Vivir así es morir de amor

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Este fic puede asociarse con los otros de Strawberry Panic que he escrito o tratarse de manera independiente.


En el mismo cuarto de una residencia escolar para señoritas, se vivían las dos caras del amor. Por un lado, estaba la felicidad, el gozo, la mera sensación de sentirse querida; y por el otro, la tristeza, el desamor y las heridas causadas por un corazón roto. Lo curioso del caso es que solo una de las partes tenía idea del cuadro general, porque la alegría en muchas ocasiones enceguece hasta al mejor observador.

Habían pasado meses desde aquel día, afortunado para una, fatídico para la otra, en el que una estudiante, la más querida del lugar, había declarado frente a todas su amor por otra chica. Y si bien la escena sorprendió a más de alguna, más sorpresivo fue ver a la destinataria de aquella declaración irse con ella en mitad de una importante ceremonia: la elección de la Étoile.

Las protagonistas de aquella historia eran Nagisa Aoi, candidata a Étoile, y Shizuma Hanazono, la Étoile saliente. Tras la huida, el noviazgo se volvió oficial y el amor entre ellas se hizo más grande conforme pasaban los días. Eso sí, esa relación dejó un corazón hecho añicos: el de Tamao Suzumi, la mejor amiga y compañera de cuarto de Nagisa, quien prefirió la felicidad de ella a privilegiar sus propios sentimientos.

Eventualmente, Shizuma se graduó, mientras que Nagisa y Tamao pasaron a quinto año. A pesar de que ya no podían verse como antes, nada era capaz de borrarle la sonrisa del rostro a Nagisa: todas las semanas recibía cartas de su amada en las que le contaba sus vivencias. Con respecto a la peliazul, la herida en su corazón no había cicatrizado bien. Quería convencerse a sí misma de que había superado lo de Nagisa y Shizuma, pero aquello era mentira. Todavía lloraba algunas noches, y en su diario escribía sus sentimientos más profundos, aquellos que necesitaba expresar pero que le eran imposibles de revelar a Nagisa.

Volviendo al principio, la pelirroja leía una carta que su novia le había enviado. Los ojos le brillaban con cada línea escrita; Shizuma le contaba sobre la vida universitaria y los desafíos que se le presentaban. La peliazul, por su parte, estaba en el baño preparándose para dormir.

―¡¿Ah?! ¡¿Rokujo-san rompió su compromiso y ahora tiene novia?! ¡¿Y esa novia es Tomori-san?!

Los escandalosos gritos de Nagisa sacaron a Tamao del baño.

―¿Eh? ¿Qué dijiste, Nagisa-chan?

La chica le contó los detalles a su mejor amiga. Tras enterarse, la peliazul se llevó la mano a la boca; no podía creerlo.

―Me alegra que Rokujo-sama pueda estar con quien de verdad quiere. En verdad me alegra.

Aunque Tamao decía una cosa, sus ojos reflejaban algo distinto. Se notaba la pena en ellos, pero más que nada la envidia. ¿Por qué ella no podía tener una novia también?

«Nagisa-chan..., ojalá te hubieras fijado en mí».

―Tamao-chan, ¿pasa algo?

―¡¿Eh?! No, no, nada.

―¿Segura?

―Sí, tranquila.

La sonrisa de Tamao pareció convencer a Nagisa. Nada mejor que una máscara sonriente para ocultar la dolorosa verdad.

(...)

El fin de semana, Tamao decidió dar una vuelta para despejar un poco su cabeza. Pensó que quizás hablar con Yaya y Hikari la ayudaría, por lo que se dirigió a la habitación que ambas compartían.

Una novia para TamaoWhere stories live. Discover now