Una historia que te paralizara y te llevara al punto de quiebre.
Que llegarías a hacer si tu única salida esta cerrada. Sucumbes a la presión y tus instintos de poder sobrevivir se apoderan de ti. Lo que quieres es mantenerte con vida asique ¿Qué es...
Las aspas del ventilador se movían lentamente, creando una brisa suave que refrescaría a cualquiera con el clima que hacía. Rayos del sol que se colaban a través de los espacios de las persianas e iluminaban la habitación; una persona recostada en el piso aparentemente dormida, su pecho subía y bajaba dando a distinguir su calmada respiración. Su entrecejo se frunció escasamente, la luz del sol pegaba en su cara, sus parpados se fueron abriendo, mostrando un iris grisáceo un poco dilatado. Se estiro y un pequeño bostezo se oyó, se volvió a recostar disfrutando de la extraña paz de esa mañana; su celular sonó, con pereza se levantó. Lentamente avanzó hacia su escritorio, de por si desorganizado, y busco su teléfono entre todos los cuadernos y hojas; lo tomó desbloqueando la pantalla y abrió el mensaje que lo dirigió a la bandeja de chat.
"Kwan Yoon"
1 mensaje no leído
— Oh Kwan-Ah —suspiro cansado.
Respondió al mensaje y dejó el celular en la cama, prosiguió a entrar al baño y lavar su cara; cepillarse los dientes y tomar una pequeña ducha. Salió de allí y reviso si su mensaje había sido respondido.
—Quieres salir un rato conmigo—
Meditó en su cabeza, no tenía nada que realizar ese día además ya había terminado sus labores en casa. Le mando una respuesta afirmativa, comenzó a buscar su ropa, no sabría a donde irían así que solo eligió algo casual y fresco para esa calurosa tarde. Regreso al baño y se miro al espejo, su tez pálida resaltaba sus ojos grises, una exótica rareza. Opto por dos pequeños aretes, a su mamá nunca le gusto que se haya perforado su oreja, pero eso causa estar en la edad en el cual quieres impresionar a tus amigos, sonrió ante el recuerdo de su madre, la extrañaba demasiado.
Guardo su billetera; celular y las llaves de su casa. Ya listo salió y le mando un mensaje diciendo que ya estaba en camino.
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Las luces de la calle se estaban encendiendo debido a que la noche esta emergiendo, las calles están repletas de gente, algunas conversando de su día y otros solo disfrutando del paisaje de la ciudad. El cielo siendo pintado con tonos morados y naranjas. La gente regresando a sus casas después de una larga jornada de trabajo. Miraba a todos lados y constantemente a su celular.
—Me dijo que estaría por aquí— suspiro resignado.
Siguió caminando en círculos por la vereda, observando las tiendas y algunos restaurantes que estaban a punto de estallar. Tenía que comprar un poco más de ropa, tenia un problema con las compras compulsivas especialmente cuando se trataba de su vestimenta. Ya cansado de esperar entro a una pequeña cafetería, no estaba tan llena además poseía un aire hogareño que al instante le agradó. Pidió un café y se sentó al frente de la ventana y mando un mensaje con su ubicación, revisó Instagram por un rato solo bajando pausadamente.
—Hey estoy en la siguiente calle podrías salir a verme, no me ubico—
Bebió todo su café; dejo propina y salió rápido. Miro a ambos lados buscando una cara que se le hiciera familiar entre la gran multitud, se detuvo y sonrió, la había encontrado. Alzo la mano y exclamo su nombre intentando llamar la atención de esa persona, ya a pocos metros su amigo lo reconoció y también grito su nombre. Guardo su celular y camino hacia él, todo fue tan pronto.
El sonido de las llantas derrapando en el asfalto asusto a la gente, una persona salió de la camioneta negra y empezó a dispara al azar, gritos rompían el pacifico ambiente que había, solo reacciono a agacharse y cubrirse del tiroteo. Una bala se impacto a lado de él, milagrosamente no en su cuerpo, sus manos temblaban y su respiración se hizo irregular. Chocó con alguien, pero no le prestó atención y siguió corriendo.
