El final de nuestra historia

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El día después aparece como una esperanza para una convivencia sana entre ambas culturas, el líder indio y el pistolero parecen llevarse mucho mejor que su contraparte inicial, las palabras de Stanley jamás existieron y las acciones de Kyle desaparecieron. Un borrón con buenas intenciones.

Van hacia la tienda del líder, ahora sus clases se las dará él, y durante el camino, Kyle nota algo peculiar.

—Tu nombre es... Stanley, ¿no es así?

—Así es —responde el otro con cierto honor.

—¿Y por qué nadie te llama como tal?

El moreno toma los libros esparcidos y los acomoda en un sitio en silencio, antes de detenerse y mirar a Kye con confusión, como si lo dicho fuese una adivinanza en su lengua.

—Todos te llaman Muchas Lunas... Pero nadie te llama Stanley —explicó el pistolero como si fuese lo más obvio—. Y de aquí, sólo somos nosotros quienes tenemos nombres diferentes... ¿Por qué?

El joven de cabello negro deja la pila de libros para acercarse a donde Kyle escribía algo en hojas con tinta. Se sienta en el suelo frente a él, por lo que el pelirrojo, baja la mirada para verlo mejor.

—Stanley es el nombre que mi madre me puso —respondió sin problema—. Proviene de la capital, y el otro, fue decisión de mi padre.

Kyle seguía igual de confundido o peor que antes, la verdad es que no le había explicado mucho sobre el origen de su nombre, pero tampoco quería agobiarlo. Torció la boca volviendo a su escritura, así que Stanley suspira llamando la atención contraria.

—Mi madre... No es de esta tierra.

Kyle entonces dejó las hojas y decidió sentarse frente a él para escuchar su historia, completamente curioso y atrayente a lo que tenía que decir.

—No he sido muy honesto. —suspiró el líder con culpa—. ¿Recuerdas que te comenté sobre un extranjero que se ganó el cariño de mi gente?

—¿Eso fue una mentira?

—¡No, claro que no! —sus manos se agitaron—. En realidad, mi madre, fue aquel extranjero de la historia.

Con sorpresa, Kyle espera el resto de la historia.

—Su nombre es Sharon, e iba de viaje a la capital con el resto de su familia, se les hizo fácil cruzar el desierto en la noche para ahorrar camino —continuó—. Una manada de coyotes les atacó, eran más de los que te atacaron a ti noches atrás. Ella alcanzó a escapar, y fue mi padre quien la salvó de perderse.

Casi como ellos.

—La trajo al campamento, y terminaron amándose. A muchos no les agradaba la idea, pero el jefe estaba enamorado, así que la dejaron quedarse. Meses después, la gente terminó amándola.

—Creo que entiendo.

—Le pusieron un nombre y la inculcaron con nuestra cultura. Debes saber, que todos nuestros nombres tienen un significado. Su nombre, Magena, significa Luna Creciente

—Es un bonito nombre —Kyle halagó con una sonrisa honesta—. Y apuesto a que tiene relación con el tuyo.

—Sí. Yo nací cuando la Luna está en su punto más alto —explicó—. Cuando brilla y demuestra lo vivo que está la naturaleza, haciendo posible los deseos de la gente y que así seguiría siendo.

Kyle ahora se preguntaba, cuál sería su nombre si alguien decidiera darle uno.

—Pero algo pasó, ¿no es así?

La pesadumbre en su rostro le respondió todo.

—Era un niño cuando pasó, tenía apenas cinco años. Unas personas encontraron el campamento y se llevaron a mi madre. Nos tacharon de bárbaros y nos atacaron —suspiró melancólico—. Escapamos a un lugar donde la Luna nos ocultó, pero... Mi madre...

En Medio Del Desierto [Style]Where stories live. Discover now