Chains - PPG & RRB

O18

Normal

Ya había pasado una semana desdé qué las ex heroínas retiradas de Townsville habían sido secuestradas, y como había dicho la azabache, no habian sido gentiles. Pero para su suerte, la que menos sufrir las torturas duelen la rubia, la cuál solo una vez la torturaron.

¿Por qué la dejaron de torturar? Ambas hermanas mayores habían dado su cuerpo para que lo torturen a cambio del de la menor, con mayor razón, no eran para nada gentiles.

La rubia se abrazaba a si misma en un rincón,quería irse de ese lugar lo antes posible, pero sabía que eso no senlo podían conceder. Le habian pedido información de la que ella ni sabía, y claro, no la dejarían hasta que se las diga.

Por ahora estaba sola en esa habitación oscura, creo que ya todos saben por que la azabache no estaba en el lugar y la rubia también, otra de las cosas que no entendía: ¿Por que había dado su cuerpo por él de ella, y quién era la otra chica que también lo dio?

La curiosidad la estaba matando, de repente se abre la puerta, con un pequeño brilló en los ojos esperando que sea la azabache, mira a la puerta con una sonrisa, pero esta de le desvanece al ver a aquel rubio.

Este se veía sombrío, angustiado y un poco triste.

Skip time.

El rubio al fin había salido de la habitación el problema que se veia claramente desde lejos, era que sus manos estaban llenas de sangré. Y la habitación no estaba limpia.

La ojiceleste se encontraba escupiendo sangre, el alrededor de sus ojos se estaba haciendo cada vez más morado, la sangré transcurría de su cabeza, manos, brazos, piernas, cuerpo básicamente. Su labio estaba roto y un ojo suyo, lo que debía tener blanco estaba rojo.

La habia torturado por no decir nada, aun que ella admitió más de cien veces llorando, que no sabía ni siquiera quiénes eran ellos. Claramente a la que más le dolia era a ella, si bien los puños de el chico estaban hechos mierda, la cara de él y su cuerpo no estaban sangrando.

Aún, sorprendentemente sentía los golpes, como si los estuviera volviendo a hacer. Se término sentando en el mismo rincón de siempre, a llorar como estaba haciendo últimamente. El miedo ahora era peor, reinan el ambiente de la habitación.

La puerta se abrió nuevamente, ella no quería mirar, tenia miedo y por ese miedo estaba temblando. Hasta que una voz femenina la hizo parar de temblar. —¿Cual puto enfermo, fue?

La chica que acababa de llegar estaba apuntó de estallar.