- Ni siquiera entiendo por qué tomaste esa materia si no viene en tu programa - la chica lo miró confundida - ingeniería e historia no tienen mucho que ver.

- Jo, en realidad no tienen nada que ver - Ernesto rió y sacó unos libros de su mochila - mi cosa favorita en este mundo es la historia. Universal, Ibérica, del arte, etc. El decano de Humanidades es amigo de mi familia y le pedí que me dejara meter algunas materias de historia aunque no me dieran créditos.

- ¿Literal solo las estás haciendo por hacerlas? - María José estaba peleando contra el prejuicio que Jean le había creado sobre el chico.

- Sí, es algo que me hace feliz y que me ayuda a lidiar con las cosas que no me alegran tanto - encogió los hombros - como la gente que hace yoga después del trabajo.

- ¿Entonces no estás estudiando Ingeniería por gusto? - la chica de pelo azul estaba realmente asombrada.

- Madre mía, claro que no. ¿Tú te imaginas un directivo de la Fifa con un hijo historiador? - rió de forma irónica - Solo quiero terminar rápido la carrera para poder hacer lo que de verdad me apasiona.

- Lo siento mucho Ernesto, con un papá tan cool pensé que eras alguien que hacía lo que quería - esbozó una sonrisa triste.

- "Papá tan cool" - usó los dedos como comillas - ¿De dónde sacaste eso?

Poché recordó varias conversaciones con personas diferentes donde mencionaban lo genial que era el señor y lo mucho que consentía a Ernesto.

- La gente habla - la chica hizo una mueca con la boca - supongo que hablan por hablar.

- Hablan de lo que ven - suspiró - el chico al que le dieron un Audi cuando cumplió 18, el chico que invita a todo el curso de fiesta con los del Barça, el chico que se va el fin de semana a Ibiza ... la lista es eterna. ¿Pero de qué te vale eso si no eres feliz? La gente está convencida de que el dinero compra la felicidad pero toda la gente infeliz que yo conozco tiene más ceros en el banco que sonrisas genuinas en la cara.

- Lo peor es que el dinero ni siquiera es tuyo, es de tu papá - María José le tomó la mano - si lo sacamos del plano eres un chico más.

- Uno normal - Ernesto rió con los ojos vidriosos - es bueno tener a alguien con quien hablar sin que salga el tema del dinero o de mi padre ... siento que contigo puedo ser yo mismo y es muy guay. Gracias.

- No me agradezcas - la chica le limpió una lágrima de la mejilla - para eso están los amigos ¿No?

- Supongo, no tengo muchos - el muchacho terminó de secarse el rostro - pero bueno, estudiemos que a eso vinimos.

Del otro lado del charco, en ese mismo momento, Calle se despertaba en la cama de su mejor amigo. Se les habían pasado un poquito las copas así que la morena se había quedado a dormir ahí.

- Deberías comprar unas cortinas más oscuras - Dani se quejó y se tapó la cara con la almohada - me estoy muriendo de sed.

La chica se sentó en la cama y le bastó un segundo para darse cuenta de que lo único que le cubría el cuerpo eran sus calzones. El pánico empezó a recorrerle el torrente sanguíneo y de inmediato se le vino a la cabeza lo que había pasado con Camilo.

- No de nuevo - se dijo a sí misma.

Congelada en sus pensamientos la voz de Tille la regresó de golpe a la realidad.

- ¿¡Por qué estás desnuda!? - el chico se tapó los ojos por respeto.

- No sé, tú dime - Daniela respondió a la defensiva.

- Hey, hey - el chico agarró su camiseta del piso y se la dio - dos cositas para que te queden bien claras. No soy un abusador y jamás haría algo que tú no quisieras ¿Quién me crees?

- ¡Pues no sé Arístides! - le gritó angustiada - No es muy normal irte a dormir con tu mejor amigo y amanecer así.

- A ver, Ella - intentó calmarla - solo nos tomamos una botella y media de vino, eso sirve para irse a dormir como bebé y ya, no para que el cerebro te haga corto circuito y te acuestes casualmente con alguien.

En eso Tille tenía razón, con Camilo la historia había tenido un litro de tequila de por medio y aún así recordaba varios detalles.

- ¿Cómo explicas entonces que mi ropa esté tirada por todo el cuarto? - Dani no conseguía entender.

- ¿Quizás te dio calor? - Arístides rió un poco para tranquilizar el ambiente - No sé Ella, pero de verdad espero que no estés pensando alguna estupidez como que te drogué o algo por el estilo.

- Nunca pensaría eso, no jodas - se levantó molesta y recogió todas las prendas que le faltaban - bueno, me voy a bañar.

Calle se metió al baño y se miró detenidamente en el espejo, necesitaba cersiorarse de que no tuviera algún tipo de marca en el cuerpo como rasguños, chupones o cosas así. Se sintió más tranquila cuando vio que lo único que tenía eran las ya familiares cicatrices del accidente. Mientras esperaba que el agua se calentara le daba un millón de vueltas diferentes a la situación, quizás justo esa noche el alcohol se le cruzó con las pastillas de la cabeza o simplemente le pegó más duro de lo normal. Habían varias preguntas y ni una sola respuesta.
Antes de meterse a la ducha su teléfono empezó a sonar, era Poché.

- ¿Hola? - Dani contestó con un sabor a culpa en la boca.

- Hola amor, ¿te desperté? - la voz de la peliazulada era tan dulce como de costumbre.

- No, justo me iba a meter a la ducha - Calle se sentó en el inodoro - ¿Cómo estás? ¿Cómo te fue con Jean?

- Muy bien, conocí su lado real y de verdad no te imaginas el niño que es - la sonrisa de la chica podía sentirse a través de la línea - de hecho ... no te enojes, pero estamos en camino al aeropuerto porque vamos a ir a cenar a París.

- ¿Es broma? - la morena no sabía qué decir - ¿Cenar en París? ¿Así tan casual?

- Digamos que para él es bastante casual, cosa de ricos supongo - María José rió y se escuchó una queja de Jean en el fondo - el punto es que vamos a cenar y regresamos.

- Super casual - Dani rió sin ganas - está bien gorda, pásenlo bien y coman rico. Me avisas todo por favor.

- Siempre mi amor, en un ratito te hablo - Poché le mandó un beso - te amo. Jean te manda un abrazo.

- Dile que yo a él también - hizo una pausa - cuídense.

Calle terminó la llamada y las lágrimas le alforaron de los ojos como si no existiera un mañana. Quizás era algo estúpido pero siempre pensó que la primera vez de Poché en París sería con ella, eso habían acordado varios meses atrás en medio de una conversación con Felipe, o al menos eso había entendido ella.

- ¿Ella? - la voz de Tille interrumpió su llanto - ¿Estás bien? ¿Quieres hablar?

Dani se puso de pie y abrió un poco la puerta para que el chico pudiera verle el rostro.

- ¿¡Qué pasa!? - Arístides ignoró el hecho de que estaba completamente desnuda y abrió la puerta para abrazarla - Estoy aquí Ella, puedes hablar conmigo.

- No quiero hablar - la chica dijo entre sollozos - solo abrázame.

Tille la agarró por la cintura y se apoyó en la pared para poder sentarse sin soltarla. Tomó una toalla que había cerca y cubrió el cuerpo de su amiga.

- No tienes que decirme nada ¿Okay? - le dio un beso en la frente - Cuando estés lista hablamos y si no quieres hablar entonces no lo hacemos, pero aquí estoy Ella, aquí estoy y aquí voy a estar siempre.

- ¿Siempre? - Dani lo miró por un instante.

- Siempre, Ella - el chico respiró hondo - porque te amo.

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Hola amores, solo para decirles que - si viven abajo de una roca y no lo están leyendo - vayan AHORA a leer La Chica del 269 porque llegó a 700k y OBVIO la Nani bella se merece su primer milloncito. VAYAN VAYAN VAYAN @cookiechispitas

VAS A QUEDARTE || CACHÉWhere stories live. Discover now