La finca de los Rigall

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- ¿y en dónde queda esa finca?- preguntó Sting, vomitando en una bolsa.

- no tengo ni la menor idea- contestó Rogue.

- Frosh piensa lo mismo- dijo el gatito mientras se apoyaba en uno de los hombros del azabache.

- Lucy, qué haces?- Lector se apoyó sobre la cabeza de la mencionada.

La rubia se encontraba mirando el papel donde estaba escrita la misión.

- ¿no es por ahí?- levantó la cabeza y señaló una casa grande que resaltaba entre las otras. Lector casi se iba a caer por el movimiento de la rubia.

- después de todo, el emblema de ese edificio se parece al que está en esta imagen- argumentó ella mientras le mostraba la hoja a Sting.

- supongo que es por ahí- sonrió y se encaminó hacia el lugar que señaló Lucy.

- buen trabajo, Lucy- dijo Rogue mientras acariciaba la cabeza de la rubia.

- Frosh piensa lo mismo- agitó su cola el exceed.

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- Al fin llegaron- dijo una mujer de una edad avanzada y con un vestido violeta oscuro, tenía un semblante malhumorado.

- y usted es...- dijo Lucy.

- la persona que envió la misión- y se dio la vuelta.

Unos mayordomos le abrieron la enorme puerta frente a ellos.

- síganme- ordenó la mujer, sin mirar hacia atrás.

- esa mujer no me agrada- murmuró Lector, quien ahora estaba en el hombro de Sting- ¿no, Frosh?

- Frosh piensa lo mismo- dejó de mover su cola.

- vamos- dijo Sting y todos empezaron a caminar.

El único ruido que se escuchaba en los largos y grandes pasillos de la casa eran los de los tacones de la mujer.

Lucy se sentía incómoda, al igual que el resto.

Cuando la mujer se frenó, otro par de mayordomos abrieron la puerta frente a ella, dejando ver una sala con unos grandes sillones y una mesa.

- entren- esta vez, mirándolos- díganle a las sirvientas que traigan algo para beber- dijo en el aire, siendo una orden para sus sirvientes.

Al rato, cuando todos se acomodaron y unas sirvientas entraron con un juego de té, la mujer dijo:

- necesito que saquen al fantasma de Lyra- y tomó su té.

- ¿f-fantasma?- dijeron al unísono Lector y Lucy, abrazados uno del otro.

- la misión decía que teníamos que acabar con un monstruo- interrumpió Rogue.

- ella es el monstruo- dejó su taza la señora Rigall.

- esto se está poniendo divertido- sonrió Sting.

- ¿c-cómo encuentras esto divertido?- preguntó Lucy a punto de llorar por el miedo.

- tranquila- dijo Rogue mientras tomaba una de las manos de la rubia y le dedicó una sonrisa.

- ¡exacto, Lucy! No tienes de qué preocuparte con el grandioso Sting Eucliffe aquí contigo- y le guiñó un ojo.

- bueno, cortando su momento, necesito que se deshagan de ella- dijo la mujer- pueden quedarse en mi hogar mientras tanto, pero desháganse de ella- sentenció la dama.

Lucy sentía curiosidad por el deseo de la señora de la casa Rigall, cuál era el motivo por el que quería eso?

Alguien golpeó la puerta, sacándola de sus pensamientos.

¿Y ahora qué?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora