Capitulo 11

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El sol salía de entre las montañas, iniciando un nuevo día en el mundo, el pueblo de Berk se levantaba temprano, pero cierto vikingo se levantaba aún más temprano 

-Hipooo-susurraba apenas Astrid, alargando la última letra de su nombre, su chico corría saltando por toda la cabaña, tratando de ponerse bien los pantalones, y hacer eso con una pierna, si que hacía ruido-es muuy temprano todavía-aún con los ojos cerrados Astrid hablaba

-Lo siento cariño,estoy algo...entusiasta- Hipo seguía saltando para que el pantalón pudiera entrar en sus piernas, cuando fue de nuevo arrastrado al suelo, pero esta vez no por un tropezón, si no por una almohada que llego volando en su dirección 

-¿No podrías hacer menos ruido?, perdí la costumbre de madrugar cuando Tormenta se fue-Hipo la miró sonriendo, no sólo porque verla en camizón de seda blanco de rodillas en la cama, de sábanas blancas, fuera satisfactorio, y la mejor vista para él, si no porque a pesar de que sus dos mejores amigos se hubieran ido, ellos sabían que siempre estarían juntos desde lejos, y lo veían de una manera feliz, sin tristeza, porque sabían que el destino los volvería a unir, algún día 

Mientras Astrid estaba ditraída frotandose los ojos, para tratar de quitarse e sueño, Hipo se levanto para dejar la almohada en su lugar se sentó en la cama al lado de su chica y retiró sus delicadas manos de sus ojos

-Lo siento My Lady, no quería despertarte 

Astrid lo quedo mirando inexpresiva, de un momento a otro lo golpeó haciendo que callera de espaldas en la cama, y antes de que se pudiera levantar, el peso de la chica rubia se posó sobre él 

-Ya lo hiciste-se apoyó en el pecho de Hipo y lo miró-Si sigues haciendo esos ruidos para ponerte los pantalones, tendré que vestirte yo, pareces un niño

-Si, bueno, sacármelos se te da mejor-una sonrisa coqueta fue lo que se asomó por esa boca que la hacía soñar despierta a Astrid, pero, su ensueño lo disimuló con un golpe, típico 

-Idiota-se estiró un poco hacia él y lo besó-termina de vestirte, te prepararé el desayuno-dijo al separarse, luego se levantó para ponerse su bata de piel de jack, pero antes de salir por la puerta, Hipo tomó su mano devolviéndola a ella, y otro suave beso, fue lo que le dió, uno lento y bastante sentimental, realmente se amaban 

Astrid se sonrojó por el detalle y bajó para cocinar lo más simple que podía, ni ella podía arruinar la cocina más fácil ¿no?

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-Que tengas un buen día Cariño- le dió un beso de despedida a su esposo que todavía sus labios tenían la leche de jack que había preparado, signo de que había tenido que tragársela a la fuerza, pero como siempre, Hipo lo último que haría sería herir los sentimientos de su Astrid 

-Tu igual My Lady, nos vemos luego de la reunión-lanzó un beso al aire y se retiró de la cabaña,  tan pronto como cerró la puerta escupió lo poco que había guardado del desayuno-Necesito hablar urgentemente con Bocón sobre las clases de Astrid, Dioses-Si, Bocón le enseñaba a Astrid a cocinar mejor, pero parece que no estaba saliendo muy bien 

Fuera de eso, Hipo ya había llegado al gran salón, se sentó para dar inicio a la reunión organizando todo, y justo cuando terminó, la puerta se abrió, dejando mostrar a todos los jefes que había solicitado ver, para comenzar los tratados. Respiró y saludó cordialmente a todos, esperaba que todo saliera bien 

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Hermanas HoffersonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora