Parte IV, dos

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       Cuando el carruaje ingresó en los confines del inframundo, Petra se sintió... viva. El aire golpeó fuerte su garganta, ingresando a los pulmones. Como si su vida fuera devuelta a su cuerpo, inspiró desesperada a la vez que daba manotazos al aire, los cuales algunos se convirtieron en arañazos a los brazos de su madre. Carla la miró con lágrimas en los ojos, abrazándola fuertemente mientras Levi continuaba impasible dirigiendo a los caballos. Al llegar a palacio, el dios Grisha los esperaba sentado en el trono de su hermano, actitud que molestó a este.


—¿Podrías bajarte de mí trono, Grisha? — Levi hizo un esfuerzo abismal para no mandarlo al demonio.


          Su hermano lo miró fijo, retándolo. Levi aceptó el reto, devolviéndole la mirada. El dios de los truenos los observaba soberbio; su pelo color café medianamente largo se acomodaba detrás de sus orejas, y sus ojos marrones se convirtieron en rojo fuego, en un acto de querer intimidar a los recién llegados, algo que no surtió efecto. Observó a su hermana Carla y las imágenes del pasado vinieron a su mente, complaciéndolo. Sabía que ella lo aborrecía y que no había disfrutado el encuentro, a diferencia de él, algo que le importó en lo más mínimo ya que venía deseándola desde que tenía memoria. Y al lado de ella se encontraba la humana por la cual su hermana se había arriesgado tanto, haciéndola pasar por una deidad. Los siglos proveyéndole ambrosía habían dado efecto, Grisha podía sentir la presencia de un cuarto dios en la sala, o semi dios, para ser exactos. Bajo las escalinatas del nivel donde se encontraba el trono de Levi, y se acercó a ellos. Su capa de lino púrpura acariciaba el piso con cada paso que daba.


—Mis hijas me han notificado que querían verme — Grisha miró a Carla de soslayo, quién no había bajado la guardia — ¿Cuál es el motivo para que mi adorada hermana, quién me aborrece terriblemente, y mi hermano el cual no veo hace siglos quieran reunirse conmigo?


        —La hija de Carla ha ingerido una granada del inframundo— comentó Levi sin rodeos.


Grisha arqueó una ceja, curioso — sería amable si me cuentan la historia completa.


       Levi sintió que su ojo izquierdo latía a causa de la impotencia. No le hacía gracia que se enteraran de su actitud infantil, espiando a Petra. Carla se adelantó a explicar los hechos:

      —Petra pasó los límites entre mis dominios y los de Levi sin darse cuenta. Se perdió en el bosque muerto e ingirió una granada, en un descuido. Para cuando Levi llegó a escena era demasiado tarde.


       Él la miró disimuladamente, no supo porque su hermana decidió cubrirlo así, pero agradeció por dentro. Cruzó una mirada con Petra, la cual se veía dispuesta a cooperar con la coartada.


      A Grisha le hubiera encantado comprobar la veracidad de la historia, pero dado que Levi era uno de los dioses principales, sus poderes se limitaban en sus terrenos, algo que él odiaba ya que se consideraba el padre de todos los dioses.


—Entonces...— contestó Grisha lentamente —¿Qué es lo que desean que haga?


—La cuestión es que, una vez que Petra abandona el inframundo, muere lentamente, obligándola a regresar.


Hades Y perséfone {Rivetra Fanfic}Where stories live. Discover now