Capítulo 11: El despertar del poliamor

1.8K 187 149
                                    

AMY

¿Gafas que me hacen inteligente? Listo. ¿Bolso a conjunto con mi elegancia? Listo. ¿Dinero para pedir taxi? Listo. ¿Despertar a Mamahueva?

—¡Te dejo que te comas a Lupita!

La china da un salto.

—¡¿EN SERIOL?!

Listo.

—No idiota, es que me voy al trabajo y estoy acostumbrada a despedirme de... de Lia cuando lo hago —susurro.

Manahueva frunce el ceño.

—Tienels que olvidalte de esa guala —murmura —De veldal no melece la penal, tú eles la máls decentel del grupo de locals que folmamols.

—¿En serio? —digo sorprendida.

—Nol, ela coñal, la máls decentel soy yol pol supuelsto —dice haciendo su pelo hacia atrás.

Ruedo los ojos y me miro al espejo. Me he hecho ondulaciones y me he arreglado exclusivamente para ver si me animo un poco, pero me está costando.

Hace días que no hablo con Lia, ni si quiera nos cruzamos. Lo único que sé es que ahora duerme con Jasmine, y espero que ella me apoye en esto. Jasmine siempre me ha ayudado, estoy segura de que lo estará haciendo ahora también. Es cuestión de tiempo que Lia vuelva conmigo.

Mamahueva detiene mis pensamientos.

—¡Cómol sigals mirándote al espejol lo vals a rompel maldita putal! —exclama.

Cojo un cojín y se lo tiro a la cabeza, ella se echa a reír y yo salgo indignada, sin embargo, me detiene.

—Sonlíe guapal —susurra.

Ruedo de nuevo los ojos pero sonrío, entonces cierro la puerta y me subo en el ascensor. Las puertas comienzan a cerrarse, cuando de repente Lia aparece y las abre entrando conmigo.

Mi corazón se acelera de un golpe. Ella permanece callada mientras bajamos. La miro de reojo, lleva una falda gris y una chaqueta de traje también gris, vestida así parece otra.

El ascensor llega a la planta baja y ninguna de las dos ha dicho nada, Lia sale la primera y la veo correr hacia uno de los taxis libres que hay en la puerta del hotel.

¿Por qué ni si quiera me saluda? ¿En qué nos hemos convertido? ¿Qué está pasando?

(...)

11:30 a.m.
Oficina de Telejornal

—¿Hola? ¿Me escuchas? ¿Me oyes? ¿Me sientes? ¿Hola? ¡Gay llamando a Amy!

Agito la cabeza y miro al chico de pelo rosa que resulta ser el más porculero de todos. Además de forma literal.

—¿Qué pasa? —murmuro cansada.

—Chica, tú verás pero llevas toda la santa mañana en el mundo de las empanadillas —dice agitando la mano y sentándose en mi mesa —Dime, ¿qué te está empanando tanto, mi amor?

"Mi amor", eso me recuerda a Lia.

—Nada —gruño por lo bajo.

Él se lleva la mano a la boca y me mira apenado.

—Oh querida, tranquila, a todos nos ha pasado —dice poniendo la mano sobre mi hombro.

—¿De verdad? —inquiero insegura de que le haya pasado lo mismo a él.

—Por supuesto mi love, las primeras veces son muy duras, duelen, pero después créeme que da mucho gusto —dice con compasión.

¿Cómo va a dar mucho gusto que te ignoren?

Hora De Viajar, Chicas © [3ª Temporada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora