Capítulo XX: Familia

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Al llegar ella estaba dormida en el asiento trasero, habíamos hecho una sola parada a comer y después solo se quedo en silencio disfrutando la noche y la música; era una manera hermosa de pasar nuestro viaje, al llegar la moví ligeramente. No pensaba entrar a casa de su madre solo con ella en mis brazos. La casa no era una choza en las afueras como ella lo había descrito, era una casa completamente decente con huertos en el jardín y una cerca; su primer vecino estaba  varios metros pero supongo que tenía parte de encanto. Sofía se arregló la ropa y toco la puerta, su madre la recibió con un abrazo y después su tía.

-Adelante, vamos- Esta última parece más agradable que en el momento que la conocí.

Pase tras ellas con el par de maletas.

-Buenas noches- las salude a ambas al cerrar la puerta tras de mi.

Ambas me dedicaron una sonrisa para después ofrecer algo de beber.

-¿Como fue el camino?

-Medio camino dormi.

-Bastante tranquilo debo suponer- su tía dejo dos tazas frente a nosotros; una de café y la otra con un té para mi.

-Gracias y la verdad sí, jamás pensé que extrañaba tanto la tranquilidad de la carretera y los espacios tan puros.

-Es verdad- la señora Russo me miro- debes extrañar tu vida en el pueblo.

-Honestamente no mucho, extraño mas a mi familia pero espero verlos pronto.

De un momento a otro la plática dejó de ser sutil y comenzó lo que me temía.

-¿Están juntos?- su tía fue la primera en abrir el tema.

-Sí, justo le comente a mi madre que quería pasar un día con ella antes del viaje.

-¿Viaje?

-Iremos a Roma. Tengo un casting y quiero que Sofía me acompañe, no me siento listo para separarme de ella por mucho tiempo.

Antes de que siguieran sus preguntas, Sofía interrumpió pidiendo saber donde pasaríamos la noche, la casa era grande o lo suficientemente grande para dos personas y un par de huespedes asi que nos dirigió a la habitación con amabilidad. Una habitación con dos camas individuales que me parecían puestas a propósito a cada extremo de la habitación.

-Uno de los baños está en el primer piso al fondo y el segundo junto a esta habitación. Mañana podemos hacer algo juntos los cuatro.- Nos dedicó una sonrisa antes de desearnos buenas noches y dejarnos solos.

-Perdona la incomodidad.

-No es culpa tuya, solo quieren protegerte.

-Al menos no te mandaron a dormir en el sofá.

Sonreí y me acerque a ella para abrazarla, se le veía agotada por el viaje así que la deje alistarse mientras yo sacaba mi ropa de dormir y esperaba para tomar un baño. Al salir de la ducha me recoste para descansar, el lugar era increíblemente silencioso que me perturbaba. Al final de la noche logré dormir, no escuche el momento en el que Sofía entró a la habitación pero por la mañana la vi enredada en la sabana abrazando la almohada con el cabello en el rostro.

Durante el desayuno estábamos envueltos en un ambiente tenso, había recibido un saludo de ambas pero después todo fue silencio. Moví el lugar para que Sofía se sentara y me atreví a ofrecer mi ayuda para poner la mesa, se negaron a mi ayuda así que tomé mi lugar junto a Sofía en la mesa.

Un silencio nos envolvió y comencé a sentirme fuera de lugar.

-Quieren dejarlo

Ambas la vieron sin entender a lo que se refería.

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