q u i n c e.

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—Esta chica es muy guapa, si la dejas ir te arrepentirás por el resto de tu vida y luego ella será una infeliz mesera gorda que se pinta los labios de rojo carmesí y llorará contando tus idioteces —solto la mesera regordeta del lugar casi partiendo en llanto. Will y Lilia se miraban incómodos mientras la mesera acomodaba su cabello vinotinto. —Bueno ahora sí. ¿Qué desean pequeños enamorados? —sonrió como si hace unos minutos no hubiera contado su trágica historia.

—Yo deseo una malteada de banano con chocolate y con canela por encima, por favor —la rubia sonrió tiernamente y miró a Will esperando su orden.

—Yo deseo una malteada de arándanos con yogurt de mora, por favor —la mesera anotó ambas órdenes y se fue de ahí mientras se repetía a si misma que Teobaldo volvería a sus brazos.

—Eso fue bastante raro... —Will susurró nervioso intentando sacar un buen tema de conversación.

—Bastante...—la rubia soltó cabizbaja para luego jugar con sus dedos bajo la mesa. —Pobre... Creo Teobaldo era un imbécil —ambos rieron al tiempo y se miraron fijamente. Pensamientos pasaban por la cabeza de cada uno pero, al parecer, para Will mirarse sin decir nada era su mejor opción; además le gustaba ver lo tímida que se ponía la rubia cuando Will le sonreía. —Pues... —soltó la rubia tratando de evitar el silencio que los acompañaba —Cuéntame de tí Will...

—¿Qué deseas saber? —dijo el chico moviendo nerviosamente la mano sobre la mesa.

—¿Cómo es tu familia? —Will se puso en modo pensativo mientras la rubia intentaba descifrar lo que podía responder el chico frente a ella.

—Vivo con mi madre y mi hermano, ambos me quieren demasiado y me protegen. Mi madre se llama Joyce, es bastante dulce y le encanta que lleve a casa a mis amigos para ella poder cocinarles algo —Will rió nervioso y apenado.

—Se oye fantástica. ¿Algún día podré probar su comida? —Lilia soltó entusiasmada y radiante.

—Por supuesto —Will dijo con gusto para luego continuar. —Jonathan es mi hermano, es bastante protector pero es mi mejor compañía, además, me gustan sus gustos musicales. Tal vez algún día también te invite a una de esas charlas sobre Rock & Roll —Will vió lo ridículo que sonó pero entonces la respuesta de la chica le hizo emocionar más de lo que se encontraba.

—Eso suena maravilloso. Amo el Rock & Roll —Lilia soltó con el destello brillante en sus ojos color verde. —¿Y tu padre? —dijo Lilia un poco incómoda haciendo que Will lo notara.

—Es un cretino —dijo el chico encogiéndose de hombros. —Ahora háblame sobre tí Lilia.

—Pues vivo con mis padres y mis dos hermanos, somos una familia bastante unida ya que nos ha tocado juntos adaptarnos a muchos ambientes diferentes gracias al trabajo de mamá y papá —Will escuchaba con atención la historia de la vida de Lilia tanto así que no vió entrar a dos chicas importantes al lugar.

—Jane por favor, vámonos de aquí. Odio las malteadas —soltó frustrada mientras sus amiga estaba perpleja viendo hacía la vitrina de postres.

—Si querida lo sé; pero el mejor postre de leche del pueblo está aquí —soltó la castaña mientras admiraba el postre dar vueltecitas en la vitrina.

—Sí, y también está el chico que me gusta en una cita con una rubia —señaló la mesa de ambos chicos hablando y riendo mutuamente.

—Ve por tu hombre Max —la pelirroja volteó a ver a su amiga la cual la miraba cruzada de brazos.

—No es mi hombre, ni siquiera hablamos —dijo con un tono de tristeza mientras agachaba la cabeza. Su amiga la tomó del brazo y la halo en dirección hacía los jóvenes en la mesa.

Hello, zombie boy | Willmax.Where stories live. Discover now