8.

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El mensaje de Tobias daba vueltas y vueltas en mi cabeza, mientras miraba por la ventana de mi habitación en lo único que podía pensar era en que de alguna u otra forma hoy querría acercarse a mí, pero hoy tenía a Stefan que para mi suerte iría como mi cita. No iba a estar sola, y me encantaba la idea de saber que un hombre como él lo mantendría alejado de mí o al menos eso esperaba.

Poco antes de que fuesen las 21:15 estaba lista, los tacones a pesar de odiarlos desde mi nacimiento eran bastante cómodos, y el vestido encajaba a la perfección, pero, ¿Estaría bien ir con Stefan? No quería que esto pareciese una cita, mucho menos terminar acostándonos luego de la fiesta, ni hablar de que Matt se enterase de la verdad, pero había aceptado ir, no podía decirle ahora que no. Terminé de arreglar mi cabello y poner un poco de brillo en mis labios, nada demasiado exagerado, no era así y hoy no lo aparentaría, ni siquiera por tener a Stefan de cita.

– ¿Estás lista? –Gritó Matt desde la planta baja. ¿Había forma de que subiese y no sólo gritase como un idiota?

Tomé la pequeña cartera y bajé las escaleras. –Estoy lista, ¿Tú? Al parecer no... –Bromeé, estaba en un perfecto esmoquin como siempre. Debía reconocer que me alegraba que Dani fuese la elegida, no soportaría a una idiota como su novia.

– Debo ir a buscar a Dani, ¿Stefan viene por ti? –Recordé el mensaje y asentí–. Sólo ten cuidado.

– Matt, tengo 21 años, creo que algo sé de cuidarme sola. –Se encogió de hombros y subió los peldaños que faltaban para alcanzarme.

Me abrazó de la nada y le correspondí enseguida. –Sólo lo digo porque te quiero.

Tan rápido como me abrazó se despidió y salió corriendo por la puerta. ¿Qué era eso de "sólo lo digo porque te quiero"? ¿Qué secreto tenía Stefan? ¿O lo decía por mí? Las interrogantes en mi cabeza eran demasiadas, quería respuestas, aunque estaba claro que hoy no las obtendría.

Poco antes de la hora en que Stefan pasase a recogerme recibí un texto de Tobias. Temblorosa y un poco abrumada por la intriga apreté la tecla leer:

"¿Así que irás con Stefan? Ese pobre idiota no hará que te olvides de mí Alex, sé que aún te gusto o si no, no provocaría ese efecto en ti ¿Crees que no sé cómo te afecta leer mi nombre en la pantalla de tu teléfono? Ni siquiera Nicholas pudo hacer que te alejaras de mí, ¿Crees que Stefan si lo va a lograr?"

Reí, claro que me afectaba leer su nombre en mi pantalla, pero él sabía perfectamente por qué. Había mencionado a Nicholas y no debió. El peor error de su vida.

Sin si quiera revisar lo escrito apreté enviar. El alivio fue instantáneo.

"No es tu problema si voy con él, que tú seas un imbécil acosador y tenga cierto resguardo por no saber qué imbecilidad dirás al llamar o en un mensaje no tiene nada que ver con que siga sintiendo algo por ti. Nombraste a Nicholas, Tobias. Eres un bastardo y si no quieres que cuente lo sucedido aléjate de mí."

El timbre me hizo saltar de la sorpresa. Debía ser Stefan, tenía que ser él. Abrí la puerta con cierto recelo.

Abierta la puerta de par en par, Stefan sonreía coquetamente. –No pensé que podías verte aún más linda que en la fiesta Kappa.

– Gracias, tú no lo haces nada mal. –Apenas terminé la frase un delicado beso vino a dar a mis labios. Sonreí. Nada bueno saldría de esto.

– No, en serio te ves increíble. –Noté la sinceridad en su voz y mis mejillas no dudaron en ruborizarse al instante–. Y ahora estás siendo adorable.

Demonios: Mi Error FavoritoWhere stories live. Discover now