia-

- Aja ... como vieron la sala sigue en un caos y se llevaron a Julia para el penal otra vez

- Amor ya tendrán tiempo para charlar

Nos sumimos en un silencio hasta la llegada a mi apartamento, quedamos en reunirnos para la escogencia de los diseños y en ese instante recuerdo que tenía que hablar con Alice y no lo hice, rebusco para llamarla y mi memoria me indica que no tiene teléfono, me decanto por tomar un baño relajante y después voy a su casa.

Al llegar a la casa de Alice veo que hay movimiento dentro

- ¿Hey tú quién eres y qué haces viendo para mi casa? – me regaña una niña de unos 8 años, pelirroja y pecosa hasta más no poder y por la forma de hablar mínimo es hermana de Alice -

- Yo soy Fabricio y estoy buscando a Alice – hace el gesto de estar pensando –

- Si esta, pero está ocupada – señala la casa –

- Si eso veo nena – me agacho a su altura – dile que Fabricio Damiani está aquí

- Bueno yo le digo - se va y cuando va a medio camino se voltea – me llamo Brina no nena; oíste – simplemente asiento y confirmo es algo de Alice –