Capítulo 2

24.2K 2.1K 583
                                    

—No me lo tomen a mal, pero en serio no creo que esta sea una buena idea — comento mirando a los cinco chicos.

—Claro que la es — contesta Brian —, nos dividimos en dos personas por camino, así abarcamos más y vemos qué lugar es el más seguro para regresar.

—Me refiero a que literalmente estamos yendo los seis más importantes de la fortaleza... es estúpido, si nos matan dejaremos a todos al descubierto.

—Tienes que admitir que somos los mejores — interviene entonces Jason —. Podrías decir que tenemos a nuestros propios soldados, pero no nos superan.

—Además, no creo que nos pase nada, estamos saliendo justo a la hora en la que ningún ángel pasa por aquí — inquiere Henry de brazos cruzados mientras mira al cielo.

—Cuídense — les pido luego de pensármelo quien sabe cuantas veces —, recuerden que por lo menos un par de nosotros tiene que llegar allá y regresar.

—Llegaremos todos, ustedes cuídense — nos pide Liam a Kate y a mí —. Vayan siempre debajo de los árboles. Nos vemos en un rato.

Luego de abrazarnos todos con todos, emprendemos el camino por lados diferentes.

No debe haber falla, lo tenemos contemplado todo. Según mis cálculos, debemos estar con los demás en cuando mucho media hora o cuarenta minutos.

—¿Cómo te sientes? — me pregunta luego de unos minutos de silencio.

—La verdad estoy nerviosa, tiene bastante tiempo que no salgo... tal vez ya van dos meses.

—Sí, casi dos. Si no te hubieras lastimado probablemente hubieras seguido saliendo.

—No fue grave, podía seguir normal. Pero alguien no me lo permitió.

—¿Qué querías? Claro que fue grave, no podía ponerte en riesgo.

—De verdad no fue nada.

—Sólo una navaja incrustada en la pierna.

—No fue tan grave, la verdad no estaba muy profundo.

—Debí volarle la cabeza a ese hijo de puta.

—Calma, que de haberlo hecho seguramente no la contábamos.

—¿Qué importan los putos ángeles? Seguro que nos daba tiempo de huir y dejar a la cuadrilla expuesta ante los otros para que los mataran.

—Tomando en cuenta que no podía caminar... no lo sé, suena bastante imposible.

—Vaya, para nosotros nada es imposible.

—Nunca lo ha sido — acepto con melancolía. Recordar los viejos tiempos es devastador, es terrible mirar atrás y darme cuenta que todos éramos felices aunque no lo queríamos creer. Mirar el pasado es duro, pero darse cuenta que esos buenos tiempos jamás volverán, es mucho peor.

—Volveremos a estar bien — asegura al darse cuenta que mi mente ha viajado —. No sé cómo, pero no tengo ni una maldita duda de que volveremos a ser lo que éramos.

—Que así sea entonces.

De vez en cuando miro hacia el cielo entre los árboles, doy una ojeada al entorno y continúo caminando.

Todo aquí afuera parece demasiado tranquilo, hasta parece que nada ha pasado... eso si no ves los autos abandonados a mitad de la calle, los rastros de sangre seca en el piso, y algunos cadáveres tirados.

—¿Qué pasa con Liam? — rompo el silencio con lo primero que se viene a mi mente.

—¿Qué pasa de qué...? — pregunta algo nerviosa, sin embargo no sé si es por estar aquí afuera, o por mi pregunta.

Apocalipsis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora