5 DE JULIO, 20:20

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Estar con Summer es raro. O diferente. Depende de con qué ojos lo mires.

Ha venido después de comer, regalando sonrisas cordiales a todos menos a mí. Conmigo ha sido diferente. Se ha encogido de hombros y ha dicho: “¿Estás lista?”.

Lo primero que he mirado han sido sus botas militares. Las mismas que llevaba ayer. Y luego, sin poder evitarlo, las miles de pecas que recorren su cuerpo. ¿Habrá intentado contárselas alguna vez o sería imposible?

La he pedido que me diera unos minutos para prepararme.

Mi hermano ha compartido unas palabras con ella cuando creía que estaban solos. Si hubiera tardado un segundo menos en llegar a la cocina no habría escuchado ese “Siento mi reacción” por parte de mi hermano. Summer no le ha dicho nada, lo que ha sido aun más raro.

Antes de que pudieran descubrirme he ido a lavarme los dientes. Después he salido con Summer. Es incómodo ir a recorrer Ashland con alguien que no habla. O que todo el mundo se os quede mirando porque tú acompañante es deslumbrante. No quiero que me miren a mí, simplemente quiero que nadie nos mire. Me hace sentir incómoda.

“Si no vamos a hacer nada podría haberme quedado en casa” he dicho algo molesta. Porque es la verdad. Si había quedado con ella era porque mamá quería que socializara, no porque fuera la cosa que más me apeteciera. Lo que quería era escuchar música. Y dormir.

Ella se ha parado en mitad de la calle. Ha vuelto a arrugar la nariz, como hizo anoche. “Estamos juntas. Eso es hacer algo.” Cuando ha dicho eso, dos chicos que pasaban han compartido una mirada de complicidad. “Claro que es hacer algo, pero ¿de qué me sirve intentar ser amiga de alguien que no habla?” “Muchas veces se aprende mucho más de una persona por lo que calla.” Y, sin más, ha seguido andando hasta una pequeña cafetería escondida en una calle sin salida.

No hemos hecho mucho más. Tomar un helado y hablar de música. Al menos no he tenido que aprender eso de ella a través del silencio.

“Me gusta la música que me hace sentir algo” ha intentado explicarme. “Para mí la música es un sentimiento. Algo que tengo que entender. Algo que cuando lo escuche sepa que está escrito para mí.” Y no he podido hacer más que darle la razón.

“¿Tienes alguna canción favorita?” he preguntado. “Flaws de Bastille. Aunque tengo la corazonada de que eso va a cambiar dentro de poco. Como bien he dicho, la música trata de lo que sentimos.” No ha dicho nada más, solo que mañana pasará a buscarme.

Lo primero que he hecho cuando he llegado a casa ha sido escuchar la canción. Han pasado horas y sigo haciéndolo.

Seasons | ✓Where stories live. Discover now