3. "tenía ganas"

389 23 1
                                    


   Veo el lugar ya ordenado y suspiro, mis piernas tiemblan y se que estoy nerviosa

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Veo el lugar ya ordenado y suspiro, mis piernas tiemblan y se que estoy nerviosa. Estoy siendo egoísta al desear que el tiempo pase más lento cuando un chico está esperándome afuera hace 35 minutos. Ni siquiera se porque estoy nerviosa no tengo una razón para estarlo, simplemente se que lo estoy y que no me está gustando, para nada.

Me dirijo al vestuario de empleados y cambio mi uniforme por la ropa que tenia puesta al venir esta tarde, un jean azul claro, más bien celeste, una polera, un sweater blanco, la segunda campera más abrigada que traje a Europa y mis borcegos favoritos. El frío aún sigue sintiéndose.

Aunque quiero hacerlo no suelto mi pelo porque después de tantas horas en una colita tirante va a ser lo más parecido a la melena del rey leon, y eso no puede competir con el cabello alborotado y desprolijo de Balerdi. No es que quisiera impresionarlo, o si totalmente, pero no iba a lograrlo ahora con mi melena de león. Maldecí el momento en el que no pensé en poner un maldito cepillo en mi mochila. No es como si siempre fuera a necesitarlo, normalmente después de trabajar solo quiero llegar a casa en el menor tiempo posible y tirarme en mi no tan cómoda cama que después de tantas horas es la más cómoda del mundo entero y no me importa en lo absoluto como me veo, pero en este momento si es necesario, muy.

Me despido de mis compañeros que aun se encuentran en el lugar y me decido a salir, deseando un poco que la persona que no había logrado sacar de mi cabeza en toda la noche se hubiera arrepentido y se hubiera ido porque mis piernas no paraban de temblar y eso me ponía aún más nerviosa. Pero para mi mala o buena suerte él seguía ahí.

Me dirigí a su auto como pude, porque la torpeza la tengo incorporada como un don natural pero logré disimularla bastante bien. Subí al lugar del copiloto, puse mi mochila entre mis pies y cerré la puerta con cuidado de no azotarla.

—Gracias— susurre cuando me detuve a observarlo. Ya no tenía energías ni para hablar, había sido una noche agotadora.

—No agradezcas— contestó Leo amablemente mientras encendía su auto.

No supe que más decir así que solo opté por mirar por la ventana y hacer silencio.

—Estoy viviendo a dos cuadras de Friedensplatz, en Elisabethstaße, te voy guiando si queres, son unas ocho cuadras- expliqué cuando preguntó hacia donde debía llevarme.

—No, está bien, estábamos cerca, yo estoy viviendo por Hakenstraße por ahora

—Ah si, deben ser dos o tres cuadras

—¿Hace cuanto estas acá? Bastante ¿no? Porque manejas bastante el idioma— preguntó mirándome con una sonrisa de costado. Su mirada me pone nerviosa, más cuando me mira de esa manera, tan atentamente. La siento como un scanner y casi que me hace sentir escalofríos.

Waste the night- Leo BalerdiWhere stories live. Discover now