Mi sangre sucia ||Draco y tú|| 《T1》

𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏:𝐂𝐨𝐦𝐢𝐞𝐧𝐳𝐨 𝐝𝐞 𝐜𝐮𝐫𝐬𝐨

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1. COMIENZO DE CURSO
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Mi nombre es _______ Granger, sí, Granger hermana melliza de Hermione Granger. Este año comienzo mi 4to curso junto con Hermione, Harry, Ron y mi mejor amigo Seamus.

Este año fueron los mundiales de Quidditch, Bulgaria vs Irlanda. Fue un partido grandioso, lástima que llegaron los mortifagos a arruinar la diversión y prender fuego casi todo el campamento.

Yo juego como cazadora en el equipo de Quidditch de Gryffindor y la verdad es que soy una de las mejores según nuestro antiguo capitán Oliver Wood.

Soy todo lo contrario a mi hermana, a ella le gusta seguir las reglas, y a mi, me gusta romperlas, a ella le gusta estudiar y a mi jugar al Quidditch, ella saca buenas notas —perfectas— y yo, bueno, no son perfectas como las de mi hermana pero tampoco son muy bajas.

Nos encontrábamos Harry, Ron, mi hermana y yo en un compartimiento en el tren rumbo a Hogwarts.

Hermione estaba leyendo un libro, Ron comiendo —como siempre—, Harry estaba leyendo El Profeta y yo miraba distraída por la ventana.

De repente Harry se tocó la cicatriz, mi hermana y yo nos dimos cuenta aunque él trató de disimularlo acomodándose el pelo que le caía por la frente.

—¿Te duele la cicatriz cierto? —pregunté con una mueca de preocupación.

—No es que me duela, más bien me molesta —respondió con una mueca.

—Harry, creo que Sirius debe saber de eso —le dijo mi hermana dejando de lado su libro.

Harry me pidió una pluma, pergamino y tinta y se puso a redactar la carta, para cundo la terminó la ató a la pata de su lechuza y le dijo para quien era. 15 minutos después aparecieron Neville, Dean y Seamus. Este último me abrazó y se sentó junto a mi poniendo mis piernas sobre las suyas.

Nos pusimos hablar sobre los mundiales cuando apareció la persona que más odiaba en la vida; Draco Malfoy pareció escucharnos cuando los chicos al entrar dejaron entreabierta la puerta del compartimiento.

—Pero miren que quien tenemos aquí, al cuarteto de idiotas, y los otros tres leones tontos —dijo con asco y burla en su voz.

—Vete a la mierda Malfoy —le contestó Ron.

—Cuidado con tu boca Weasley, si tu madre te llega a escuchar.

Ron se puso rojo de ira se iba a parar pero le puse una mano en el hombro para que se quede en su lugar.

—Malfoy, por qué no se van tu y tus gorilas a tu compartimiento y nos dejas tranquilos, tu presencia aquí no es requerida —dije con una sonrisa que aparentaba ser inocente.

—¿Y a ti quién te dio el permiso de hablarme asquerosa sangre sucia? —preguntó con asco en sus palabras, rodé los ojos.

A lo que yo ya estaba acostumbrada a que me lo diga y que no me importa lo que digan los demás digan de mi ni me importó. Pero Seamus y Harry habían saltado de sus asientos parándose a cada lado de mi rojos de ira y con los puños apretados.

—Tranquilos chicos —les dije parándome también y poniendo cada mano en el brazo de cada uno—, el mismo insulto de siempre Malfoy, cuándo vas a entender que no necesito permiso para hablarte y que no me afecta que me digan sangre sucia, y menos si viene de ti una persona que ni siquiera amigos reales tiene. ¿Sabes? Hasta siento un poco de pena por ti, ahora retírate de nuestro compartimiento por las buenas o retírate por las malas, y te aseguro que si es por las malas ni siquiera tus gorilas te podrán ayudar —dije hablando con frialdad.

Malfoy se dio la vuelta con cara de pocos amigos y cuando iba a cerrar la puerta y me miró.

—Esto no quedará así Granger.

Reí con ironía y le cerré la puerta en la cara.

El resto del viaje fue normal.