Capitulo 12

26 1 0
                                    


-Bueno ¿Quién de los dos me va a explicar qué esta sucediendo?- Les pregunté en cuanto se acercaron a la barra desde donde Martín y yo nos quedamos viendo el resto del espectaculo que Joel y María nos estaban dando.

-Tranquila amiga, no es para tanto- Me dijo Maria mientras abrazaba y besaba a Joel.

-¿Qué no es para tanto?-Dije casi gritando- Te estoy viendo con Joel, en medio de la pista, besándose y ahora aquí enfrente mío están dándose mucho amor, ¿me dirás qué no es par tanto?-Puntualicé mientras achicaba mis ojos- Me siento traicionada, yo que anduve de cupido y no me dicen nada y vengo a enterarme aquí, estando 80% ebria 20% sobria.

Todos soltaron carcajadas, mi compromiso de mantenerme sobria para luego poder conducir se había ido a la borda.

Estaba demasiado feliz por mi amiga, sabía que, por mucho tiempo estuvo sintiendo una atracción hacia Joel, y luego de la conversación del otro día con él, me alegraba ver que se estaba dando  una oportunidad con alguien. 

-Lo siento Adriana, quisimos decirte, pero queríamos que fuese una sorpresa- Dijo Joel.

-Y vaya sorpresita- Dijo al fin Martín- No puedo ocultar que a mi también me tomo por sorpresa, pero bueno, ¿Felicidades?- Elevó su trago, en forma de brindis por ellos.

-Los perdono, pero quiero ser la madrina.

En ese mismo instante tanto como Joel y Maria escupieron las bebidas que tenian es las bocas, y me observaron como si estuviese demente. Él único que se divertía con la situación era Martín.

-Amiga, no crees que estas yendo muy rápido?- Me dijo Maria una vez se recompuso.

-Rápida yo amiga? Mira quien lo dice- Le dije guiñandole el ojo, a lo que me respondió con el mismo gesto y una sonrisa picarona, no pude evitar reirme con ella, entendia el doble sentido de la situación.

-Adri, te prometo luego contarte absolutamente todo-Me dijo en un susurro, cuando tomo lugar justo a mi derecha, mientras Joel se sentaba a la derecha de ella, Martín se colocó a mi izquierda.

-Mary, no te preocupes, si tú eres feliz yo lo soy, sólo me tomó por sorpresa, organicé esta salida para "ayudarlos"-dije haciendo comillas con mis dedos- Y resulta que la que necesita ayuda soy yo JAJAJA

**************************************************

Maria y Joel, pasaron distraídos realizando lavados gástricos con sus lenguas, así que Martín y yo decidimos retirarnos un poco de ellos, yo por el bienestar propio dejé de tomar licor, y me dediqué a tomar únicamente agua.

El club tenía una clase de terraza muy bonita, que dejaba ver los edificios que quedaban alrededor, ya eran alrededor de las 2 de la mañana, así que lo único que se lograban ver eran algunas luces encendidas, pero no dejaba de ser bonito.

Martín no dejaba de tomar, y se notaba algo distante de todo, cuando estábamos los 4 juntos era el que menos sacaba tema de conversación, o no bailaba pero era el que más estaba tomando (Razón por la cual deje de tomar también yo, algo me decía que yo terminaría conduciendo por él)

En la terraza habían unos sillones, naranjas en frente de toda la vista, fui la primera en tomar asiento, segundos después Martín se tomó asiento en el sillón de a la par.

-¿Quién diría que fuera de ese club lleno de locos esta este lugar con esta vista tan hermosa?-Decidí hablar.

-¿Nunca habías venido?-Me preguntó algo extrañado.

-La verdad si, pero nunca había salido aquí. Venía de vez en cuando visitaba a mi hermano en vacaciones.

-Lo siento, no debí preguntar- Me dijo algo avergonzado.

-No te preocupes Martín, no es algo de lo que no pueda hablar, si es cierto, aún me duele su partida, y que ya no este aquí, pero rayos, debo aprender a vivir con ello.

-No deberías de forzar las cosas Adri, que todo sane a su tiempo...

-Pero ya ha pasado casi 1 año Martín- Lo interrumpí y podía sentir como mis ojos empezaban a humedecerse, MALDITO ALCOHOL, maldije para mis adentros. No me atrevía a ver hacia su dirección porque odiaba tener que llorar por esto y más llorar estando borracha, no terminaría.

-Adriana, mírame... -No tuve más remedio que mirarlo - Quiero que sepas que puedes contar conmigo, y no me importaria tener que secarte las lágrimas las veces que sea necesario con tal de ver tu hermosa sonrisa, y verte brillar, como lo hacías allí adentro mientras bailabas con tu amiga.

No pude evitar sonreír, y ver fijamente a esos bonitos ojos café. Necesitaba descifrar lo que su mirada me estaba diciendo.

-Te juro que nunca había sido llorona, bueno exceptuando cuando me pongo HASTA EL CULO DE BORRACHA, pero fuera de allí, soy más como me viste allí adentro con Maria. Pero desde que pasó lo de mi hermano, me he vuelto una Maria Magdalena-Dije tratando de no sonar a mujer depresiva al borde de un suicidio.

Y no le estaba mintiendo, acostumbraba a salir a clubes, conciertos o a lo que el viento nos guiará casi todos los fines de semana con Maria, o con mi hermano, a veces todos juntos cuando podiamos. No es que cada que tomará llorara, de hecho, sólo había ocurrido una vez, mi primera vez de hecho.

-No le pongas mucho cuidado a eso, ya te dije...

-Martín-Dije en un tono serio, captando su total atención, esos hermosos ojos me miraron fijamente a lo míos- No se porque lo haces, ni como lo haces, pero gracias, por entenderme,aún sin conocerme mucho.

Se levantó del sillón que estaba, y a cómo pudo se acomodo en el que yo estaba sentada y me abrazó.

No entendía esto, pero Dios, lo disfrutaba, así que me recosté sobre él.

Aunque aún sentía que divagaba en sus propios pensamientos, decidí disfrutar este momento de confianza e intimidad que me estaba regalando, y tomándome por sorpresa empezó a darle masajes en mi cabeza y sin notarlo me quede dormida.

Estaba disfrutando de esto, sentí que sólo pasaron como 5 minutos desde que cerré los ojos, hasta que pude sentir una copa de Margarita sobre mi cara, que me hizo sobresaltar de sobremanera.

-Pero ¿Qué demo... -No terminé de decir la frase cuando miré de quien se trataba la persona que me había lanzado la copa, totalmente perpleja.

Mi primer impulso fue volver a ver a Martín, quien no había articulado ni una sola palabra, al contrario de... mantenía un semblante serio e inclusive espeluznaste, como si estuviese esperando que esto pasará.

¿PERO QUE DEMONIOS ESTÁ PASANDO AQUÍ? , Pensé para mi.

Quédate HoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora