Destinados a encontrarnos

2.9K 326 504
                                    

La capital aparece luego de un día y medio de viaje a caballo, es tan caótica como siempre, la gente va de un lado da otro, sus voces se oyen con fuerza, risas infantiles, ofertas de compra y venta, toda una vida que no se inmuta a la desaparición de dos de sus pobladores. La alegría en ambos es basta, sólo una pequeña visión de sus sentimientos completos.

Kyle es el más emocionado, pues después de meses, volverá a ver a su familia; Así, baja del caballo con un salto valiente, arreglándose el cabello y la ropa, andando a pie a través del sol y la arena del suelo.

─¿Les dirás? ─Le preguntó Stanley jalando al caballo por las riendas─. Lo de tu nombre.

─Primero, quiero que se acomoden a la idea de que dejé de vivir entre comodidades. ─Kyle volteó a verlo con un encogimiento de hombros─. Quizá más adelante.

─¿Y no te arrepientes? ─preguntó el indio cohibido.

─Por supuesto no.

La confianza en su voz es tan clara, que Stanley se siente más cómodo con ello, aunque la inseguridad se mantiene ahí, es un sentimiento que no será borrado pronto.

Finalmente, los dos entraron entre las calles terrosas de la gran capital, Kyle estaba acostumbrado al bullicio que la gente ocasionaba y a la multitud de la misma que obstruía su paso, pero Stanley observaba alrededor con desconfianza, jalando al caballo con temor de que fuera a ocurrirle algo si le quitaba la vista de encima por tan sólo un segundo.

El haber entregado las cartas de Kyle a su familia, escondiéndose entre las casas por la noche, era muy diferente hacerlo en plena luz del día y transitando libremente por sus calles. Kyle le había prestado una muda de ropa que le quedaba a la perfección, lo que hacía más incómodo su viaje por la capital.

─¿Seguro que estás bien? ─le cuestionó Kyle mirando su recelo a la gente─. Puedes irte si quieres.

─No voy a dejarte aquí... ─los ojos de Stanley se ven aterrados─­. ¡Podrías no regresar al campamento!

─Pero no quiero quedarme ya aquí. ─Kyle suspiró, dándose la vuelta, mirando con calma al líder─. ¿De verdad crees que a estas alturas, podría ser capaz de mentirte?

El líder indio asintió ligeramente, por lo que Kyle se le acercó soltando un suspiro de hastío.

─¿Qué he hecho para darte a pensar eso? ─cuestionó el pistolero con dolencia.

─Nada en concreto ─respondió el indio ligeramente apenado─. Pero, con sólo ver lo mucho que te emocionaba venir aquí...

─Me emocionaba por volver a ver a mi familia ─respondió cruzándose de brazos─. No porque extrañara la capital. A decir verdad, tanto bullicio hace que me duela la cabeza. Entre menos estemos aquí, mejor.

─¿Y si te encuentras con el sheriff? ─continuó Stanley con desconfianza─. ¿Y si te obliga a volver?

─Entonces, tendría que atravesarme con una bala, porque no volveré. ─Kyle intentó sonreír, sin embargo, el menosprecio de su sentir hace que su gesto caiga demasiado rápido─. Deberías confiar más en mí.

─¡Y juro que lo hago! Estos meses en lo que decidiste quedarte, fueron maravillosos

─¿Pero...?

─¿Nunca está de más ser precavido?

Kyle negó con la cabeza no con molestia, pero se le acerca mucho a la desconfianza, sacando su pañuelo para limpiarle algunos rastros de pintura de su rostro.

─No estaría mal que conocieras a mi familia ─respondió mirando con detalle si quedaba algo que pudiera delatarlo.

─¿Y que me entreguen al Sheriff por ser el causante de que no hayas podido verlos de nuevo? ─negó fuerte─. Por ahora, no... Pero lo haré con gusto si reciben tus noticias de buena manera.

En Medio Del Desierto [Style]Where stories live. Discover now