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Cuando ya era el momento de salir e irme al departamento, noté que él iba delante de mí. A mi ritmo de paso, él estaba relativamente lejos.
El muchacho parecía llevar su aura de misterio por todos lados, incluso cuando está fuera no parece conocer a nadie, ¿o es que prefiere no hablarle a nadie?

«Puede que sea nuevo en esta universidad», es lo único que pensé justo en este instante.

Me di cuenta que se detuvo en el edificio en el que yo vivía, lo observó unos largos segundos y luego entró.
Seguí pensando cosas como que puede que vaya a visitar a alguien ahí, no lo sé...

Quise no darle mucha importancia, después de todo, es la primera que lo conozco (de vista).
Entré sin más y corrí hacia el ascensor poco antes que se cerrara.
Él se encontraba dentro, se sorprendió al verme. Si no fuera por todo su aura misteriosa, yo diría que su cara de sorpresa fue realmente adorable.

"Lo siento", dije. Pero no obtuve ninguna respuesta de él; yo le era indiferente, como si no existiera en ese instante.
No pude quedarme callada por mucho tiempo más, era incómodo verlo mirar hacia la nada sin soltar al menos un suspiro o algo.

Bueno -solté- si no vas a presionar algún botón, lo hago yo, tal vez baje antes que tú.

Estiré la mano para presionar el botón 7, que era el piso en el que yo vivía, sin embargo, él ni siquiera hizo un movimiento o le incomodó lo que hice.

Segundos después de todo el silencio, las puertas se abrieron, salí y él salió detrás de mí.
Me quedé mirándolo como una tonta, él solo me observó unos segundos, parpadeó y siguió su camino.
Era mi vecino de enfrente de mi departamento, quién iba a llegar a pensarlo. ¡Es una locura!

[...]

En los siguientes días nada había cambiado. Las veces que coincidíamos en el ascensor como la primera vez, él seguía sin decir una sola palabra.
Me desesperaba el silencio y yo tenía mucha intriga sobre quién era él, por qué era tan solitario, por qué la ausencia de sonrisa en su rostro y el miedo que emanan sus ojos sin que lo diga.

Me dije a mí misma que hablaría con ese chico a como de lugar, aunque las posibilidades fueran pocas y las probabilidades de encontrarlo fuera de su departamento un fin de semana fueran escasas.
Por eso pensé que me acercaría en el último día de la semana de clases, viernes, para ser específica.

Durante los siguientes días yo hice lo que él, me quedé callada como contemplando el silencio de la nada o mi reflejo en las paredes del ascensor cuando coincidíamos.
Para mirar mi reflejo de tanto en cuanto, debo decir que incluso en esas opacas paredes me veía realmente bien.

Todo continuó y con suerte, el viernes logré salir temprano luego de un pesado examen en la que me pasé casi sin dormir por estudiar.
Ahora solo esperaba encontrar a ese chico en el lugar de siempre. No estaba emocionada pero sí ansiosa, como cuando vas al primer día de clases y sabes que habrá conocidos y también gente nueva (aunque son pocas las veces que sucede eso).

Lo ví y corrí nuevamente pero, esta vez no estaba solo, esta vez iba un señor de saco y corbata junto a una anciana que yo conocía, ella vivía en el tercer piso y era muy amable.

Esta vez el viaje no sería tan silencioso pues sabía que si decía algo la anciana me respondería o incluso se reiría de las tonterías que suelo decir en ocasiones.
Así fue, pero no duró mucho tiempo porque tuvo que irse. Seguido de ella, el hombre presionó el botón antes de que yo pudiera hacerlo pero no había problema porque él bajaba antes que nosotros.

En unos segundos, era el momento que había esperado; lo único malo es que noté que el muy tonto traía audífonos y estaba con la mirada hundida en su móvil.
En ese momento solo quería golpearlo...

El ascensor se abrió pero él esperó a que yo saliera primera para que luego saliera él.
Si era un caballero o no, no lo sé; justo ahora actúa como uno.
Sin embargo, no duró mucho, enseguida se adelantó para meterse a su departamento y no sabía qué hacer en ese instante.
Mi primera y única reacción fue tomarlo del brazo.

-¿Qu-Qué se supone que haces?
-habló por fin.

¡Al fin!, no era mudo señores. ¡No lo era!

-Lo siento. Pensé que, tal vez podríamos platicar un poco y conocernos, porque bueno, vamos a la misma universidad y somos vecinos
-sonreí.

-No lo creo -respondió fríamente.

-Por favor, te la pasas solo; no sé si porque lo quieras o porque te ignoran... y ahora, cuando trato de ser amigable, ¿respondes de esa manera?

-Nunca pedí que fueras amigable conmigo. Además, el hecho que vivas frente a mí y estés en la misma universidad, no da por hecho que debamos ser amigos.

-¿Por qué? -insistí.

-Porque dudo que quieras cerca a alguien como yo.
Debería asustarte todo lo que se habla de mí. Si haces esto por sacar información, créeme, no hallarás respuestas.

-¿Crees que hago esto por conveniencia o porque alguien me lo pidió?

-No confío en las personas, y tú eres una -contestó con sarcasmo.

-Qué tonto eres.

¡Realmente este chico es todo un necio!

-Prueba lo contrario entonces, prueba que me equivoco y que aún existen personas confiables.

-¡Bien! -respondí con enojo mientras él daba media vuelta hacia su departamento- ¡Y QUE NO SE TE OLVIDE, MI NOMBRE ES ANNE!

Sin mirarme, alzó la mano, la agitó en forma de despedida y entró.

No fue como esperaba que las cosas resultaran, no creí que se comportara de un modo tan patético que hacía que me quedara sin palabras.
Ese tipo no es la gran cosa después de todo, no necesito probarle nada ni seguir tratando de ser amigable.
No lo necesito pero, hay algo en él que siento que conozco y que me conecta.
Pero no sé qué, ni quién es exactamente; al menos no hasta el momento.

Todo De Ti | BaekhyunWhere stories live. Discover now