Capítulo 18

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Capítulo 18

Una semana después

—la perdida de valerosos soldados fue una lástima para nuestro movimiento, lucharon valientemente contra nuestros enemigos en la nación del fuego, es por eso que esta derrota no debe minar nuestras ansias de completar nuestra misión— decía el líder de ciudad republica frente a los soldados, civiles y periodistas que se encontraban fuera del palacio de gobierno para, por fin, escuchar una declaración oficial de lo acontecido una semana atrás en el océano entre la ciudad y la nación del fuego —continuaremos nuestra campaña contra los maestros, les demostraremos que nada puede detenernos— el hombre se despidió de la multitud entre gritos y vítores entrando a su oficina y cerrando la puerta tras él

—entonces, ¿continuaras peleando? — cuestionó la mujer que lo esperaba dentro, la madre del avatar y de Lee se encontraba sentada en una de las sillas frente al escritorio de su marido, vestía con ropas negras y sus ojos se encontraban rojos por el llanto que, desde varios días atrás, no la abandonaba

—unas cuantas bajas no deben hacernos retroceder en nuestro objetivo— señaló tomando asiento en su lugar frente a su esposa

—tu guerra mato a nuestro hijo— dijo alzando la voz y causando que el hombre la mirara a la cara, el rostro del hombre, al igual que el de ella, demostraba dolor por la perdida, aun así, sus facciones cambiaron, regresando al enojo que siempre demostraba

—quien mato a Lee fue Toru, ¿continuarás defendiéndolo después de lo que hizo? —

—por favor, sabes que Toru no lo hizo, fue tu afán por terminar con los maestros lo que causo todo— las quejas de la mujer se vieron acalladas cuando el hombre golpeo fuertemente el escritorio con sus manos, ambos se quedaron en silencio por unos minutos antes de que la madre de Toru volviera a retomar la palabra —detén esta guerra antes de que pierdas a otro hijo—

—esta guerra solo terminara cuando el avatar este en mi custodia— declaró el hombre sin dudar, la mujer lo miro con decepción mientras limpiaba las lágrimas, que, de nueva cuenta, salían por sus ojos, entendía lo cabeza dura que era su marido acerca de la guerra que había comenzado ya hace veinte años, sabía que no se detendría y eso la aterraba, había perdido a su hijo menor, no sabía si podría resistir perder a su marido, y estaba completamente segura que moriría si Toru sucumbía al final de la guerra

—espero que te arrepientas tarde o temprano, honestamente quisiera que fuera antes de hacer algo por lo que te arrepientas toda tu vida— el padre de Toru le dirigió una mirada rápida, iba a responderle, pero un par de golpes en la puerta le hicieron desistir, autorizo la entrada a quien la solicitaba, entrando a la oficina un oficial del rango más alto

—espero estés aquí con buenas noticias— señaló el hombre mirándolo fijamente, el soldado saludo con una ligera inclinación antes de hablar

—en primer lugar, lamento la pérdida de su hijo, era un soldado excepcional, en cuanto a lo otro, lamento venir con malas noticias, nuestro contacto ha regresado de la nación del fuego— comenzó a relatar el oficial atrayendo la atención de las dos personas que se encontraban ahí —parece ser que ni el avatar, ni las personas que se encontraban en el barco regresaron—

—¿y cuál es su paradero? —

—nadie lo sabe, se les perdió la pista desde la batalla, es posible que estén desaparecidos, o muertos— señaló el oficial con su voz estoica, la madre de Toru, al escuchar eso sintió que el suelo desaparecía bajo sus pies, esperaba que eso no fuera verdad, su hijo aun debía estar vivo

—no creo que estén muertos, aun así, nos retrasara el no saber dónde se encuentran— respondió el padre del avatar molesto, estaba impaciente por poner sus manos sobre Toru —¿sabes cuándo vuelve Tadashi?, no puedo hacer ningún movimiento agresivo sin mi jefe de seguridad—

El renacimiento de un nuevo AvatarWhere stories live. Discover now