Una vez que llegó y el Paw Patroller se estacionó, se quedó sentado esperando a que se abra la puerta. Aunque solo pasaron segundos, para él fueron minutos esperando a que Ryder salga del vehículo. Lentamente, vio como la puerta se abría y salía un Ryder confuso al ver a Chase. El niño no se esperaba que su primer cachorro estaría esperándolo, al parecer el sorprendido fue él.

—¡Ryder! —gritó el pastor alemán mientras se lanzaba al niño genio, quien le devolvió el abrazo. Ambos se quedaron en el suelo por unos minutos, Chase lamiendo la mejilla de Ryder con cariño como saludo. El niño comenzó a reírse, ya que las lamidas le daban cosquillas, mientras intentaba levantarse.

—Es bueno verte de nuevo, Chase —mencionó una vez parado, el cachorro bajo suyo mirándolo felizmente. —¿Qué estás haciendo tan temprano, de todos modo? —preguntó cambiando de tema y recordando la hora que había visto antes de bajar. 

—Uh... siempre me levanto a esta hora —confesó el pastor alemán, nervioso por la reacción de su dueño —. Para hacer una rutina diaria —explicó.

Ryder solo asintió y acarició a su cachorro, orgulloso de que sea responsable. Aunque igual le preocupó que no tenga suficientes horas de sueño, Chase nunca se notaba cansado para una misión así que lo dejó pasar. Sus pensamientos pasaron de el cachorro policía-espía a los demás canes —¿Los demás están despiertos?

—No —respondió Chase casualmente, se paró y volteó a ver a las casetas de los cachorros —, justo iba a despertarlos —mencionó mientras caminaba hacia al cuartel, con Ryder detrás suyo. El pastor alemán agarró su megáfono de su pup-pack y se lo dio a su dueño para que despertaran a los cachorros. 

—Despierten cachorros —llamó Ryder a través del megáfono. Ambos se quedaron parados frente a las casetas esperando a que salgan. El primero en salir fue Marshall, quien aún no se percataba de la presencia del niño. El dálmata se estiró rápidamente y finalmente miró al frente, encontrándose con Ryder. Los demás hicieron lo mismo y cuando vieron a su dueño corrieron hacia él, haciendo lo mismo que Chase.

—¡Ryder! —gritaron todos al unísono mientras se lanzaban a por él. La fuerza fue tanta que tumbaron al niño al suelo, igual como lo hizo el pastor alemán. Comenzaron a lamerle la cara y también darle cosquillas a Ryder, quien solo podía reírse y acariciar a los canes. Luego de unos minutos de cariño, todos se separaron y se miraron, los cachorros moviendo la cola de la felicidad.

—Es bueno estar en casa —mencionó Ryder mientras abrazaba por última vez a los canes. Se levantó y sacudió su ropa para limpiarla del polvo.

—¿Cómo te fue con Tracker? —preguntó Rocky mientras todos caminaban hacia el cuartel.

—Todo fue bien —respondió Ryder con una sonrisa. Entraron por la puerta y se quedaron quietos, pensado que hacer —¿Tienen hambre? —preguntó cambiando el tema de conversación.

Antes de que pudieran responder, se escuchó la barriga de Rubble gruñir. El niño se rió entre dientes, junto con todos los demás, y tomándolo como un sí se dirigió a prepararle sus comidas. Agarró unas croquetas de perro que el señor Porter trajo y se los sirvió en sus platos como desayuno. Los cachorros comieron, siendo Rubble el que terminó más rápido.

—El señor Porter debería darnos más de estas galletas —dijo el bulldog mientras se limpiaba la boca con su lengua, demostrando que le encantó las croquetas. Los demás, quienes para ese momento ya habían terminado, asintieron.

—En ese caso alguien podría preguntarle si puede traer más —sugirió el niño mirando a los cachorros esperando a que alguien se ofrezca.

—Yo puedo ir —dijo Chase poniéndose de voluntario y también creyendo que sería relajante salir del cuartel. Desde que se convirtió en líder temporal no ha podido descansar su mente debido a que normalmente estaba llena de inseguridades. Además, sería bueno que terminara su rutina.

Ryder asintió y le dio permiso para ir. El cachorros salió por la puerta y se fue caminando hacia el restaurante donde, según Rubble, hacían las croquetas más deliciosas del mundo.

Mientras, los demás se quedaron en el mirador. Aprovechando que Chase se había ido, los cachorros restantes se miraron y asintieron a cada uno, acordando que era el momento perfecto para hablar con Ryder. Se acercaron al niño, quien se había sentado frente a la televisión viendo su pup-pad, y se pararon frente a él.

—¿Ryder? —preguntó Marshall tomando la iniciativa. El niño los miró y dejó de usar su pup-pad, poniendo toda su atención en sus cachorros.

—¿Qué pasa? —respondió desconcertado.

—Tenemos que hablar de Chase —interrumpió Skye firmemente, enormemente preocupada por el pastor alemán. La cachorra normalmente cariñosa y amigable estaba harta de que su amigo negara su ayuda. Y le hartaba más no saber por qué no aceptaba. Le dolía que no quiera contarles.

Entonces su segunda opción era hablar con Ryder, siendo él el que sabe más sobre el cachorro policía-espía, y no estaba dispuesta a dejar pasar esta oportunidad.

—Chase ha estado actuando raro desde que se convirtió en líder temporal —continuó, colocando una gran cara de determinación —, y queremos saber el verdadero porqué —exigió. Aunque los demás querían descubrir lo mismo, no podían negar que se sorprendieron al ver a Skye actuar así; incluso Ryder estaba estupefacto.

—A mí también me gustaría saber por qué —confesó Ryder saliendo de su estado —. Solo sé que no está seguro que será un buen líder para ustedes

—¿Solo eso? —se quejó Zuma, mientras bajaba sus hombros en forma de derrota —. Bueno ahí va todo, volvemos al principio

—No al principio —dijo Marshall, tomando el control de nuevo luego de la intervención de Skye —. Ahora tenemos a Ryder aquí —dijo positivamente señalando al niño delante suyo.

—Marshall tiene razón —Rocky estuvo de acuerdo —. Ryder puede hablar con Chase, estoy seguro que él le contará a Ryder —sugirió, una sonrisa de esperanza en su rostro mientras miraba al niño. Los demás asintieron estando de acuerdo con la idea.

—Entonces debería hablar con Chase a solas —dijo Ryder sabiendo que al cachorro mencionado no le gustaría abrirse con los demás cerca.

—Pero debes hacer que hable con nosotros luego —advirtió Skye, fijando su vista en los canes a su costado —, y nosotros lo ayudaremos también ¿Okay, chicos? —alentó con una sonrisa.

—Okay —respondieron los cachorros al unísono con también sonrisas en sus rostros.

Justo cuando terminaron de decir eso, se escucha la puerta del mirador abrirse. Suponiendo que es Chase, se preparan para tener una gran charla y obtener todas sus respuestas.

❝on my own ❞ - Paw Patrol FanfictionWhere stories live. Discover now